La multinacional estadounidense de electrodomésticos Whirlpool confirmó este jueves el cierre definitivo de su planta en el municipio de Pilar, en la provincia de Buenos Aires, lo que implica el despido de 220 trabajadores. La medida fue comunicada por fuentes de la empresa, que atribuyeron la decisión a criterios de “eficiencia operativa y asignación responsable de recursos”.
La fábrica, inaugurada en octubre de 2022 tras una inversión de 52 millones de dólares, producía hasta 300.000 lavadoras al año, de las cuales unas 200.000 estaban destinadas a la exportación hacia Brasil. Pese a su reciente puesta en marcha, la compañía resolvió clausurar las operaciones industriales y avanzar en una “reconfiguración estructural” de sus actividades en Argentina.
Desde la firma precisaron que mantienen “un diálogo abierto con el sindicato” que representa a los trabajadores afectados, quienes pertenecían principalmente a las áreas de cadena de suministro y gestión.
Whirlpool aseguró que, aunque cierra su planta industrial, su continuidad en Argentina “no está en revisión”. A partir de este proceso, concentrará sus operaciones en actividades comerciales y de servicio, garantizando —según la empresa— el abastecimiento de electrodomésticos, accesorios y repuestos en todo el país.
La compañía, con 59.000 empleados y 55 centros de investigación y manufactura en todo el mundo, reportó 19.000 millones de dólares en ventas en 2023.
El cierre ocurre en un contexto de deterioro del tejido empresarial argentino. Según datos de la Secretaría de Trabajo divulgados esta semana, entre 2024 y el primer trimestre de 2025 se abrieron 79.787 empresas y cerraron 97.110, lo que representa un saldo negativo de 17.323 firmas, acompañado de una caída neta de empleo que afectó a 17.949 trabajadores.
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