Una revolución necesaria

La atención primaria en salud, aquella que se realiza en consultorios y otras instituciones similares, es la piedra angular del sistema chileno. La inversión en el área crece vertiginosamente en términos reales, siendo el presupuesto, en billones de pesos, 1,47 el año 2022, 1,88 el 23, 2,03 el 24 y 2,23 el 2025. Es decir, 10% por año de aumento. Esto se debe en primer lugar al crecimiento de la población inscrita en los distintos municipios, más que al ajuste del valor (per cápita) por cada persona beneficiaria, que no ha variado en los últimos tres años. El aumento del gasto se debe a que las personas que deben ser atendidas ha aumentado en cerca de 1,5 millones en los últimos tres años.

Esta realidad genera un desafío imposible, que se traduce en que la falta de atención y resolutividad de la red primaria gatilla consultas no apropiadas en los Servicios de Urgencia, o enormes listas de espera para consultas que debieron haber sido resueltas en la red de consultorios.

Factores determinantes en estas brechas y la ineficiencia asociada, es la falta de infraestructura, que la Comisión para la Productividad estima en casi US$ 1.000 millones el año 2022; y en haber restado copagos de parte de los beneficiarios de Fonasa por el orden de US$ 330 millones en los últimos dos años, incluyendo el costo cero de la atención en hospitales. Es decir, se ha impuesto un déficit inadecuadamente presupuestado, en una política claramente regresiva, que beneficia a quienes tienen más ingresos entre los beneficiarios de Fonasa.

La atención primaria de salud es el foco que debe tener cualquier reforma al sistema; pero ello debe contemplar algunas medidas urgentes, como son crear una verdadera carrera funcionaria para los médicos de familia, reformar el currículo formativo de las carreras de la salud, permitir que profesionales no médicos asuman más funciones en el diagnóstico y tratamiento (como ya ocurrió con la reforma del Código Sanitario que permite que tecnólogos médicos puedan prescribir lentes), no seguir adelante con la política de gratuidad para quienes pueden financiar algo de su atención, y generar que el mundo prestador y asegurador privado tengan un plan de salud garantizado como piso mínimo de cobertura. Esto requiere urgencia; pero prudencia, y copio a Carlos Peña, que, en su último libro, “Humanidades” (Taurus, 2025), cita a Otto Neurath: “Somos como marineros que, en alta mar, deben reconstruir su barco, pero nunca pueden empezar de cero. Donde se quita una viga, hay que colocar otra de inmediato, y para ello se utiliza el resto del barco como soporte. De esta manera, utilizando las vigas viejas y la madera flotante, se puede dar una forma completamente nueva al barco, pero solo mediante una reconstrucción gradual”.

Reformar un sistema en movimiento es un gran desafío. Integrar un sistema público-privado, con una política explícita desde el Ministerio de Salud, y una remuneración adecuada para el desarrollo de vocaciones que privilegien la salud familiar, son caminos que otras naciones han tomado con gran éxito.

Por Jaime Mañalich, médico

Diciembre 16, 2025 • 12 horas atrás por: LaTercera.com 30 visitas

🔥 Ver noticia completa en LaTercera.com 🔥

Comentarios

Comentar

Noticias destacadas


Banner imotores.cl

Contáctanos

completa toda los campos para contáctarnos

Todos los datos son necesarios
Banner imascotas.cl