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Trump en Medio Oriente: el backstage de la gira por una región convulsa

Trump en Medio Oriente: el backstage de la gira por una región convulsa

Fue anunciada con bombos y platillos. Se trata de la gira de cuatro días que el Presidente Donald Trump realizó esta semana por tres ricos Estados del Golfo Pérsico: Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, la primera al extranjero desde que el republicano asumió en enero. Pero no solo se centró principalmente en los intereses económicos de Estados Unidos en la región, sino que también complicó la geopolítica en la zona que vive momentos de gran tensión y cambio.

El Presidente, que no ocultó que los acuerdos económicos serían el foco de la visita, afirmó que las inversiones totales de los tres países que visitó podrían alcanzar los cuatro billones de dólares. Si bien gran parte de ese total se compone de compromisos a largo plazo que podrían o no materializarse -e incluye algunos acuerdos que ya estaban en marcha-, los líderes de los países del Golfo se mostraron encantados de proporcionarle a Trump las impresionantes cifras.

Por ejemplo, Trump anunció importantes inversiones de países de Medio Oriente en empresas estadounidenses, incluido un acuerdo de inversión de 600 mil millones de dólares de Arabia Saudita y un acuerdo con Qatar Airways para comprar cientos de aviones de Boeing y GE Aerospace.

Y el viaje tuvo de todo, incluido un saludo fraterno con el príncipe saudita Mohammed bin Salman Al Saud (MBS), que llevó a que Trump dijera: “Me cae muy bien”. Mientras que los planes para recibir de regalo el avión jumbo de 400 millones de dólares de parte de Qatar, que podría reemplazar al Air Force One, no fue mencionado. Aunque ha generado mucha controversia y ha encendido las alarma de expertos en Estados Unidos por los alcances legales que se relacionan con los regalos de gobiernos extranjeros y tienen como objetivo frustrar la corrupción y la influencia indebida.

El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, intercambia documentos con el presidente estadounidense, Donald Trump, durante una reunión bilateral en Riad el 13 de mayo de 2025. Foto: AFP

El inquilino de la Casa Blanca comparó al jeque Tamim bin Hamad Al Thani, actual emir de Qatar, con el heredero saudita, considerándolos “altos, guapos y muy inteligentes”.

Pero la gira también se produjo en un contexto de aparentes negocios en beneficio propio de la familia Trump, lo que generó controversia en el país. Antes del viaje, la Organización Trump, dirigida por Eric, el hijo del presidente, inauguró un hotel en Dubai y cerró un acuerdo inmobiliario con una empresa estatal qatarí.

En cuanto a la situación externa de la región, el viaje se llevó a cabo en momentos de extrema tensión regional. La guerra en Gaza persiste, agravando aún más la crisis humanitaria que ha afectado a más de dos millones de palestinos.

“La persistencia del conflicto impide todos los esfuerzos de reconstrucción previstos por los Estados árabes en un plan integral que aún no ha comenzado a implementarse. Las negociaciones entre Estados Unidos e Irán aún no han dado lugar a acuerdos claros sobre el programa nuclear de Teherán, su comportamiento en Medio Oriente ni la flexibilización de las sanciones. El enfoque del gobierno ante otras crisis regionales -en Siria, Libia y Sudán- sigue siendo incierto”, explicó Amr Hamzawy, cientista político egipcio durante un debate organizado por el centro de estudios Carnegie.

Ignorando a Netanyahu

Trump no visitó al mayor aliado regional de Estados Unidos, Israel, y eludió en gran medida el conflicto en Gaza, incluso cuando los ataques israelíes mataron a docenas de palestinos en todo el territorio en los últimos días y cuando desde la OMS se señaló el lunes que el riesgo de hambruna en el enclave está aumentando con la retención deliberada de ayuda humanitaria, incluidos alimentos, en el marco del actual bloqueo.

Trump dijo el viernes que desea ver resuelto el conflicto e hizo un reconocimiento poco común del sufrimiento civil en Gaza. “Hay mucha gente muriendo de hambre, están sucediendo muchas cosas malas”, afirmó.

Una imagen proporcionada por el Palacio Real Saudí muestra al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman (der.) observando cómo el presidente estadounidense Donald Trump (centro) estrecha la mano del presidente interino sirio Ahmed al-Sharaa en Riad el 14 de mayo de 2025. Foto: AFP

Un día antes de que se iniciara la gira de Trump, el grupo palestino Hamas liberó a un rehén estadounidense-israelí de Gaza tras unas negociaciones que pasaron por alto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien -según el diario Financial Times- solo fue informado formalmente tras el éxito de las mismas. “Gracias, presidente Trump”, escribió Edan Alexander en una pizarra mientras lo trasladaban en helicóptero al hospital.

El martes, Trump anunció que levantaría las sanciones contra Siria y programó una reunión al día siguiente en Riad con su nuevo presidente, Ahmed al-Sharaa, un hombre denunciado por Israel como un peligroso yihadista, si bien rompió vínculos con Al Qaeda en 2016. Por su parte, Trump lo describió como “joven, atractivo. Un luchador”.

El Financial Times señaló que Trump ya se había distanciado de Netanyahu en otro frente cuando anunció una tregua el 6 de mayo con los militantes hutíes de Yemen, que habían estado atacando barcos en las rutas marítimas del Mar Rojo.

Eso dejó a Israel luchando solo contra los hutíes. Desde entonces, los rebeldes han disparado tres misiles balísticos contra Israel, dos de ellos durante la visita de Trump a Arabia Saudita. De hecho, en los últimos días Israel llevó a cabo ataques contra los puertos de Hodeidah y Al-Salif en el oeste de Yemen, que según las Fuerzas de Defensa de Israel se utilizan para transportar armas hutíes.

“Quedó claro durante la gira del presidente estadounidense Donald Trump por los países del Golfo que su política exterior está en un ‘lugar muy diferente’ que la del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu”, dijo Laura Rozen, veterana periodista diplomática radicada en Washington, en el podcast del diario israelí Haaretz, señalando la creciente divergencia de intereses entre la Casa Blanca y la coalición gobernante de Israel, tanto sobre Gaza como en Irán.

Sobre todo esto se comenzó a dibujar una ruptura mayor: la decisión de Trump de buscar negociaciones directas con Irán sobre su programa nuclear ha reducido a Netanyahu a un espectador en el tema definitorio de su mandato como primer ministro, un tema sobre el cual ya se ha enfrentado con dos presidentes estadounidenses.

“Ciertamente no parece que Netanyahu tenga la atención de Trump en este momento, y si la tiene, no tiene el corazón ni la mente de Trump”, dijo al Financial Times Michael Oren, exembajador de Israel en Estados Unidos.

Rompiendo el hielo con Siria

Trump conversó el miércoles con Al-Sharaa, en una reunión extraordinaria que revirtió las políticas estadounidenses de larga data no solo hacia el país y sino que hacia el mismo mandatario sirio, un exmilitante que lideró una rama de Al Qaeda, y que fue encarcelado en la prisión de Camp Bucca, ahora famosa por incubar una generación de líderes yihadistas.

Al-Sharaa llegó al poder como líder de la alianza rebelde que derrocó al exdictador Bashar al-Assad en diciembre, respaldado por Turquía.

El emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani (der.), y el presidente estadounidense, Donald Trump, se sientan juntos durante una ceremonia de firma en el Palacio Real de Doha el 14 de mayo de 2025. Foto: AFP

“Al levantar las sanciones ahora de forma tan notoria en Riad, Trump ha ganado terreno diplomático a bajo costo. Recompensó a sus aliados de Medio Oriente y Europa -en particular, Reino Unido, Arabia Saudita y Turquía- que lo habían instado a tomar la iniciativa. Al mismo tiempo, puede cerrar la puerta a cualquier intento ruso de recuperar influencia regional”, explicó en un artículo Frederick Kempe, presidente y director ejecutivo del Atlantic Council.

Así, la eliminación de las sanciones estadounidenses que separan a Siria del sistema financiero mundial allanará el camino para una mayor participación de las organizaciones humanitarias que trabajan en Siria, facilitando la inversión extranjera y el comercio mientras el país se reconstruye. De hecho, una vez que se conoció la noticia decenas de personas salieron a celebrar en la Plaza de los Omeyas de Damasco. Ponían música fuerte, mientras otros pasaban en sus autos ondeando banderas sirias.

La decisión representa un gran impulso para Al-Sharaa, quien ha estado luchando por poner al país bajo el control del gobierno de Damasco. Los desafíos quedaron al descubierto en marzo, cuando leales al exlíder sirio Bashar al-Assad atacaron a las fuerzas gubernamentales, lo que provocó ataques de venganza en los que islamistas armados mataron a cientos de civiles de la minoría alauita, lo que provocó una enérgica condena por parte de Estados Unidos.

Un auto pasa junto a las banderas de Arabia Saudí y Estados Unidos en una avenida principal de Riad el 12 de mayo de 2025, horas antes de la visita del presidente estadounidense Donald Trump al reino. Foto: AFP

Joseph Aoun, presidente del vecino Líbano, elogió la “medida audaz” de Trump como otro paso en el camino de Siria hacia la recuperación y la estabilidad.

Alex Zerden, miembro senior del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, dijo a la agencia Reuters que el anuncio de Trump desharía una situación muy difícil de resolver producto de las sanciones, controles de exportación y designaciones terroristas que habían convertido a Siria en uno de los países económicamente más restringidos, junto con Irán, Corea del Norte y Cuba.

Bajo el gobierno de Assad, Siria permaneció en estado de guerra con su vecino Israel, mantuvo estrechos vínculos con Irán y Rusia y relaciones turbulentas con Occidente.

Desde diciembre, el Ejército israelí ha ocupado territorio sirio cerca de los Altos del Golán, que Israel controla desde 1967, al tiempo que realiza ataques aéreos regulares en el país. Mientras tanto, los funcionarios sirios han manifestado su apertura a una distensión e incluso a una eventual paz con Israel.

Durante su viaje, Trump mencionó las negociaciones nucleares con Irán en varias ocasiones. El martes en Arabia Saudita, el mandatario afirmó que ofrecía a Teherán “un camino mucho mejor hacia un futuro mucho mejor y más esperanzador”, al tiempo que insistió en que Estados Unidos no permitiría que Irán desarrollara un arma nuclear.

Y después de que un alto funcionario iraní hablara en una entrevista con NBC News sobre la posibilidad de “mejores relaciones” con Estados Unidos, Trump compartió las declaraciones en sus redes sociales el jueves. Los comentaristas iraníes interpretaron esto como una señal de su disposición a abandonar la postura maximalista de cerrar el programa nuclear iraní.

Trump solicitó la ayuda de Qatar, que ha desempeñado el papel de intermediario entre Estados Unidos e Irán, para alcanzar un acuerdo. En sus declaraciones del jueves, el republicano también elogió a Qatar y afirmó que Irán tenía “mucha suerte” de contar con un aliado así.

Fuente

LaTercera.com

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