Puerto Varas, 15° Cielos nubosos con lluvias débiles Arturo Vidal terminó como DT de la selección chilena en la desesperación ante Ecuador
Arturo Vidal terminó como DT de la selección chilena en la desesperación ante Ecuador
El King no se quedó tranquilo tras salir de la cancha, por lo que se puso el buzo para dar ordenes a sus compañeros, una incluso contraria a lo que pedía Gareca.
La selección chilena necesitaba el compromiso de todos para alcanzar un milagro en las Eliminatorias para el Mundial 2026, algo que finalmente no sucedió luego del empate sin goles ante la selección de Ecuador.
Uno que tomó protagonismo, tanto dentro de la cancha como fuera de ella, fue Arturo Vidal quien estuvo dentro del campo de juego hasta el minuto 65 cuando le tuvo que dar el paso al ingreso de Luciano Cabral.
Fue el momento en que el King cambió de profesión en el Estadio Nacional, porque inmediatamente se transformó en un entrenador fuera de la cancha, donde en muchos momentos daba instrucciones a la misma distancia que Ricardo Gareca.
Algo que le costó el reto en reiteradas ocasiones de parte de los árbitros y donde, incluso, se vio que daba otro tipo de ordenes a las que daba el cuerpo técnico del entrenador argentino.
Vidal: 25 minutos de DT en el Nacional
Como un entrenador más vivió Arturo Vidal los últimos 25 minutos de compromiso donde la Roja empató sin goles ante Ecuador, por las Eliminatorias para el Mundial 2026.
Ordenando a sus compañeros, invitándolos a ir al arco rival e incluso reclamando con todo a los árbitros, el King se transformó en entrenador a un costado de la cancha y vivió a concho en epilogo del compromiso.
Es más, en una de las últimas jugadas, Brayan Cortés quiso ir al cabezazo para buscar el gol de Chile, donde el cuerpo técnico de Gareca le ordenaba que volviera al arco, mientras Vidal lo invitaba a ir con todo al área: finalmente el meta de Colo Colo volvió a su zona.
En las imágenes quedaron grabadas las escenas de Vidal como entrenador, quien una vez que fue suplente jamás se sentó a ver el partido, donde quiso aleonar en todo momento a sus compañeros, aunque no fue suficiente.
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