Un “friki” de lo paranormal le enseña a su cita de ‘First Dates’ cómo funciona una spirit box para registrar las voces de fantasmas: “Convivimos con ellos”
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Un “friki” de lo paranormal le enseña a su cita de ‘First Dates’ cómo funciona una spirit box para registrar las voces de fantasmas: “Convivimos con ellos”

La soltera, experta en energías, ha asegurado que su acompañante “tiene un aura bonita” y se ha quedado fascinada en la primera cita
Alejandro, un vigilante de seguridad de 33 años, se presentó en el programa First Dates para compartir su pasión por lo paranormal y las ciencias inexactas. Su mayor hobbie es hacer vídeos de investigaciones paranormales al estilo de Iker Jiménez, y todos sus trabajos están publicados en internet. Durante la cita, Alejandro sorprendió a Carlos Sobera, el presentador, al mostrarle dos de sus herramientas para detectar fenómenos paranormales, entre ellas una spirit box, un aparato diseñado para registrar voces ocultas.
La curiosidad del presentador no tardó en salir a la luz, preguntando si podrían captar alguna voz paranormal en el restaurante. Sin embargo, la respuesta de Alejandro cortó la ilusión: “Si le hubiera puesto pilas y el altavoz, sí”. Sobera reaccionó con humor: “Mi gozo en un pozo, no se puede ir sin pilas por la vida, macho”. Sobre el lugar donde más voces puede captar, Alejandro explicó que “en cualquier lado, porque convivimos con ellos”.
La cita de Alejandro fue Cynthia, una jienense de 30 años, zen y muy espiritual, convencida de que “la vida es energía y depende de cuál sea tu energía, la vida es más bonita o fea”. Aunque atravesaba un momento de desamor y sentimientos difíciles, seguía creyendo que “el amor es algo maravilloso”. Alejandro quedó prendado de sus ojos y comentó que le parecía “una chica muy mona”. Cynthia le contó que era de Jaén, y él le confesó que “estaba deseando ir a conocer la zona”.
“Algo interesante y friki a partes iguales”
Durante la cena, Alejandro preguntó a Cynthia sobre su opinión acerca de los fenómenos paranormales, y ella respondió que “pensaba que existían”. Esto hizo que el soltero se sintiera seguro para confesarle que realizaba investigaciones sobre este tema, lo que despertó la atención de Cynthia: “Es algo que no conozco”. Ella valoró el lado “friki” de Alejandro, confesando que “me parece interesante”. Alejandro le explicó que solía visitar escenarios de muertes y asesinatos, lugares “que consideran cargados”. Cynthia disfrutaba escuchándolo porque le parecía “algo interesante y friki a partes iguales, dos cosas que me gustan”.
El diálogo se fue acercando a temas más cotidianos cuando Cynthia le habló de su trabajo y de que tenía los estudios un poco aparcados, aunque quería retomarlos porque “me gusta saber de todo y de nada, un día me gustan los delfines y al otro, me interesan los volcanes”. Alejandro entendió perfectamente y respondió con una frase que resumió su forma de ver la vida: “Los locos somos más felices”.
En cuanto a sus relaciones anteriores, Alejandro reconoció que nunca había habido una buena comunicación y admitió que era consciente de que era un problema suyo y que “estoy trabajando en ello”. Esta sinceridad gustó a Cynthia, quien no dudó en decirle que “me está gustando él y la cita”.

Para añadir un toque más paranormal, Carlos Sobera consiguió unas pilas para que Alejandro pudiera usar la spirit box y comprobar si había algún fenómeno extraño en el restaurante. Los solteros se trasladaron a la terraza, donde comenzaron a detectar ondas y voces. Cynthia tomó la herramienta y registró ondas electromagnéticas: “No sé de dónde son, pero estaban”. Alejandro le explicó que otro aparato que llevaba servía para registrar voces y la sorprendió al contarle que “se podían grabar conversaciones de personas no presentes”.
Impresionada, Cynthia quiso que Alejandro le demostrara más sobre las voces y le propuso visitar juntos sitios abandonados en Jaén, convencida de que la zona tenía una energía especial. Alejandro agradeció el gesto, y el momento se volvió aún más íntimo cuando Cynthia le dio un beso en la frente sin avisar. “Tiene una energía bonita que no he conseguido ver. Pero tiene un aura bonita y una energía bonita”, confesó ella en el confesionario.
Ambos coincidieron en que la cita se les había hecho muy corta y expresaron su interés por seguir conociéndose. Pero antes de despedirse, tomados de la mano, decidieron realizar una última prueba con la spirit box, y Alejandro preguntó: “¿Alguien se opone a que tengamos una segunda cita?”, dando así un cierre inesperado y paranormal a un encuentro que mezcló romance y misterio.
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