Una primaria inédita: solo un sector en competencia y menos actores en juego

Una primaria inédita: solo un sector en competencia y menos actores en juego

Chile vivirá hoy una primaria presidencial oficialista sin precedentes. Por primera vez desde la implementación del sistema de primarias legales, solo un sector político estará en competencia: el bloque oficialista, representado por Carolina Tohá, Jeannette Jara, Gonzalo Winter y Jaime Mulet. No hay carta de la derecha ni del centro en disputa, y eso, según expertos, podría impactar directamente en la participación.

En 2013, con una ciudadanía aún motivada por los cambios institucionales tras el primer gobierno de Piñera, la primaria se convirtió en una gran consulta nacional. Michelle Bachelet se impuso ampliamente en la Nueva Mayoría, mientras que en la derecha triunfó Pablo Longueira sobre Andrés Allamand. En total, votaron más de 3 millones de personas en ambos pactos.

En 2017, el panorama fue diferente: el Frente Amplio debutó con Beatriz Sánchez y Alberto Mayol, obteniendo 327 mil votos, mientras que en la derecha Sebastián Piñera superó a Manuel José Ossandón y Felipe Kast, en una contienda que convocó poco más de 1 millón 800 mil personas. La participación bajó, pero hubo competencia real entre bloques.

En 2021, con la crisis social fresca y el proceso constituyente en marcha, la izquierda volvió a entusiasmar: Gabriel Boric venció a Daniel Jadue en una primaria con más de 1,7 millones de votantes, mientras que la derecha —con Sebastián Sichel, Joaquín Lavín, Mario Desbordes e Ignacio Briones— sumó 1,3 millones de sufragios. Aunque no fue masiva, hubo tensión política y expectativa ciudadana.

Este año es distinto. La derecha no participa. José Antonio Kast (Republicanos) ha optado por evitar el mecanismo legal. Franco Parisi, Marco Enríquez-Ominami y otros presidenciables también han quedado fuera del tablero. Eso deja a la primaria del domingo sin un contrapeso político y con menor visibilidad pública.

Con 14,7 millones de personas habilitadas para votar, los antecedentes históricos muestran que ni siquiera en los momentos de mayor polarización se superó el 25% de participación. Hoy, sin una contienda interbloque ni figuras altamente convocantes, todo indica que la primaria 2025 podría marcar un mínimo histórico en participación.

El resultado no solo definirá un nombre. También medirá fuerzas dentro del oficialismo y mostrará cuánto respaldo real tiene cada una de sus almas: la socialdemocracia y la izquierda transformadora.

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