Columna de Ana Luisa Jouanne: Preocupante aumento de consumo de drogas en los estudiantes más jóvenes

Columna de Ana Luisa Jouanne: Preocupante aumento de consumo de drogas en los estudiantes más jóvenes

Si bien se destaca y celebra la baja en el consumo de alcohol y tabaco en la población escolar entre los años 2021 y 2023, según el reciente Estudio de Drogas de Senda, la encuesta también muestra fenómenos muy graves a nuestro entender: el fuerte aumento del consumo en los octavos básicos en todas las drogas, el alza del uso de la pasta base, entre 8° y IV° medio, y el incremento de consumo en niñas, incluso por sobre los niños en tabaco, alcohol y marihuana.

En el caso de la pasta base, su uso aumentó en un 63% en dos años. Estamos hablando de más de 15 mil niños y niñas que declaran haber consumido una de las sustancias más tóxicas y adictivas que se comercializan en Chile.

Respecto de los 8° básicos, salvo en tabaco, existe un alza en todas las drogas: alcohol aumentó en un 13,8%, marihuana en un 30,7%, cocaína en un 41,7% y el más grave, pasta base, en un 87,7%. ¿La razón ? Es posible atribuirlo a que a ellos no les tocó el efecto burbuja de la pandemia, que sí habría protegido a los adolescentes de los cursos mayores, en la etapa habitual de aumento del consumo. Los 8° básicos de ahora no fueron parte de esa “generación protegida” y vuelven a instalarse los índices prepandemia, lo que muestra que en las generaciones más jóvenes, el consumo viene al alza.

Eso nos hace preguntar ¿por qué no incluyen en la muestra a los 6° y 7° básicos? Uno de los problemas que tiene Chile es el inicio temprano del consumo en relación a la región de América, y a la hora de diseñar políticas de prevención, es indispensable determinar a qué edad están comenzando a consumir y por qué.

Otro tema que nos inquieta es no ver en la encuesta una pregunta por el tusi y la ketamina. Son parte de las drogas químicas “de moda”. Aunque tiene una baja prevalencia, el problema es la curva, el impacto en la salud y la certeza de que hoy sí se consumen entre escolares. A nivel nacional, el consumo de ketamina se duplicó en dos años y el del tusi se triplicó, según un informe relacionado al tusi y drogas químicas del Centro de Políticas Públicas UC (2024). ¿Qué no hicimos?, ¿por qué no operó el sistema de alerta temprana? No nos puede pasar lo mismo con el fentanilo. A todo evento debemos erradicar los focos de tráfico y consumo.

Frente a los resultados de la encuesta, concluimos que lo que se hizo en tabaco en las últimas dos décadas -redujo el consumo diario de 15,8 % a 1,3%- es lo que resulta: un enfoque llamado “ambiental”, que es lo que Corporación La Esperanza está proponiendo y que, entre otras, apunta a un cambio cultural. El mensaje que se entregue respecto del daño de la droga debe ser claro y sin ambivalencias. Un eje importante es una Ley de Prevención Obligatoria en colegios, con foco en una educación socioemocional en los primeros años y una oferta de “after school” para asegurar el cuidado de los NNA mientras los padres llegan del trabajo. Por último, proponemos que haya un ente autónomo que estructure una política de drogas a 20 años, independiente del gobierno de turno.

Lo que muestra esta encuesta es aquello que dio resultado porque hubo una política clara, pero también nos levanta alertas que nos obligan a llegar antes frente a drogas más potentes, más adictivas y a consumidores cada vez más jóvenes y más vulnerables.

Por Ana Luisa Jouanne, directora Corporación La Esperanza

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LaTercera.com

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