Amenaza silenciosa a la privacidad

Amenaza silenciosa a la privacidad

SEÑOR DIRECTOR:

La reciente aprobación de la reforma a la Ley Antiterrorista ha generado preocupación por la regulación de dispositivos conocidos como “IMSI catchers”, tecnologías que permiten interceptar comunicaciones móviles para identificar equipos y su ubicación. Como han advertido congresistas y personas expertas, estas tecnologías -que tienen capacidades mayores a las autorizadas-, por su propia naturaleza, se despliegan, afectando a cualquier persona dentro del radio de alcance de una falsa antena de comunicaciones. Personas inocentes, no vinculadas a actividades delictivas ni menos terroristas, pueden verse afectadas en su privacidad y en su garantía constitucional a la inviolabilidad de las comunicaciones.

La promoción de esta tecnología no ha venido acompañada de antecedentes que contrasten de forma seria su eficacia ni su eficiencia con la desproporcionada afectación de derechos que su uso conlleva o los resguardos legales efectivos que requiere. Esto hace cuestionable no solo su constitucionalidad, sino también la profundidad del debate que llevó a su aprobación.

La única forma de equilibrar el respeto a los derechos fundamentales con el uso de técnicas intrusivas es limitando de forma muy estricta su uso, estableciendo controles externos efectivos, y asegurando medidas de transparencia y rendición de cuentas. Pero este no es el caso de la última reforma aprobada. A las escasas limitaciones incluidas, se suma una preocupante extensión de su procedencia una amplia gama de delitos, que agravan tanto su desproporción como el potencial de abusos. Un examen constitucional serio no debería aceptar esos riesgos como legítimos.

J. Carlos Lara

Co director ejecutivo Derechos Digitales