40 años por una condena injusta: indemnizaron con USD 1,4 millones al hombre que más tiempo pasó en el corredor de la muerte en Japón
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40 años por una condena injusta: indemnizaron con USD 1,4 millones al hombre que más tiempo pasó en el corredor de la muerte en Japón

Iwao Hakamada fue encarcelado por pruebas manipuladas y una confesión forzada. El tribunal reconoció un daño físico y psicológico extremo por condiciones inhumanas
El Tribunal de Distrito de Shizuoka falló el 24 de marzo a favor de Iwao Hakamada, el hombre que pasó más tiempo en el corredor de la muerte en todo el mundo, con más de 47 años privado de libertad.
La justicia japonesa ordenó al Estado indemnizarlo con 217 millones de yenes (alrededor de 1,4 millones de dólares), la cifra más alta jamás concedida en el país por una condena penal injusta, según publicó NHK, la emisora nacional.
El monto corresponde al máximo previsto por ley: 12.500 yenes diarios por cada día que Hakamada estuvo encarcelado desde su arresto en 1966 hasta su liberación en 2014, según la agencia de noticias EFE.

Según el fallo, durante al menos 33 años de ese tiempo estuvo bajo régimen de prisión preventiva en espera de ejecución, situación que provocó un daño físico y mental calificado por el tribunal como “extremadamente severo”, según NHK.
La decisión judicial y su alcance
El juez Tsunehisa Kunii, a cargo del caso, justificó la suma por el “sufrimiento mental y físico” que padeció Hakamada tras ser condenado a muerte.
En su declaración, el tribunal reconoció que la acusación se basó en una confesión obtenida mediante un “interrogatorio inhumano” y en pruebas que luego se demostró habían sido fabricadas por los investigadores.
El equipo de defensa, encabezado por el abogado Hideyo Ogawa, había solicitado esta indemnización en enero, en nombre de la tutora legal del condenado, su hermana Hideko Hakamada.
Ogawa calificó el fallo como “histórico” pero insuficiente: “El país cometió un crimen contra él”, declaró a la prensa, según recogió The New York Times.

El caso original y la condena
Iwao, ex boxeador profesional nacido en 1935, trabajaba en una planta de procesamiento de soja cuando en 1966 fue arrestado por el asesinato de su jefe, la esposa de este y sus dos hijos, apuñalados en su vivienda en Shizuoka, al oeste de Tokio.
En 1968, fue condenado a muerte tras confesar el crimen bajo presión policial. El juicio concluyó con una votación dividida: dos jueces votaron a favor de la pena capital y uno en contra.
Este último, profundamente afectado por el resultado, abandonó la carrera judicial seis meses después, desmoralizado. La Corte Suprema confirmó la condena en 1980, agregó el medio estadounidense.
Las irregularidades del proceso
Desde el inicio, la defensa sostuvo que Hakamada había sido obligado a confesar tras ser golpeado y privado del sueño durante largos interrogatorios. Las principales pruebas contra él eran cinco prendas manchadas de sangre supuestamente halladas en un tanque de miso semanas después del crimen.
Décadas más tarde, análisis de ADN demostraron que la sangre no era suya y que los objetos habían sido colocados deliberadamente tiempo después de los hechos, de acuerdo con información de CNN.
Estas revelaciones llevaron al Tribunal de Distrito de Shizuoka a conceder un nuevo juicio en 2014. No obstante, el proceso se estancó cuando el Tribunal Superior de Tokio revocó esa decisión. Fue recién en 2020 cuando la Corte Suprema reinstauró la orden de reapertura del caso.

La liberación y el nuevo juicio
En marzo de 2014, Hakamada fue finalmente liberado tras más de 47 años de encierro. Su nuevo juicio concluyó en septiembre de 2024 con una absolución definitiva, después de que el tribunal determinara que las pruebas clave habían sido manipuladas por los investigadores.
Esa resolución anuló oficialmente la condena a muerte dictada en su contra y abrió la vía legal para la actual demanda de compensación, presentada por su tutora en enero de 2025.
Secuelas psicológicas y vida posterior
Para entonces, Hakamada tenía 89 años y mostraba graves deterioros psicológicos derivados de su prolongado encierro en régimen de aislamiento. Según CNN, su hermana Hideko declaró: “Vivía en su propio mundo”. Además aseguró que ya no era capaz de procesar la realidad.
“Ni siquiera hemos hablado con Iwao sobre el juicio. A veces sonríe, pero es cuando está en sus delirios”, agregó Hideko, quien encabezó durante décadas la campaña por su liberación.
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