Científicos determinaron cuál es la mejor hora para irse a dormir y evitar enfermedades cerebrales

Científicos determinaron cuál es la mejor hora para irse a dormir y evitar enfermedades cerebrales

Un nuevo estudio advierte que la franja horaria en la que uno se acuesta puede reducir la acumulación de toxinas cerebrales asociadas con la demencia Este podría ser el horario óptimo para maximizar los beneficios del descanso nocturno

Un descubrimiento clave sobre el sueño profundo y su papel en la salud cerebral ha revelado que no solo la cantidad de horas que dormimos es crucial, sino también el momento en que nos vamos a la cama. Según informó el medio The Telegraph, investigaciones recientes han vinculado la calidad del sueño con la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, destacando que acostarse entre las 10 y las 11 de la noche podría ser el horario óptimo para maximizar los beneficios del descanso nocturno.

De acuerdo con un estudio realizado por el University College de Londres y el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm), las personas que duermen menos de seis horas por noche durante la mediana edad tienen un 30% más de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con quienes duermen siete horas o más. Este hallazgo subraya la importancia de establecer buenos hábitos de sueño desde los 50 años, ya que el sueño profundo, una fase esencial del descanso, desempeña un papel crucial en la eliminación de toxinas cerebrales que, si se acumulan, pueden contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

El sueño profundo y su función en la limpieza cerebral

El sueño profundo, también conocido como sueño de ondas lentas o etapa tres, es una fase del descanso en la que el cerebro activa un sistema de limpieza conocido como sistema glinfático. Este mecanismo, identificado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester, funciona como un “lavado profundo” que elimina desechos metabólicos acumulados durante el día, incluyendo proteínas como la beta-amiloide y la tau, asociadas con el Alzheimer, y la alfa-sinucleína, vinculada al Parkinson.

El sistema glinfático utiliza pulsos de líquido cefalorraquídeo para limpiar el tejido cerebral, un proceso que es esencial para prevenir la acumulación de proteínas tóxicas. Según el Dr. Ahmad Khundakar, profesor de ciencias biomédicas en la Universidad de Teesside, este sistema es vital porque las neuronas no se regeneran como otros tejidos del cuerpo. Si las proteínas dañinas no se eliminan, pueden provocar neurodegeneración y, eventualmente, demencia.

El momento ideal para dormir y su relación con la demencia

El horario óptimo para acostarse, según los expertos, es entre las 10 y las 11 de la noche

Aunque acostarse temprano puede parecer una solución lógica para mejorar la calidad del sueño, investigaciones recientes han demostrado que irse a la cama demasiado pronto también puede ser perjudicial. Un estudio realizado por científicos de China, Suecia y Reino Unido encontró que acostarse antes de las 10 de la noche aumenta en un 25 % el riesgo de desarrollar demencia por cada hora adicional en la cama antes de ese horario. Esto podría deberse a que dormir demasiado puede ser una señal temprana de alteraciones en el ritmo circadiano, un indicador de las primeras etapas de enfermedades neurodegenerativas.

El horario óptimo para acostarse, según los expertos, es entre las 10 y las 11 de la noche. Este intervalo permite que el cuerpo entre en las fases más profundas del sueño antes de que suene la alarma por la mañana, maximizando los beneficios del descanso nocturno.

Por qué dormimos menos profundamente con la edad

Los adultos mayores experimentan períodos más cortos de sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)

A medida que envejecemos, la calidad del sueño profundo disminuye. Los adultos mayores experimentan períodos más cortos de sueño de ondas lentas, lo que hace que su descanso sea más ligero y fragmentado. Según el Dr. Séverine Sabia, líder del estudio del Inserm y el University College de Londres, esta disminución podría estar relacionada con la reducción de los niveles de melatonina y hormona del crecimiento en el cuerpo, así como con alteraciones en el ritmo circadiano.

El sueño fragmentado no solo afecta la calidad de vida, sino que también interfiere con el funcionamiento del sistema glinfático, creando un círculo vicioso en el que las toxinas cerebrales no se eliminan de manera eficiente, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como el Alzheimer.

Cuatro estrategias para mejorar el sueño profundo a partir de los 50 años

El medio The Telegraph destacó que, aunque el envejecimiento puede dificultar el sueño profundo, existen estrategias que pueden ayudar a mejorar su calidad. El Dr. Sabia recomienda priorizar el descanso nocturno y adoptar hábitos que favorezcan un sueño más reparador. Entre las principales recomendaciones se encuentran:

1. Exposición a la luz natural por la mañana: Salir al aire libre a primera hora del día ayuda a regular el ritmo circadiano. Estudios han demostrado que la terapia con luz brillante puede reducir los trastornos del sueño en personas con demencia y podría ser útil para prevenir la enfermedad.

2. Evitar siestas prolongadas: Aunque puede ser tentador recuperar el sueño perdido durante el día, las siestas largas pueden interferir con el descanso nocturno. El Dr. Sabia advierte que el sueño diurno no ofrece los mismos beneficios para la limpieza cerebral que el sueño nocturno.

3. Uso de ruido rosa: Investigadores de la Universidad de Cardiff están desarrollando sonidos que estimulan el sueño profundo. Aunque esta tecnología aún no está disponible para el público, reproducir sonidos relajantes como el fluir de un río o el romper de las olas puede mejorar la actividad cerebral durante el sueño profundo.

4. Reducir el consumo de alcohol por la noche: Aunque el consumo moderado de alcohol no está directamente relacionado con un mayor riesgo de demencia, sí afecta la calidad del sueño. Beber alcohol antes de acostarse puede alterar las fases del sueño, provocando despertares frecuentes y reduciendo el tiempo en sueño profundo.

El vínculo entre el sueño y la salud cerebral

El sueño profundo no solo es esencial para la regeneración física, sino también para la salud cerebral a largo plazo. Según el Dr. Sabia, vivimos en una sociedad que no prioriza el descanso, lo que puede tener consecuencias graves para el cerebro. La falta de sueño profundo no solo aumenta el riesgo de demencia, sino que también afecta la capacidad de concentración, el estado de ánimo y la energía diaria.

Los hallazgos recientes subrayan la importancia de adoptar hábitos de sueño saludables, especialmente a partir de los 50 años. Acostarse entre las 10 y las 11 de la noche, evitar el alcohol antes de dormir y exponerse a la luz natural por la mañana son algunas de las estrategias que pueden marcar la diferencia en la calidad del sueño y, en última instancia, en la salud cerebral.

Fuente

Infobae.com

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