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Hace tres décadas Sarajevo se ganó un lugar trágico en la historia. Entre abril de 1992 y febrero de 1996 la ciudad padeció el sitio más largo de nuestros tiempos: 1.425 días durante los que cientos de miles de personas vivieron bajo la amenaza constante de los morteros y francotiradores. Se calcula que perdieron la vida más de 11.00 civiles (incluidos 1.601 niños) y cerca de 50.000 personas sufrieron heridas en uno de los episodios más trágicos de la Guerra de Bosnia.
Ahora aquel cruento asedio amenaza con colarse de nuevo en los libros de historia por un episodio aún (aún) más aterrador. La Fiscalía de Milán está investigando si mientras miles de habitantes de Sarajevo vivían el infierno en la tierra, un reducido, opulento y sobre todo desalmado grupo de extranjeros aficionados a las armas se dedicaban a practicar 'safaris humanos'.
Cuatro años de infierno. El siglo XX fue generoso en tragedias, pero el sitio de Sarajevo por parte de las milicias serbobosnias destaca entre todas ellas por sus datos: duró cerca de cuatro años, dejó más de 11.000 civiles muertos, decenas de miles de heridos, más de un millar y medio de cadáveres de niños y escenas de una dureza desgarradora, como el asesinato de Admira y Boško, una pareja de jóvenes desarmados abatidos en mayo de 1993 mientras cruzaban un puente.
A merced de los francotiradores. La foto de los jóvenes enamorados, abrazados en el suelo, sin vida, removió estómagos más allá de la ciudad e inspiró el documental 'Romero y Julieta en Sarajevo', estrenado justo un año después por el cineasta canadiense John Zaritsky. En realidad la historia de Admira y Boško fue solo una gota más en el turbulento y lúgubre océano de aquel asedio.
Durante el sitio también se hicieron populares la calle Zmaja od Bosne y el bulevar Messe Selimovic, entonces apodado 'Avenida de los Francotiradores'. Su nombre lo dice todo: quienes lo atravesaban se arriesgaban a colarse en la mirilla de algún pistolero dispuesto a apretar el gatillo sin reparar en quién recibiría el balazo, civil o militar, hombre o mujer, niño, adulto o anciano.
¿Algo más que una guerra? Que las guerra son terreno abonado para la barbarie no es ninguna novedad. Seguimos comprobándolo aún en pleno 2025. La pregunta que ha surgido ahora en Europa, más concretamente en Italia, es si todas las personas que descerrajaron balazos durante el asedio de Sarajevo eran milicianos, soldados, gente desesperada por proteger sus vidas… o también había extranjeros que sencillamente tenían ganas de participar en 'cacerías humanas'.
Es decir, gente dispuesta a pagar grandes sumas de dinero para coger su fusil, viajar a otro país situado a cientos de kilómetros y dedicarse a la caza de personas como quien sale a los cotos de caza en busca de jabalíes, corzos o liebres.
Un runrún antiguo. En realidad no es una sospecha nueva. Desde los 90 han circulado rumores sobre 'safaris humanos', turismo de guerra y extranjeros que empuñaban fusiles durante el asedio de Sarajevo. Quizás uno de los documentos más controvertidos sobre el tema sea una breve grabación que muestra al escritor ruso Eduard Limonov junto a Radovan Karadzic (hoy condenado por genocidio) y francotiradores en plena acción. En un momento dado se ve cómo Limonov toma un arma, aunque no hay sospechas de que participara en 'safaris humanos'.
Hace unos años el director esloveno Miran Xupanič incluso grabó un documental ('Sarajevo Safari') en el que se habla de cómo supuestamente durante los años 90 extranjeros adinerados pagaron para disparar contra los vecinos de la ciudad.
Una denuncia a Fiscalía. Si el tema es noticia hoy es porque, casi 30 años después del asedio, la Fiscalía de Milán ha decidido abrir una investigación para esclarecer si efectivamente hubo gente con mucho dinero y poco o ningún corazón que participó en 'safaris' aprovechándose del sitio de Sarajevo.
En concreto estudia si hubo grupos de extranjeros (no solo italianos) que pagaron sumas elevadas, de entre 80.000 y 100.000 euros al cambio actual, para subirse a un avión en Trieste, aterrizar en Belgrado y que los trasladaran luego a alguna de las colinas de Sarajevo para empuñar un rifle y dar rienda suelta a su sadismo.
Pero... ¿Por qué ahora? Que la Fiscalía de Milán haya movido ficha justo ahora, 30 años después, no es casualidad. El proceso se ha puesto en marcha a raíz de una denuncia presentada por el periodista Ezio Gavazzeni, residente en Milán y que se ha dedicado a recabar indicios que apuntan a la existencia de esos 'safaris humanos'. Gracias a sus pesquisas, Gavazzeni ha elaborado una denuncia de 17 páginas que cuentan con el respaldo de dos figuras notables: Guido Salvini, exmagistrado, y Benjamina Karic, quien gobernó Sarajevo entre 2021 y 2024.
La existencia de ese turismo de guerra de fin de semana la ha confirmado también en las últimas semanas una figura destacada de la misión diplomática italiana en Sarajevo durante la guerra de Bosnia-Herzegovina. En una entrevista ha reconocido tanto la existencia de esos 'safaris' cruentos como que en su día los servicios secretos italianos (SISMI) recibieron información de lo que ocurría en Sarajevo, lo que les llevó a investigarlo y ponerle fin poco después.
“Había alemanes, franceses, ingleses…" Gavazzeni reconoce que los rumores sobre el 'turismo de francotiradores' no son nuevos. Recuerda haber leído informes sobre casos similares ya en la década de los 90, pero lo que hizo saltar su resorte de investigador, lo que le llevó a indagar más a fondo en el caso y finalmente presentar la denuncia ante Fiscalía fue el documental de Zupanič.
"Empecé una correspondencia con el director y, a partir de ahí, amplié mis pesquisas hasta reunir suficiente material", relata a The Guardian. Tras recabar ese material defiende que había "muchísimos italianos" involucrados, aunque también habla de alemanes, franceses, ingleses… Incluso de "españoles ricos y relevantes". "Gente de todos los países occidentales que pagaron altas sumas de dinero para ser llevados allí a fusilar civiles", resume el investigador.
Una denuncia, dos logros. Por lo pronto, Gavanezzi ya ha logrado dos objetivos. Primero, que la Fiscalía de Milán inicie una investigación por un supuesto delito de homicidio voluntario con agravante de crueldad y motivos abyectos. Segundo, que tres décadas después la prensa de todo el mundo esté hablando del trágico sitio de Sarajevo y la 'avenida de los francotiradores'.
"Hablamos de gente adinerada, con reputación, empresarios que durante el asedio pagaron para matar civiles indefensos. Salían de Trieste y regresaban luego para proseguir con sus vidas normales y respetables a ojos de todos", explica el periodista en una entrevista reciente con La Reppublica.
El tema ya habría motivado en su día una investigación del Ministerio Público bosnio que acabó archivada y en el propio país hay instituciones que consideran que el presunto 'turismo de francotiradores' no es más que "una leyenda urbana". De momento la sombra de las acusaciones ha caído ya sobre el presidente serbio Aleksandar Vučić, quien ha negado tajantemente cualquier vínculo con el caso.
Imágenes | Wikipedia 1 y 2
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La noticia
Si creíamos que el sitio de Sarajevo había sido cruel es porque no conocíamos lo peor: los 'safaris humanos' para ricos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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