Así son los profesionales que trabajan para los superricos
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Así son los profesionales que trabajan para los superricos
Cuentan que un político conservador de muy buena familia, conocido públicamente por su buen talante, entró una mañana de mediados de los años dos mil en su coche oficial y a su chófer-escolta se le ocurrió recibirle comentando el buen día que había salido. El político le replicó secamente que él era allí el único que podía decir si hacía o no buen día. A la mañana siguiente, tenía un chófer nuevo. Ocurriera o no exactamente de esta manera, el interlocutor suele recibir la anécdota con el deleite del prejuicio confirmado, el del rico y poderoso que trata mal a sus empleados. Sin embargo, según los profesionales que han participado en este reportaje, acostumbrados todos ellos a trabajar para este tipo de clientes, la suya es una mala fama en general inmerecida. Lo que sí admiten es que, aparte de la sacrosanta regla de la discreción —muchos de ellos tienen que firmar acuerdos de confidencialidad—, es importante ser capaces de leer correctamente situaciones y estados de ánimo, es decir, saber cuándo toca dar un pasito atrás y actuar como si no estuvieran allí.
La ‘house manager’
María Sancerni (oscense de nacimiento) fue azafata en aviones privados y yates de lujo antes de convertirse en una house manager como lo entienden los anglosajones: la jefa de una casa que contrata, forma y dirige a todo el personal doméstico, del jardinero al mayordomo, y soluciona cualquier problema, de la rotura de una valla a la reposición de un mueble. Ha ejercido en Arabia Saudí, donde formó al personal de un palacio. Ahora está en Marbella, pero sus jefes se mudan. “Me gustaría quedarme, pero si veo que no hay movimiento, pues tendré que volver a Mónaco, a Saint-Tropez, otra vez a Arabia Saudí…”.
Las consultoras de arte
Rosina Gómez-Baeza (derecha) y Lucía Ybarra dirigen desde hace 12 años una consultoría de gestión de arte llamada Ygbart. Se dedican, entre otras cosas, a asesorar a clientes particulares sobre la mejor manera de mantener y aumentar sus colecciones. “No solo los ayudamos a comprar, sino también a conservar y a difundir”, explica Ybarra. Y, si hace falta, empezando de cero: “Cuando alguien nos dice ‘quiero hacer una colección’, nosotros le ayudamos a definir objetivos y buscar los medios”, añade Gómez Baeza, exdirectora de Arcomadrid y Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, antes de posar para la foto en la galería Blanca Berlín, en Madrid.
La jefa de 'concierges'
Rebecca Nayler nació en Oxford (Inglaterra) y vive en España desde hace 13 años. “Los concierges nos ocupamos, básicamente, de todo. Llevamos de la mano a los huéspedes en todas las fases de las vacaciones. Desde el momento en que reservan la estancia hasta que se marchan, estamos a su disposición”, explica en Villa Siroko, en Marbella. A veces le piden cosas difíciles —“19 entradas para la Alhambra para final de mes”— y alguna extraña: “Que cambie por favor un camarero porque es demasiado alto”.
El chef privado
Paolo Bertucci decidió, cuando se acercaba a la treintena, cambiar su carrera musical por la cocina. Se formó y acabó abriendo en su Milán natal un restaurante de fusión asiático-italiana. Allí conoció a uno de los chefs privados de Silvio Berlusconi. “Vino para aprender algunas técnicas y me explicó cómo funciona este mundo”, cuenta. Esto le sirvió para abrirse camino cuando se mudó a España en 2016. Aparte de ejercer como chef privado en Marbella y alrededores, da clases de cocina. Colabora con The Luxury Villa Collection y por eso también posa en Villa Siroko, en Marbella.
La enfermera privada
Junaly Dunadapat estudió Enfermería en Filipinas y ha ejercido en Dublín y en Nueva York. En urgencias, paliativos, geriatría… Pero cuando llegó a España (de donde es su marido) y se vio cobrando “cinco veces menos” por trabajos similares, decidió responder a una oferta para ser jefa de enfermeras de la empresa Care for Me en Marbella, especializada en clientes vip. “Una vez que están convencidos de que les ofreces la mejor prestación, no preguntan cuánto vale”, dice. Eso sí, es un servicio tan delicado que tiene que haber una conexión. “Si no la sienten, te lo van a decir enseguida, según entras por la puerta: ‘Lo siento, necesito a otra persona”.
La tutora
Melissa Clare Harvey ha dado clase en aviones, trenes, habitaciones de hotel y hasta en mitad de la selva. Inglesa de nacimiento y malagueña de adopción, ejercía en un colegio de Marbella cuando se le cruzó la oportunidad de acompañar a una familia en un viaje por todo el mundo. Fue seleccionada entre cientos de candidatos para enseñar durante un año a una niña de 5 y otra de 10; lo hizo en inglés, francés y español. “Fue algo único”. También ha sido tutora privada en Sudáfrica e Italia. Ahora, ocupada con su familia propia, da clases 'online', ofrece programas de educación en casa y está montando una consultoría de planes de multilingüismo para familias. Eso sí, si le surgiera una oportunidad para volver a trabajar como tutora privada con la que pudiera viajar con toda su familia, la aceptaría sin dudar, asegura.
Los diseñadores de habitaciones secretas
David González (izquierda) y Alberto Torres forman el estudio de interiorismo Portobello Street. En sus proyectos de construcción de habitaciones secretas, del pánico y búnkeres, han firmado acuerdos de confidencialidad. Por eso posan en el espacio secreto que crearon en la sastrería Pugil Store de Madrid. “Muchas veces, empiezan diciendo que quieren un sitio privado y les preguntas: una habitación del pánico, ¿no? Pues sí”, cuenta González. Otras veces sí quieren simplemente privacidad: “Hemos reproducido la habitación de Cincuenta sombras de Grey”, aporta Torres.
La consultora de estilo de vida
Isabel Talavera aplica el lifestyle advising al ámbito inmobiliario en Marbella. El concepto significa, en su caso, ayudar a buscar vivienda teniendo en cuenta qué estilo de vida se busca: más familiar, centrado en el deporte, el ocio… Tras años en Londres especializada en el segmento del lujo, tiene muy claras sus herramientas para tratar a clientes vip: “Personalización, exclusividad y diferenciación. El cliente de lujo no quiere lo que todo el mundo va buscando”, explica en el club de golf Westin La Quinta de Marbella.
El asesor financiero
Carlos Heras es consejero delegado de Aspain 11, una firma madrileña especializada en family offices, los vehículos de gestión de las grandes fortunas. “No solo asesoramos su dinero, sino que tenemos en cuenta toda la estructura patrimonial y familiar para dar continuidad al patrimonio y seguir creciendo. Un family office es una entidad que lleva a toda la familia desde el punto de vista global, creando las estructuras, optimizando la fiscalidad y buscando productos especializados”, explica. La confidencialidad es capital en su negocio, añade mientras da la vuelta a todas las carpetas del despacho para que los visitantes no puedan ver ningún nombre.
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