La atmósfera festiva dominó el estudio cuando Keira Knightley, reconocida internacionalmente por su papel en Realmente amor, fue la invitada especial del episodio navideño de Dish Podcast, disponible en YouTube.
La actriz compartió anécdotas sobre su relación con la famosa película, sus costumbres familiares y el detrás de escena del anuncio navideño de Waitrose, en una charla distendida y llena de humor.
Knightley bromeó al inicio de la conversación sobre una comparación con Papá Noel: “Creo que nunca me habían comparado con Papá Noel, pero lo tomo como un cumplido”. Reconoció el peso simbólico de Realmente amor en estas fechas, aunque confesó: “Solo vi Realmente amor una vez. Creo que sería raro verme a mí misma cada Navidad”.

Esta sinceridad sorprendió a los presentadores, quienes acordaron que es comprensible que los protagonistas no revisiten habitualmente sus películas. Knightley relató, entre risas, cómo los memes de la película siguen circulando y cómo, en ocasiones, le piden repetir frases que ni siquiera recuerda: “Tengo un botón de borrar en mi cabeza para cada línea que dije en una película. Cuando termino una escena, se me olvida”.
La conversación giró hacia sus costumbres navideñas. “Mi día de Navidad empieza con mis hijos gritando que llegó Papá Noel. Tenemos la regla de no abrir regalos antes de las siete”, explicó. La rutina familiar incluye café antes de los obsequios y, después, una comida abundante.
Knightley admitió que su esposo, James Righton, es el chef de la casa, mientras ella colabora en las tareas: “James hace toda la cocina. Yo ayudo, pero él es el chef. Le encanta, es metódico y lo disfruta mucho. Yo me distraigo y termino quemando todo”. Relató que, aunque antes cocinaba, la calidad de los platos de su marido la convenció de cederle el mando en la cocina.
En cuanto a los platos típicos de su mesa, destacó que nunca faltan el pavo, las papas asadas, los brotes de Bruselas con panceta y castañas, y el tradicional pudin de toffee pegajoso preparado por su madre.
El año anterior, optaron por un crumble de manzana para ofrecer un postre más ligero tras la copiosa comida. “Me gusta que la Navidad sea sencilla, sin estrés y que todos disfruten”, afirmó.

El episodio abordó también el reciente anuncio navideño de Waitrose, la cadena de syupermercados británicos, donde Knightley comparte protagonismo con el actor Joe Wilkinson. Contó con humor la experiencia del rodaje y la curiosidad de sus hijos: “Mis hijos me preguntaron: ‘¿Le diste un beso?’ Y yo les dije: ‘Más o menos, reboté en su barba’”.
Sobre la escena del beso, aclaró entre risas: “No hubo lengua, esa es la regla en los anuncios de Waitrose. Además, con esa barba, ni siquiera me acerqué a su boca”. La complicidad con Wilkinson y el ambiente relajado en el set marcaron la campaña, que utiliza la comida como lenguaje de afecto. “La comida es el lenguaje del amor por excelencia”, reflexionó.
Knightley evocó la influencia artística de su familia: “Mi madre era escritora y actriz, mi padre actor. Pedí mi primer agente a los tres años y lo conseguí a los seis, como incentivo para mejorar en la lectura, ya que soy disléxica”.

Compartió recuerdos sobre la cocina de su madre, célebre por su “salsa bastarda”, una salsa improvisada con lo que hay en la despensa, y los fish cakes con salsa de acedera que la transportan a su infancia. En su hogar actual, la dinámica familiar gira en torno a la cocina de James y la colaboración en tareas simples: “Yo pico, limpio, pero él lidera todo”.
Durante el episodio, la actriz participó en un cuestionario gastronómico. Reveló su gusto por los huevos revueltos, el sándwich de queso, la papa asada y la albahaca como hierba favorita.
No es muy aficionada al chocolate, pero si tiene que elegir, prefiere el negro y sencillo. Además, confesó su debilidad por los platos picantes y las sopas de fideos, y su aversión al eneldo en exceso: “Me gusta el eneldo de fondo, pero no en primer plano”.

La charla concluyó con una pregunta lúdica sobre qué tradición navideña eliminaría entre el árbol, los villancicos o Realmente amor.
Knightley, sin dudar, optó por la película que la catapultó como ícono navideño, argumentando que solo la vio una vez y que no podría renunciar ni al árbol ni a los villancicos, aunque ofreció disculpas a los fans y a Richard Curtis, su amigo y creador del filme.
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