
La mañana del 25 de enero, un taxi se impactó sobre avenida San Antonio Abad, a la altura de la colonia Obrera, en la alcaldía Cuauhtémoc, provocando la muerte del conductor y el rescate de un perrito que quedó prensado dentro del vehículo.
De acuerdo con los primeros reportes, el percance ocurrió cuando el vehículo venía a alta velocidad y perdió el control, terminó chocando, generando una fuerte movilización de servicios de emergencia en la zona.
El conductor salió disparado de la unidad y terminó tirado en la avenida, paramédicos que arribaron al sitio confirmaron que el conductor ya no contaba con signos vitales, por lo que se dio aviso al Ministerio Público para iniciar las diligencias correspondientes y el levantamiento del cuerpo.
La vialidad presentó afectaciones durante varias horas mientras se realizaban las labores periciales y el retiro de la unidad siniestrada.
Sin embargo, el caso tomó mayor relevancia horas después del accidente, cuando comenzaron a circular en redes sociales una serie de videos que presuntamente muestran al mismo taxista antes del choque, caminando de manera errática en la vía pública y visiblemente alterado.
En uno de los clips, el hombre aparece gritando y señalando su propio cuerpo, asegurando que tenía insectos sobre él, lo que evidenciaba un comportamiento fuera de lo normal. Testigos que grabaron las imágenes señalaron que el sujeto parecía desorientado y en un posible estado de crisis, lo que levantó cuestionamientos sobre su condición física y mental, momentos antes de conducir.
Un segundo video generó aún más polémica. En las imágenes se observa al taxista con la puerta abierta de su automóvil, mientras que a unos metros de distancia se distinguen al menos dos patrullas con las luces encendidas. No obstante, en el material no se aprecia la presencia cercana de elementos policiacos interviniendo directamente para impedir que el conductor abordara el vehículo en el estado en que se encontraba.
Esta situación ha provocado críticas y cuestionamientos en redes sociales, donde usuarios se preguntan si una intervención oportuna por parte de las autoridades pudo haber evitado que el hombre condujera y, con ello, el fatal desenlace.
Hasta el momento, las autoridades no han confirmado si el hombre se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia, si padecía una condición médica previa o si se activó algún protocolo de atención para personas en estado de alteración. La Fiscalía capitalina será la encargada de determinar las causas reales del accidente y deslindar responsabilidades.
Especialistas han señalado que este tipo de casos evidencian la importancia de protocolos de actuación cuando una persona muestra conductas de riesgo en la vía pública, especialmente si está a punto de conducir un vehículo de transporte público.
Mientras tanto, el caso continúa generando debate sobre la responsabilidad institucional, la atención a la salud mental y la prevención de tragedias que, para muchos, pudieron haberse evitado.
Resumen en 5 puntos
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