Una semifinal de Champions League para enmarcar: Barcelona e Inter empatan en el partidazo del año
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Una semifinal de Champions League para enmarcar: Barcelona e Inter empatan en el partidazo del año

Partidazo. Cumplió de todas maneras con lo que se espera de una semifinal de Champions League. Solo el mejor torneo de clubes del orbe puede entregar duelos de este nivel, tan intensos y trepidantes, como igualmente atractivos. En comparación con la realidad criolla, parece otro deporte. Para el neutral, es un lujo. El Barcelona y el Inter de Milán brindaron un espectáculo premium. Un tremendo 3-3.
Lo ajustado del calendario ponía cierta cuota de alerta respecto a cómo llegaban los elencos al cotejo en el Estadio Olímpico Lluis Companys, al jugar tan seguido. Los azulgranas tienen como horizonte el sueño del triplete, toda vez que ya consiguieron la Copa del Rey (le ganaron la final al Real Madrid, en el alargue) y en LaLiga están muy bien perfilados. Por su parte, los nerazzurri perdieron la punta de la Serie A (hoy están a tres puntos del Napoli) y arribaron a Cataluña con tres derrotas consecutivas, sin anotar.
El Inter se demoró 30 segundos en ponerle fin a la sequía que arrastraba. Así de veloz fue el 1-0 de la visita: una genialidad de Marcus Thuram, de taco, conectando un centro de Denzel Dumfries. La anotación del francés se convirtió en la más rápida en la historia de una semifinal de Champions. El arranque de los italianos era prometedor.
Independiente al resultado, el primer tiempo del Barcelona fue grandioso. Desplegó un fútbol intenso, vertical y agradable a la vista. Tuvo acorralado a los interistas en su campo. Ni siquiera el marcador en contra lograba atenuar la expresión de los culés en la cancha. Manejó el balón siempre con una intención de ataque, mientras el Inter armaba una línea de cinco en el fondo a la hora del retroceso. Cada vez que Lamine Yamal intervenía, había sensación de que algo podía pasar. Le ganó con claridad el duelo a Dimarco.
El fútbol tiene esas cosas que le hacen ser un deporte tan especial. No siempre se logra imponer el que juega mejor (o más bonito), desde la subjetividad de cada cual. En los 21′, a través de una pelota detenida, la escuadra de Simone Inzaghi llegó al 2-0, gracias a una media chilena del neerlandés Dumfries en área chica, luego de un pivoteo de Acerbi tras un córner. El cuadro lombardo no brillaba, pero era altamente efectivo.

El Barcelona encontró premio a su insistencia en los 24′. Descontó mediante un golazo de Lamine Yamal, quien se adentró en el área y sacó un remate al otro palo de Yann Sommer. El joven español llegó a los 100 partidos con la camiseta azulgrana siendo una de las estrellas del campo. Un partido de alto vuelo, donde los catalanes desplegaron lo mejor de su repertorio. Solo las intervenciones del portero Sommer evitaban que el resultado fuese distinto. El 1 suizo era el sostén de un Inter atrincherado.
Una gran semifinal de Champions
Esa búsqueda del local tuvo su recompensa con el 2-2 de Ferran Torres, en los 38′. El jugador, quien ocupó la demarcación de centrodelantero ante la ausencia de Robert Lewandowski, definió de gran manera tras un pivoteo de Raphinha, luego de un impecable pase de Pedri. Locura de partido. Los pupilos de Hansi Flick terminaron la primera mitad con el 72% de posesión y 339 pases, contra 132 del rival.
El segundo lapso fue más abierto, porque el Inter salió más de su encierro y fue reduciendo la brutal supremacía azulgrana del primer periodo. Una virtud de los lombardos fue aprovechar el balón detenido ofensivo. Por contraparte, la defensa en la pelota parada fue el punto más débil del Barcelona. En los 63′, repitió Dumfries, mediante un cabezazo, que en la trayectoria se desvía en Ronald Araújo y se mete en el arco de Szczesny.
No obstante, como se trató de un duelo tan entretenido como versátil, faltaba la respuesta azulgrana. Un par de minutos más tarde, con una jugada preparada, el Barcelona de Flick llegó al 3-3. Un furioso zurdazo de Raphinha impacta en el travesaño y, luego, en la espalda de Sommer. Autogol del arquero interista, para volver a poner paridad. Todo era una moneda al aire. El desenlace era totalmente abierto. Incluso, los italianos llegaron al cuarto, pero la anotación de Mkhitaryan fue anulada por un off side milimétrico.
Fue de esos partidos que estarán en el anuario de lo mejor de 2025, sin lugar a dudas. Y solo fue la ida de una serie de 180 minutos. El próximo martes, en Milán, se volverán a encontrar y definirán al primer finalista de la Liga de Campeones.
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