Cansancio y sentimiento de injusticia: las razones tras el alza de deserciones entre los soldados ucranianos en el frente

Cansancio y sentimiento de injusticia: las razones tras el alza de deserciones entre los soldados ucranianos en el frente

Cuando han pasado más de dos años desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, muchas de las unidades de este último país se encuentran diezmadas. Los refuerzos son escasos y espaciados, lo que ha dejado a algunos soldados exhaustos y desmoralizados, especialmente en el frente oriental donde las fuerzas de Kiev luchan por detener el avance de las tropas de Moscú. Esto ha llevado a que se registre un aumento de las deserciones.

Según cifras dadas a conocer por la Fiscalía General ucraniana y publicadas por el diario Pravda, desde enero a septiembre de 2024 se registraron 35.307 procesos penales por deserción voluntaria, mientras que de enero a septiembre de 2023 se contabilizaron 11.625 casos de este tipo. Durante todo el año pasado, el número de estos procesos fue de 17.658.

También aumentó el número de procedimientos abiertos en virtud del artículo sobre deserción. De enero a septiembre de 2024 se abrieron 18.196 casos de este tipo, aunque en el mismo período del año pasado solo se registraron 4.691.

El diario británico The Times indicó que, entre enero y septiembre de este año, se iniciaron 51.000 causas penales por deserción y abandono de unidad militar, lo que ya duplica las 24.000 de 2023 y supone un aumento significativo respecto a 2022, cuando se abrieron apenas 9.000 causas.

Nuevos reclutas ucranianos asisten a un ejercicio táctico, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Donetsk, el 14 de octubre de 2024. Foto: Reuters

El diario señala que las estadísticas generales sobre casos de deserción voluntaria y deserción en las Fuerzas Armadas de Ucrania son un secreto de Estado. Pero fuentes del Ejército, diputados y los funcionarios del gobierno afirmaron al periódico que se trata de un fenómeno de masas, que se mide en decenas de miles.

El Kremlin, indicó The Times, se enfrenta a problemas similares. La inteligencia militar ucraniana informó a principios de este año que 18.000 soldados del distrito militar del sur de Rusia habían desertado de sus puestos.

En el caso de Ucrania, las deserciones han ido aumentando a medida que la situación en el campo de batalla se ha ido deteriorando. Varios comandantes dijeron a la cadena CNN que muchos oficiales no denunciaban las deserciones y las ausencias no autorizadas, con la esperanza de convencer a las tropas de que regresaran voluntariamente, sin enfrentar un castigo. Esta situación se volvió tan común que Ucrania cambió la ley para despenalizar la deserción y la ausencia sin permiso, si se cometían por primera vez.

En agosto se despenalizaron los primeros casos de fuga, con el fin de alentar a los desertores a reincorporarse a sus unidades sin castigo. El agotamiento producido por la larga duración de la guerra ha sido el principal detonante, aunque también existen otros factores que entraron en juego.

El 11 de octubre, el Tribunal de Distrito de Pechersk de Kiev envió al militar de la brigada 56, Serhii Hnezdilov, sospechoso de deserción, a custodia durante dos meses sin derecho a pagar fianza. El joven de 24 años, que se unió al Ejército en 2019 y había servido continuamente desde entonces, anunció que había abandonado arbitrariamente el puesto para llamar la atención sobre la falta de condiciones establecidas de servicio en el Ejército y el hecho de que, según la Constitución, los ciudadanos de Ucrania tienen el deber de defender al Estado, sostuvo el diario ucraniano Pravda.

Nuevos reclutas ucranianos asisten a un ejercicio táctico, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Donetsk,  el 14 de octubre de 2024. Foto: Reuters

A Hnezdilov le habían dado permiso para tomar una semana de licencia para ir a un examen médico, por lo que sintió un gran alivio cuando se le concedieron. Después de abandonar su unidad de reconocimiento en la 56ª Brigada, viajó 160 kilómetros al oeste hasta la ciudad de Pavlograd. Pero no se detuvo allí. En lugar de ir al hospital, se dirigió a la estación de tren y viajó a la capital. Para esta segunda etapa de su viaje no había recibido permiso, por lo que cuando Hnezdilov subió al andén en Kiev lo hizo como desertor, indicó The Times.

Ahora corre un alto riesgo de ser encarcelado. “Pero al menos en prisión sabes cuándo podrás salir”, dijo poco antes de ser detenido.

Hnezdilov dice que con su acto quiere transmitir a las autoridades y a la sociedad la “necesidad de conversación” y la solución de este problema. Después de este incidente, se inició una investigación oficial en la brigada y los agentes del orden abrieron un proceso penal en virtud del art. 408 del Código Penal de Ucrania: deserción. Según la ley marcial, esto se castiga con penas de prisión de 5 a 12 años.

El joven dijo que había visto a varios de sus compañeros de la brigada desertar antes que él en los últimos meses, a menudo usando el mismo método de escape mientras estaban de baja médica.

Sin embargo, lo que es único en su caso es que decidió difundirlo. En una publicación en Facebook que se ha compartido miles de veces y ha provocado un debate nacional, Hnezdilov, que es un periodista muy conocido y fundador de un festival literario, dijo que se ausentaba sin permiso como forma de protestar contra las leyes de movilización que no incluyen ningún período fijo de servicio para quienes están combatiendo.

Militares ucranianos en un tanque, cerca de la ciudad de Bakhmut, Donetsk, el 20 de enero 2023. Foto: Archivo

Por lo tanto, una vez que una persona se alista en el Ejército, permanece allí indefinidamente mientras se mantenga la ley marcial. Mientras tanto, hay cinco millones de personas que cumplen los requisitos para el reclutamiento que no están sirviendo.

Hnezdilov sostiene que el Ejército sería una fuerza de combate mucho más fuerte si los hombres y mujeres militares fueran rotados por los recién movilizados para permitirles algo de descanso, y señala que las normas de la OTAN estipulan que las rotaciones deben ser cada seis meses.

El psicólogo militar Oleksiy Faldach explicó al diario Pravda que los militares a menudo pierden el deseo de luchar no sólo por el cansancio, sino también por un mayor sentimiento de injusticia.

“La gente que fue al Ejército al comienzo de la gran guerra, supuestamente no hay nadie que los reemplace. Los chicos me dicen: ‘Me voy de vacaciones. Paso por bares, cafeterías, restaurantes, todos están llenos. ¿Por qué carajo morimos nosotros en el frente y todos los demás se sientan en las tabernas?’”, se pregunta.

“Antes la guerra se libraba sólo en el ‘frente’, pero ahora, incluso si eres un miembro del personal, un abogado o un empleado, todavía puedes ser el blanco, porque el objetivo principal del enemigo son los cuarteles generales de las brigadas, los batallones, los puntos desde donde se controla la batalla en línea. Todos los soldados tienen miedo y la mayoría de ellos están bajo estrés crónico”, dijo Faldach.

Además, según un psicólogo militar, en 2022 personas motivadas se unieron a las Fuerzas Armadas, pero ahora hay problemas. “No saben luchar y no quieren aprender. Por eso, después de la primera pelea, buscan maneras de evitar volver a estar en primera línea”, afirmó.

Soldados ucranianos disparan un proyectil de mortero contra una posición de primera línea cerca de Bakhmut, en la región de Donetsk, el 16 de marzo de 2023. Foto: Reuters

“No todos los soldados movilizados abandonan sus puestos, pero la mayoría sí. Cuando llegan nuevos soldados, ven lo difícil que es. Ven muchos drones, artillería y morteros enemigos”, dijo a CNN un comandante de unidad que actualmente combate en Pokrovsk. También pidió permanecer en el anonimato. “Van a sus puestos una vez y si sobreviven, nunca regresan. O abandonan sus puestos, se niegan a entrar en batalla o intentan encontrar una manera de abandonar el Ejército”, añadió.

A diferencia de quienes se ofrecieron como voluntarios al principio de la guerra, muchos de los nuevos reclutas no tuvieron la opción de entrar en el conflicto. Fueron llamados a filas después de que la nueva ley de movilización de Ucrania entró en vigor en la primavera y no pueden salir legalmente hasta que el gobierno introduzca la desmovilización, a menos que obtengan un permiso especial para hacerlo.

Sin embargo, los problemas de disciplina comenzaron claramente mucho antes. Ucrania atravesó una etapa extremadamente difícil durante el invierno y la primavera. Los meses de demora en la llegada de la ayuda militar estadounidense al país provocaron una grave escasez de municiones y un importante desplome de la moral. En aquel momento, varios soldados dijeron a CNN que a menudo se encontraban en una buena posición, con una visión clara del enemigo que se acercaba y sin munición de artillería para disparar. Algunos afirmaron que se sentían culpables por no poder proporcionar una cobertura adecuada a sus unidades de infantería.

“Los días son largos, viven en un refugio, de guardia las 24 horas del día y si no pueden disparar, los rusos tienen ventaja”, dijo Andryi Horetskyi, un oficial militar ucraniano cuya unidad ahora está luchando en Chasiv Yar.

“Los rusos son más fuertes. Tienen mejor munición, mejores armas, etc. Desafortunadamente, Rusia es más fuerte, pero no somos nosotros los que atacamos a los diferentes países, solo nos protegemos. Pero a pesar de todas las evaluaciones especulativas, la situación es que no estamos luchando en Kiev como en los primeros días de la agresión, sino a 600 km. Desde aquí podemos proteger nuestras ciudades. La mayoría de los misiles han sido interceptados. Desarrollamos nuestra producción. Recuerdo muy bien el 2014 cuando comenzó esta guerra, en realidad como una pequeña guerra en el Donbas. Y recuerdo muy bien la situación en la que se encontraba nuestro Ejército cuando era débil. Puedo decirles honestamente que en 2014, en marzo y abril, no pudimos movilizar a la gente porque no teníamos suficientes zapatos para ellos. Y el ritmo de la movilización estaba determinado por la cantidad de fuentes de alimentos, no de armas. Ahora mismo todavía tenemos problemas, pero tratamos de resolverlos”, dijo a La Tercera, en septiembre pasado, Oleksandr Lytvynenko, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional.

La situación con la logística se ha vuelto mucho mejor que en 2020, 2022, 2023. Pero es verdad. Tenemos muchos problemas. Absolutamente. Hay una idea muy sabia desde mi punto de vista: lo que no nos mata, nos hace más fuertes. Lamentablemente, debemos pagar no solo con dinero, sino, en primer lugar, con vidas humanas”, añadió.

Fuente

LaTercera.com

LaTercera.com

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