China está desesperada por incentivar su natalidad. Así que su gobierno se ha convertido en la mayor celestina del país

China está desesperada por incentivar su natalidad. Así que su gobierno se ha convertido en la mayor celestina del país

El Gobierno chino quiere niños. Desesperadamente. Y en su empeño por conseguirlo está dispuesto a vestirse el traje de celestina o convertirse en algo muy parecido a una coach sentimental. En un movimiento inimaginable hace no tanto, cuando lo que preocupaba a Pekín era cómo refrenar la natalidad, el Ejecutivo de Xin Jinping está desplegando una batería de medidas para facilitar que sus conciudadanos tengan citas, se casen y sobre todo den a luz vástagos que corrijan su preocupante declive poblacional.

Al fin y al cabo, la natalidad es mucho más que un simple indicador demográfico. Es también sociedad y desarrollo económico.

Objetivo: aumentar la natalidad. Que el Gobierno chino está empeñado en impulsar su natalidad no es nada nuevo. Hace ya más de dos años el mismísimo presidente del país, Xi Jinping, avanzó una ofensiva nacional para frenar el envejecimiento de la población y aumentar el número de nacimientos. Y lo cierto es que desde entonces (incluso antes) Pekín ha adoptado medidas para ensanchar su pirámide poblacional por la base: ha abandonado su política del "hijo único" y flexibilizado sus directrices demográficas, ha suspendido las adopciones en el extranjero y no ha dudado en ofrecer subsidios para los padres primerizos.

Gigi Livzeqdiera Unsplash

Un Gobierno casamentero. Lo que sí resulta llamativo es hasta qué punto Pekín ha convertido la crisis de natalidad en una de sus grandes obsesiones. Eso y el amplio arsenal de políticas que está dispuesto a desplegar para superarla. Lo apuntaba hace poco el diario Financial Times en un reportaje en el que explica cómo Pekín parece dispuesto a tocar todos los palos para animar a sus hombres y mujeres a emparejarse, casarse y tener descendencia.

Y lo de "todos" no es una exageración. Entre las medidas planteadas por el Ejecutivo chino se incluyen las campañas para que los solteros encuentren pareja, tratar el tema en las facultades y en los medios estatales, conceder ayudas económicas y ventajas fiscales a los padres o incluso, en una demostración aún más clara de su afán por fomentar la natalidad, llamar a mujeres casadas para preguntarles directamente por sus planes de maternidad.

De cursos y tratamientos "anti dolor". Hay dos medidas en concreto que, por su carácter poco ortodoxo, dan una idea de cómo de lejos está dispuesto a llegar el Gobierno de Xi Jinping en su cruzada "pro natalidad". De la primera os hablamos hace no mucho y se centra en el parto. Para animar a las mujeres a que den a luz, la provincia de Hainan se ha comprometido a incluir el coste de los tratamientos "anti dolor" en la cobertura estatal, una medida que, defienden las autoridades, se enmarca en el empeño del país por convertirse en una sociedad "amigable con la natalidad".

La segunda política, desvelada también hace no mucho, consiste en promover la formación matrimonial entre los universitarios. Para ser más precisos, la idea de la Comisión Nacional de Salud pasa por organizar “cursos de educación sobre el matrimonio y el amor” para que los estudiantes solteros puedan encontrar pareja.

"Las universidades son un lugar importante para que los estudiantes se enamoren", precisan desde el organismo. Quizás suene extraño, pero como recuerda Financial Times el movimiento está bien medido: la misma comisión maneja encuestas que sugieren que más de la mitad de los estudiantes (57%) reconocen que no se plantean entablar una relación por su sobrecarga de trabajo.

Crude Birth Rate

A falta de una estrategia… Buenas son 13, que son exactamente el número de políticas recogidas por una directiva del Consejo de Estado para "apoyar la natalidad" y "crear una sociedad más propicia para la crianza de hijos". Entre esa docena larga de medidas se incluyen políticas de apoyo al parto, una mayor red para el cuidado infantil, directrices encaminadas a la educación, la vivienda y el empleo o incluso —precisaba en octubre la agencia Xinhua— "fomentar un ambiente social favorable al parto".

Ofensiva en los medios. Entre los objetivos que se ha marcado Pekín destaca ofrecer una mayor flexibilidad a las parejas que se planteen tener niños, mejorar la asistencia pediátrica y la educación sanitaria a adolescentes, ofrecer subsidios por nacimientos y hacer más accesibles los tratamientos "anti dolor" o de reproducción asistida. El movimiento resulta interesante tanto por el fondo como por la forma. Del anuncio se han hecho eco medios estatales como Xinhua, Global Times o People´s Daily.

En general, Financial Times explica que los medios controlados por las autoridades chinas llevan meses inmersos en una "intensa campaña" para compartir las bondades de los partos. Por ejemplo, People´s Daily o Life Times han dado voz a científicos que pregonan las ventajas de dar a luz para la salud de las madres o incluso cómo la maternidad ayuda a prevenir ciertas enfermedades.

¿Tan grave es la situación? Los datos son elocuentes. Los gráficos de organismos como Naciones Unidas o el Banco Mundial muestran que el gigante asiático ha dejado de crecer y su tasa de natalidad lleva tiempo dibujando una curva descendente. A la espera de los datos actualizados, en 2023 China perdió casi 2,1 millones de habitantes y con poco más de nueve millones de nacimientos anotó su volumen más bajo de alumbramientos desde que hay registros. En 2022 ya había perdido población, con su primer dato negativo por primera vez en más de seis décadas, aunque de forma más suave.

"Desde 2022 China ha entrado en una fase de declive poblacional, en el que las personas de 65 años o más representan más del 14% de la población, lo que muestra una sociedad moderadamente envejecida", reconocía una nota de Xinhua en otoño, y advertía: en 2033 en el país habrá más de 400 millones de personas con 60 o más años y para 2050 serán 500 millones, lo que supondría casi un 35% de la población. Entre otras cuestiones eso supone un enorme reto para su desarrollo económica y sistema de pensiones.

Más allá de China. Pekín no es el primer país de Asia en mover ficha para incentivar su natalidad. Ni siquiera es el primero que busca de forma deliberada y clara crear parejas e incentivar la natalidad echando mano a políticas poco ortodoxas. En Seúl, en Corea del Sur, un país que arrastra desde hace años una profunda crisis de natalidad, las autoridades locales han llegado a plantearse montar un programa de citas. Algo similar estudiaron hace años en Japón, con una IA pensada para buscar parejas.

La gran duda que queda botando es si políticas como las impulsadas por Tokio, Seúl o Pekín pueden ayudar realmente a frenar y revertir su decline de natalidad. No todo el mundo parece convencido. Wang Feng, experto en demografía china de la Universidad de California en Irvine, explicaba hace poco a Financial Times que, en su opinión, las autoridades están recurriendo a la misma "estrategia de usar el poder administrativo" con aplicaciones demográficas que se desplegó durante la política del hijo único. La pregunta es… ¿Funcionará esas directrices para redibujar su pirámide poblacional y evitar que el país afronte un futuro envejecido?

Imágenes | Quan Jing (Unsplash), Gigi (Unsplash) y Our World in Data

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