Columna de Álvaro Pezoa: La propiedad personal en el sistema de pensiones
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Columna de Álvaro Pezoa: La propiedad personal en el sistema de pensiones
En el (acalorado) debate sobre la reforma previsional en Chile, se ha planteado la idea de destinar 0,5 puntos porcentuales de la cotización adicional (6,0 puntos porcentuales) de los trabajadores a un fondo común para compensar las pensiones más bajas de las mujeres. Esta propuesta, aunque pueda estar inspirada en un objetivo loable, vulnera el principio de capitalización personal como pilar central del actual sistema de pensiones.
La capitalización individual se diseñó con la manifiesta intención de garantizar -ante el Estado y los políticos- que cada trabajador sea propietario de sus ahorros, fomentando la responsabilidad personal y asegurando que los fondos acumulados sean utilizados exclusivamente para financiar su pensión. La idea de destinar una fracción de la cotización de los trabajadores para ayudar a quienes tienen pensiones más bajas se puede mostrar solidaria, pero es esencial cuestionar si es la forma más prudente y justa de abordar el problema.
Prudencia. Aceptar esta propuesta no solo vulnera el principio fundamental del sistema de capitalización individual, sino que también genera riesgos políticos venideros. Resulta imprescindible considerar, ahora, que esta reforma puede abrir la puerta a futuras intervenciones en los ahorros previsionales, debilitando el señalado principio de propiedad personal. Si se establece hoy que una parte de la cotización puede ser destinada a un tipo de fondo común, ¿qué argumentación impediría que se intente aumentar ese porcentaje en el futuro? Rechazar esta política no significa solo defender principios, sino -con realismo- evitar cargar al país con las consecuencias ulteriores de una mala decisión.
Justicia. El 0,5% de cotización adicional aparenta ser pequeño, pero representa una parte significativa del esfuerzo del trabajador. ¿Por qué deben ser los mismos trabajadores quienes asuman esta carga en lugar de buscar mecanismos de solidaridad financiados por el Estado (por toda la sociedad)?
Existen mejores soluciones alternativas que permitirían fortalecer la solidaridad sin comprometer la capitalización individual. Por ejemplo, el Estado puede expandir la Pensión Garantizada Universal (PGU), financiada mediante impuestos generales, para asegurar que quienes reciben pensiones bajas tengan un ingreso complementario adecuado. Este enfoque permite una redistribución efectiva en favor de los pensionados más desfavorecidos, pero basada en la capacidad contributiva de toda la sociedad, en lugar de hacerlo cargando exclusivamente al resto de los cotizantes.
Si la dificultad esgrimida fuese que no existen recursos generales del Estado disponibles para estos efectos, bastaría acudir al amplio espacio existente para efectuar ahorros fiscales que, por ejemplo, podrían provenir de la reducción del exceso de funcionarios, la mayor eficiencia en el gasto y el combate a la corrupción pública.
Lo relevante no es llegar a un acuerdo, sino a uno bueno.
Por Álvaro Pezoa, Director Centro de Ética y Sostenibilidad Empresarial ESE Business School, U. de los Andes
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