Capitana Millaray Briceño: “Somos muchas mujeres las que estamos abriendo el mar a las nuevas generaciones de navegantes”

Capitana Millaray Briceño: “Somos muchas mujeres las que estamos abriendo el mar a las nuevas generaciones de navegantes”

“Mi relación con el mar fue amor a primera vista”, así describe Millaray Briceño su ingreso al mundo de la navegación. Tras completar expediciones por variados océanos alrededor del mundo, la ingeniera en Gestión de Expediciones y Ecoturismo de la Universidad San Sebastián (USS) regresó a su alma mater para enfrentar el desafío de capitanear el Centinela I, embarcación universitaria que apoya labores de formación académica, investigación e iniciativas de vinculación con la sociedad.

Hace unos días, la navegante de 31 años fue reconocida dentro del selecto grupo de 100 Mujeres Líderes, en la categoría profesionales, académicas e investigadora por su aporte en la promoción de la conservación marina.

Millaray Briceño, ingeniera en Gestión de Expediciones y Ecoturismo USS y capitana del Centinela I.

’Recibo este reconocimiento con mucha humildad y también con gran responsabilidad. Cuando volví al país siempre dije que, si Chile tenía que ofrecerme algo en el plano laboral, yo también debía asumir un compromiso de aportar desde mi profesión. Se siente bonito que eso sea reconocido y es un orgullo enorme poder compartir ese espacio con tremendas mujeres’', comenta.

Presencia femenina en la navegación

Tras completar expediciones por las costas de Bahamas, Australia, Indonesia, España, Portugal, Francia, Italia y Malta, entre otras, Millaray Briceño logró un hito en su carrera al superar las 20 mil millas náuticas, lo que equivale a una vuelta al mundo por los mares del planeta. Algo impensado en su infancia y adolescencia, pues nunca tuvo un acercamiento directo con el mar.

‘’Nací y crecí en Santiago, el océano siempre fue muy lejano, muy distante, siendo que estamos rodeados de mar. Nunca había navegado antes de entrar a la universidad y una vez que me cautivé con la navegación, nunca más me fui. Soy la fiel imagen de que si uno quiere algo se puede”, comenta.

No niega que la industria náutica históricamente ha tenido una marcada presencia masculina, pero valora el avance femenino en este campo. La figura de la regatista y navegante Pip Hare asoma como una de sus máximas referentes. Con 60 años, la británica ha completado múltiples vueltas al mundo y regatas en solitario. ‘’Lo que me apasiona de ella es que siempre está con una sonrisa en la cara, siempre estoica ante la adversidad. Permanentemente muestra pasión y emoción de conectar con la gente, con las comunidades y por seguir creciendo. Es una figura de inspiración constante”, sostiene Briceño.

Millaray Briceño:

El mismo efecto que Hare genera en ella es lo que la motiva en su día a día. “A nivel local tenemos un mundo por crecer, contamos con costas envidiables, lo que debe ser una motivación para que más mujeres se atrevan a explorar, pero sin explotar. Quizás somos pocas en roles de liderazgo, pero somos muchas mujeres las que estamos abriendo el mar a las nuevas generaciones de navegantes, abriendo la proa y mostrando el agua bajo la quilla para decir aquí estamos. Nos merecemos un lugar, porque nos lo hemos ganado por lo buenas que somos y por lo preparadas que estamos para lo que viene’', refuerza.

La necesidad de profesionales del turismo con foco en la conservación

Chile cuenta con una costa de más de 6 mil kilómetros de longitud y una estrecha relación con sus habitantes en el plano social, económico y medioambiental. Los océanos no solo son una fuente vital de oxígeno y reguladores del clima, sino que también sostienen una enorme diversidad biológica, por lo que es relevante su conservación.

La salud de nuestro planeta depende en gran medida de los hábitats marinos, por lo que la preservación de su flora y fauna se han convertido en una prioridad a nivel global. La Meta 3 del Marco Global de Biodiversidad -conocida como la Meta 30×30- promueve la protección del 30% de nuestro territorio y maritorio a 2030. El país actualmente posee el 23% de su territorio terrestre protegido según el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) y el 42% de su zona económica exclusiva en el mar.

En esta línea, el turismo debe asumir el compromiso de adoptar prácticas que respeten el entorno. Millaray señala que “si sacamos provecho de un lugar, también debemos retribuir. En el desarrollo de la actividad turística no solo debe primar la experiencia de los usuarios, sino también el respeto por las comunidades, se deben considerar sus necesidades y aportar al lugar con acciones que van desde el manejo de desechos hasta la educación sobre temas ambientales”.

En ese sentido destaca el rol que está tomando la Universidad San Sebastián en la formación de sus futuros colegas. “Los titulados de la carrera de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo ingresan al mundo laborar con un amplio conocimiento de lo efímero que puede ser un producto si se sobreexplota. Tenemos mucho que crecer en esta línea, pero favorablemente existen tecnologías nuevas que se pueden implementar para responder al llamado de atención que el mismo planeta nos está dando, podemos hacer un cambio”.

Capitana del proyecto Centinela I

Inspirado en el buque Escuela Esmeralda de la Armada de Chile, la embarcación de la USS surgió para respaldar investigaciones científicas, actividades deportivas, además de llevar diferentes servicios a las comunidades más aisladas del país. “Ser capitana ha sido una muy buena experiencia. Me permite aportar al progreso del país llevando todo aprendido en las salas de clases a alta mar”.

A esto añade que ‘’el Centinela I es la herramienta para hacer y conectar el ámbito científico, educacional, social, ese es el vínculo, ese es el medio. Es un barco muy confiable que conecta con la gente y esa es la intención. Queremos que este proyecto sea algo bonito y que marque generaciones. Que fije un antes y un después de la navegación en Chile’', resalta Briceño.

En enero de este año capitaneó la primera travesía científica a bordo del Centinela I liderada por la Dra. Karla Pozo y que culminó con éxito tras realizar muestreos en la desembocadura de seis ríos desde Puerto Montt a Concepción. Esta expedición, pionera en su tipo en el Pacífico sur, examinó el flujo de microplásticos desde los ríos hacia el mar, aportando datos esenciales para mapear la presencia y analizar el impacto de estos contaminantes tanto en los ecosistemas como en la cadena alimentaria.

Los resultados de dicha expedición expusieron la presencia de altas concentraciones de microplásticos en las aguas superficiales del centro-sur del país, una realidad que causó preocupación para la capitana. ‘’Dan pena estos hallazgos, porque es el ambiente en el que yo me muevo, el motor en el que yo vivo. Verlos tan dañados por culpa nuestra es un llamado de atención’'.

Su aporte en la investigación científica y conservación ambiental lo cataloga como ‘’un sueño cumplido” y una posibilidad de trasmitir todo lo aprendido a lo largo de sus años de formación y experiencia náutica. ‘’Siempre quise aportar un granito de arena y la investigación llegó a cubrir esa necesidad. Ahora estoy colaborando por el lado de la investigación y de la educación, entonces estoy completamente satisfecha y quiero seguir aportando aún más’', añade.

Solo hace unos días finalizó uno de los cursos de navegación de estudiantes de pregrado de la USS y ya prepara sus próximas actividades, las que incluyen operativos de apoyo social en el sur del país. “El amor que tengo por mi mar y por mi gente me motivan a diario a ir por más. Veo la navegación como un motor de desarrollo y cuidado del patrimonio natural y cultural de Chile. Seguiré mostrando nuestras costas que son tan lindas y vastas, siempre con el afán de preservarlas, conservarlas y protegerlas’', finaliza.

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