Hace 44 años, el suelo del Congreso de los Diputados soportó el peso de más de 100 hombres tumbados. Solo tres optaron por otra postura. Quedarse de pie o sentado fue su manera de defender la democracia. Cuando el coronel Antonio Tejero entró en plena sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sote…
Artículo original publicado en SensaCine
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