Google Maps es una herramienta que nos puede llevar de viaje por los lugares más insólitos sin despegarnos del sofá. Las grandes pirámides, la tundra canadiense o incluso el Everest son ‘visitables’. Pero si introducimos las coordenadas 41.35474 - 88.79789, parece haber un error. ¿Un coche en mitad de un lago? No es un coche normal, es un Volvo. Es más, es EL Volvo.
A las afueras de Ottawa, a unos 130 kilómetros de Chicago, hay una diminuta isla artificial que tiene el tamaño justo para albergar un Volvo S80 plateado de 2001. Y si se te está pasando por la cabeza que a alguien se le olvidó ahí aparcado cuando la zona se inundó o cualquier otra historia rara, debes saber que la historia tiene una explicación mucho más sencilla.
Y también muchísimo más divertida.
Año 2012. Scott Mann, ciudadano local y propietario de un par de talleres de reparación de coches, poseía los terrenos de una antigua mina a cielo abierto que había sido abandonada e inundada, formando un lago artificial. Como a veces parece que la publicidad no tiene límites, a Mann se le ocurrió una idea: colocar un coche en mitad del lago.
No sabemos si fruto de un “a que no tienes narices” o porque de verdad le parecía buena idea, el empresario concibió esto como una estrategia de marketing para promocionar sus talleres. ¿Cómo? Pues no tengo ni la más remota idea, pero él lo debía tener clarísimo. Su plan era colocar el coche ahí en medio y organizar un concurso para que la gente adivinara cómo había llegado ahí.
Realmente, colocar el Volvo fue de lo más sencillo: como los terrenos son suyos, remolcó el coche hasta el extremo de una lengua de tierra y, posteriormente, retiró el segmento que conectaba la península con el resto del continente. Listo, el Volvo S80 ya estaba en su nuevo hogar, y ahí se abandonó a la espera de que alguien se pregunta cómo había ocurrido.
Hay un par de cosas que están mal en ese plan, y en la oficina resultó que alguien cuestionó si, realmente, era una buena decisión. Tiffany Warren, gerente de la oficina, explicó al medio local The Times que empezaron a hacerlo con la idea del concurso, pero al final abandonaron la idea porque “en realidad, era bastante peligroso”.
El motivo es evidente: la tierra no es la más estable, hay 12 metros de profundidad alrededor del coche y si alguien intentaba llegar a él por el motivo que fuera, podía ocurrir una desgracia. Así pues, la idea del concurso se abandonó, exactamente igual que el Volvo y cualquier otro plan genial de marketing que Mann pudiera tener en la cabeza.
Durante unos años, la Isla Volvo no pasó de curiosidad local, pero en 2015… explotó. Apareció en Google Maps y Street View e Internet hizo su trabajo. El lugar se viralizó y, aunque sólo se puede ver de lejos porque no deja de ser una propiedad privada, cientos de fans se han acercado a contemplar esta obra que podría ser otra de las maravillas del mundo moderno.
De hecho, lo más delirante es que en Google Maps aparece como “Atracción turística”, y acumula 455 reviews en el momento de escribir esto con una puntuación de 4,9 sobre cinco estrellas. Las reviews son para echarse unas risas, pero no pienses que la gente simplemente escribe una reseña y listo: realmente acuden al lugar, toman fotos y las suben a la plataforma.
“Las fotos simplemente no le hacen justicia a este lugar. Me siento verdaderamente bendecido por haber visto la Isla Volvo con mis propios ojos. Conduje hasta la Isla Volvo en un Volvo para vivir una experiencia increíblemente inmersiva. Al alejarme en el Volvo de mi esposa, me sentí abrumado por la emoción de lo que acababa de presenciar: la Isla Volvo en todo su esplendor”, comenta alguien en el sistema de Google.
También hay preguntas más serias, como cómo es posible que, tras tanto tiempo, la carrocería siga en ese estado, sin signos de corrosión cuando lleva, como mínimo, 13 años a la intemperie. Y gente que afirma que la isla es el Gran Cañón del Medio Oeste o el Taj Mahal de la civilización occidental, un lugar obligatorio si vas a Estados Unidos y una recomendación: ve temprano porque hay cola.
Fuera bromas, lo cierto es que es de lo más curioso que Google Maps muestre el icono de un coche en mitad del lago. También es un ejemplo genial de cómo Internet convierte en fenómeno ¿cultural? algo tan inesperado que no sólo ha inspirado un turismo digital, sino físico.
Y parece que Mann no tiene intención alguna de retirar el vehículo o de modificar la isla. Ha tomado, como decimos, medidas para evitar que las personas accedan al islote debido tanto a la profundidad como a los cambios bruscos de terreno bajo la superficie, pero todo indica que este “anuncio” fallido se quedará ahí durante mucho, mucho tiempo.
Debería haber puesto un cartel de su taller, o algo. Al menos… se lleva esa publi.
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La noticia
Un Volvo S80 lleva 13 años aparcado en medio de un lago. Y se ha convertido en una atracción turística
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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