Columna de Cristóbal Osorio: El (posible) doble win-win de Boric
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Columna de Cristóbal Osorio: El (posible) doble win-win de Boric

Pese a todo el ruido que seguramente causará esta semana las renuncias de Maya Fernández, Miguel Crispi, y posiblemente, Jeannette Jara (lo que muestra que el Gobierno reacciona y no diseña), el Presidente Gabriel Boric puede estar medianamente optimista respecto de su futuro político, al menos en lo estrictamente personal.
Esto luego que Carolina Tohá logró trepar a la línea de largada de la elección presidencial, en medio de fuertes presiones para que su candidatura adquiera el estatus de ‘sentido común’ del progresismo, presentándola como la sucesora natural del discurso del sector y como la ministra del Interior más poderosa del regreso a la democracia.
Habiendo superado la barrera del 10% en las encuestas y eludido la sombra de Michelle Bachelet -quien tuvo la llave de este escenario que ahora se abre-, la ex ministra del Interior -la misma que Boric sacó de su ostracismo-, se convierte así en una carta competitiva, detrás de la cual se puede ordenar el naipe del progresismo.
Esto, bajo un manto de continuismo que le aseguraría al Presidente no convertirse en blanco de fuego amigo. Algo que podría pasar si es que el candidato del sector es alguien que no le debe lealtad y comienza a sacar provecho electoral al criticar las grietas y derrumbes de la actual administración.
Tohá -dadas las crisis crónicas del sector, como la que ahora sacude a La Moneda- no tiene las herramientas para correr una carrera óptima por la primera magistratura, pero -si gana la primaria- puede servir para sujetar la estantería de la elección parlamentaria -tal como pasó con Beatriz Sánchez y el FA en 2017-, lo que le permitiría a Boric volver como carta de salvación en 2029, descartando ya la opción de la Generación X que representa la ex ministra.
¿Y si gana Tohá? Tanto mejor y más claro el primer win-win, pues Boric habrá coronado sucesora a alguien fruto de uno de sus ministerios. Algo que nunca pudieron hacer Michelle Bachelet ni Sebastián Piñera.
El segundo win-win, consiste en que -si por alguna razón- el FA decide no ir tras Tohá, y va a primarias, con su candidato más competitivo -Tomás Vodanovic, el alcalde de Maipú-, la posición del Presidente se verá doblemente fortalecida.
Esto, no solo porque tendrá dos piezas en la largada (Tohá y Vodanovic), sino porque tanto el triunfo como la derrota de su compañero generacional, en la presidencial, contra la derecha, lo dejaría a Boric en un muy buen pie para 2029.
Si Vodanovic pierde, Boric se adelanta a la figura que más se le parece y compite en ciertos atributos, en especial en cuanto a carisma y juventud.
Y si gana; tenemos pues el doble win-win. Tomás Vodanovic no solo le aseguraría continuidad a Boric, sino que a toda la tropa que lo acompaña en la administración, la que podría profundizar su aprendizaje en el Estado en vez de tener que salir a buscar trabajo, sin haber completado la experiencia. A diferencia de los funcionarios de la Concertación, quienes salieron del Estado central solo después de haber estado 20 años en el poder.
¿Miel sobre hojuelas para un futuro ex Presidente capaz de convertirse en un factotum, como lo fueron Bachelet y Piñera para sus respectivos sectores?
No, porque nada asegura que uno de los dos candidatos boricistas gane la primaria, ni que pase a segunda vuelta.
En tal caso, la situación sería un solo Lose, pero en mayúsculas y para todo el sector, desde el capitán al último marinero.
Por Cristóbal Osorio, profesor de Derecho Constitucional, Universidad de Chile.
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