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Vietnam es un ejemplo para los revolucionarios y para los pueblos del mundo

Vietnam es un ejemplo para los revolucionarios y para los pueblos del mundo

Hace medio siglo Vietnam, bajo el liderazgo de Ho Chi Minh, demostró al imperialismo que no hay poderío militar ni ejército que pueda contra la determinación de todo un pueblo a ser libre.

Oscar Sánchez Serra. Periodista. “Granma”. La Habana. 30/4/2025. Eran las garras de un monstruo sediento de sangre, ávido de dominación y de expansión. Sus fauces trataban de engullir a una urdimbre mágica de voluntad de acero y de unidad, atributos que dieron luz al heroísmo de seres humanos tocados por la luz de la nobleza. Hombres, mujeres, ancianos y hasta los niños tejieron una de las más épicas obras en defensa del suelo patrio.

No hubo una guerra en el pasado siglo XX más genocida, de una superpotencia mundial contra un pequeño y humilde pueblo. Un ejército sofisticado, con fuerzas aéreas, marítimas, terrestres, armas químicas, bombas de fragmentación, agente naranja, fósforo vivo, napalm, y hasta una cortina electrónica que fue burlada rápida e ingeniosamente, descargó el imperialismo estadounidense sobre Vietnam del Sur y la República Democrática de Vietnam. Sobre esta última recayó un verdadero ensañamiento aéreo.

Antes, a finales de la década de 1940, Francia luchaba por controlar sus colonias en Indochina: Vietnam, Camboya y Laos. Pero, aun con el sostén financiero que le brindó Estados Unidos, los levantamientos contra el dominio colonial galo comenzaron a doblegar a la metrópoli europea. Sin embargo, al igual que otras potencias, intentó recuperar esos territorios, después de 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial.

Laos se independizó en 1949 y Camboya en 1953, y también en 1949 Francia le propuso a Vietnam su autonomía, que se trataba de una independencia limitada, pues la nación del Viejo Continente seguía controlando el sistema defensivo y la política exterior. Frente a la engañosa propuesta, el movimiento independentista vietnamita no dejó de crecer bajo la guía de Ho Chi Minh, el arquitecto y fundador del actual Vietnam, y orfebre de las victorias sobre el colonialismo francés; sobre el japonés, que tras su derrota quiso pescar mangos bajitos en las tierras y costas de los anamitas; y el estadounidense.

Ya el Tío Ho, como se le conoce, había proclamado, el 2 de septiembre de 1945, la República de Vietnam, en una plaza Ba Dinh abarrotada y enardecida de júbilo, en el centro de Hanói, al norte de Vietnam.

Los aliados habían derrotado a los nazis, y Francia, metrópoli de muchos países de ultramar, también era liberada. Fue en ese preciso momento cuando Ho Chi Minh le dio al mundo a un Vietnam independiente, a pesar de que acababa de sufrir una cruenta contienda frente a los japoneses, parte central del eje Roma-Berlín-Tokio, dispuesto a apoderarse del universo.

Latente aún la alegría desbordada en Ba Dinh, Francia, amparada por Estados Unidos, se propuso retomar las colonias, y Vietnam era la primera. Pero se encontró con un ejército popular de campesinos que le hizo frente a ese poderío, y en 1954, en Dien Bien Phu, en la frontera con Laos, las fuerzas coloniales mejor preparadas de la época sufrieron una contundente derrota.

Fue ese el fin del colonialismo francés en suelo vietnamita y, a la vez, el inicio de una nueva guerra, como si hiciera falta otra prueba más de resistencia y de valor a ese pueblo.

Apareció entonces, sin máscara alguna, la “preocupación” estadounidense por la “inestabilidad regional”. El imperio se fue comprometiendo, cada vez más, a contrarrestar a los comunistas: Estados Unidos no se retiraría de Vietnam hasta 20 años después.

En virtud de los acuerdos del fin de la guerra, y con ella el fin del colonialismo francés en Vietnam, esas tropas debían reunirse al Sur del Paralelo 17 para salir hacia su país. Fue entonces que Estados Unidos apoyó al Gobierno “provisional” sudvietnamita, con armas y dinero a chorros, para que se hicieran fuertes y quedara dividido Vietnam. Al Norte, la República Democrática de Vietnam, con su capital en Hanói. Al Sur, la República de Vietnam del Sur, con su capital en Saigón. Allí radicaría un Gobierno yanqui.

La guerra de liberación del sur era un hecho, bajo la divisa de Ho Chi Minh: un solo Vietnam

Contra bombardeos indiscriminados, los vietnamitas usaron trampas de bambú en la selva que aterrorizaban a las bien equipadas tropas estadounidenses, y domesticaban avispas para usarlas frente al usurpador ejército. A ese método de lucha, Ho Chi Minh lo llamó, táctica y estratégicamente, La guerra de todo el pueblo por la salvación nacional, la libertad, la soberanía y la reunificación. De ahí salió una doctrina militar.

Cualquier semejanza con la realidad en la mayor isla de las Antillas no es pura coincidencia; se trata de que Cuba es también un pequeño país, con una Revolución y un Partido que, con orgullo, defiende los mismos ideales, frente al mismo enemigo.

En los campos de arroz, en aldeas o ciudades; en el llano o en la montaña, en los caminos o en los ríos quedaba la huella de la metralla contra el heroico pueblo indochino, que jamás dejó de empinarse; que mostró una infinita y sólida convicción de victoria. Se calcula que los bombardeos les arrebataron la vida a más de dos millones de sus hijos.

Sin embargo, no se rindió, se agigantó ante el monstruo, usando su astucia como arma; su coraje como escudo; y su inteligencia para hacer trizas al poderoso enemigo. Nada fue al azar, el pueblo vietnamita combatió bajo sólidos principios programáticos del Partido Comunista de Vietnam, descritos por su fundador, Ho Chi Minh.

Tanta valentía y perseverancia fue recompensada, y un día como hoy, hace 50 años, los soldados estadounidenses, en estampida despavorida, capitulaban y abandonaban Saigón.

Un cambio histórico en la lucha de toda la Humanidad

El 30 de abril de 1975 significa la culminación de una larga lucha de décadas del pueblo vietnamita, que, con su heroísmo, derrotó al imperialismo francés primero, luego al japonés y finalmente al de EE. UU.

La caída de la entonces Saigón marcó el triunfo de la lucha por la liberación de Vietnam, y de su independencia definitiva y su soberanía.

Fue una victoria de la unidad y de la voluntad de lucha del pueblo vietnamita; fue un triunfo del Partido Comunista de Vietnam y de su pueblo, afincado en los ideales de Ho Chi Minh, quien, aunque no pudo verla, fue su gran artífice y su inspiración.

El triunfo del pueblo y la Revolución Vietnamita contra el imperialismo yanqui significó un cambio histórico en la lucha de toda la humanidad, fue una derrota histórica del imperialismo y del colonialismo. Fue un hito para la revolución mundial, una referencia para la historia.

Ho Chi Minh

Planteamientos teóricos y políticos, llevados a la práctica y materializados por el Partido Comunista de Vietnam.

  • Unidad nacional.
  • La tarea histórica de conquistar la independencia y la soberanía nacional.
  • Construcción de una estrategia y una táctica justa.
  • Imperativo de una vinculación estrecha con el pueblo y el protagonismo popular organizado.
  • La guerra de todo el pueblo.
  • Construcción de una nueva sociedad socialista.

 Testamento político

  • “Vietnam será libre, independiente y soberano, el enemigo será derrotado, y el pueblo vietnamita construirá un Vietnam diez veces más hermoso. Deberá estar unido”.
  • “Nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de la lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos -el francés y el norteamericano- y ha hecho una digna contribución al movimiento de liberación nacional”.
  • “Mi último deseo es que todo nuestro Partido y pueblo, unidos estrechamente en la lucha, construyan un Vietnam pacífico, unificado, independiente, democrático y próspero, y hagan una valiosa contribución a la revolución mundial”.

      Hanói, mayo de 1969.

Fuente: Marta Rojas, Ho Chi Minh y la lucha contra los imperialismos japonés, francés y estadounidense

El heroísmo del pueblo vietnamita en la voz del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz

“Hemos visto infinidad de cráteres de bombas, es imposible calcular los millones de cráteres que han dejado los bombardeos en Vietnam. Esos cráteres aparecen por todas partes. Desde el aire se puede apreciar que la mayor parte de esas bombas fueron lanzadas indiscriminadamente para sembrar el terror, sobre cualquier lugar, sobre cualquier punto del territorio de Vietnam. Y verdaderamente que algunas zonas ofrecen el aspecto de un paisaje lunar.

“Hemos estado en la heroica provincia de Quang Binh, allí no quedó en pie una sola vivienda, un solo edificio, una sola construcción, una sola escuela, un solo hospital.

“Durante años enteros la población tuvo que vivir prácticamente bajo tierra.

“Profundamente nos ha impresionado el pueblo vietnamita, nos ha impresionado su unidad indestructible, su valor, su heroísmo, su patriotismo, su conciencia revolucionaria, su espíritu internacionalista, su entusiasmo, su capacidad de sacrificio, su ánimo de lucha y de trabajo.

“Solo conociendo al pueblo vietnamita se puede comprender su victoria sobre el imperialismo. ¡Cómo un pueblo pequeño y pobre fue capaz de resistir primero y derrotar después la agresión imperialista con todo su poderío militar, técnico y económico! Solo un pueblo que defiende una causa muy justa: la causa de su libertad, de su independencia, de sus derechos más sagrados, pero además un pueblo poseído de un profundo patriotismo y de un extraordinario espíritu revolucionario, puede ser capaz de realizar esa proeza histórica.

“En el pueblo de Vietnam podemos palpar la educación de un partido revolucionario y la extraordinaria huella que dejaron en el corazón y en el alma del pueblo vietnamita las enseñanzas de Ho Chi Minh.

“Nuestro pueblo cooperará con Vietnam en la medida de sus fuerzas. Y no tendrán ustedes que agradecernos esa cooperación. Seremos nosotros quienes agradeceremos eternamente a ustedes los servicios que han prestado a todos los pueblos del mundo. Los servicios extraordinarios que han prestado al movimiento revolucionario mundial.

“Que los vietnamitas del Norte y del Sur del río Ben Hai son exactamente iguales, que la tierra, la vida y las costumbres son exactamente iguales. Que el idioma es exactamente igual, que el alma es la misma. Y allí pudimos ver lo absurdo que fue dividir este país, lo criminal y lo injusto que es esa división.

“No pudimos ver al ejército de los títeres, pero sí vimos y nos encontramos con el ejército de los revolucionarios. ¡Y qué ejército, qué tropa, qué combatientes, cuántas decenas y decenas de héroes extraordinarios! Con ellos tuvimos oportunidad de conversar mucho y nos dimos cuenta de que aquellos hombres jamás podrán ser derrotados.

“Es esa moral y esa dignidad de los combatientes revolucionarios, lo que nos da la más absoluta confianza y la más absoluta seguridad, de que la justa causa de los derechos sagrados del pueblo de Vietnam triunfará (Aplausos). Jamás el enemigo corrompido, mercenario y traidor podrá exhibir semejante espíritu.

Fuente: Discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en el Palacio presidencial de Hanói, el 16 de septiembre de 1973.

Vietnam hoy

Hoy es una nación con un desarrollo pujante, con un gran crecimiento de su producción en bienes y servicios. Con una enorme diversificación, ha avanzado en la industrialización y en las tecnologías de punta.

Se proyecta que el pib real de Vietnam crezca un 6,8% en 2025, y un 6,5% en 2026, según el último informe de actualización económica del Banco Mundial para Vietnam.

Estos resultados se deben a la acertada dirección del Partido y del Estado, así como al apoyo unánime del pueblo.

Su desarrollo tiene como punto focal una preocupación permanente por elevar el nivel de vida de su pueblo y construir la justicia social.

El desarrollo de la economía socialista planificada, el papel del mercado en ella, las relaciones comerciales y políticas con el resto de los países, la defensa de la paz y la solidaridad, son algunas de las características del Vietnam que hoy asombra a todos.

Por su pasado heroico, por su presente de avances y por lo que se propone para el futuro, Vietnam es un ejemplo para las y los revolucionarios y para los pueblos del mundo.

 

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Fuente

ElSiglo.cl

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