Columna de Gonzalo Cordero: ¿Por qué protestamos?

Columna de Gonzalo Cordero: ¿Por qué protestamos?

Los hechos son conocidos, el ministro de economía de Argentina dijo que nuestro país es gobernado por un “comunista que está por hundir a Chile”. Frente a lo cual nuestra Cancillería presentó una protesta formal a las autoridades del país vecino. El episodio, hay que reconocerlo, es bastante representativo de los rasgos absurdos de los tiempos que nos toca vivir.

El ecosistema de las redes sociales ha cambiado el tono de los diálogos, en la impunidad propia del medio virtual nos hemos vuelto más rudos para comunicarnos, pero lo paradojal es que esto ocurre en paralelo con la irrupción de generaciones extremadamente sensibles, en que se vive a punto de ser ofendido. Rápidos para descalificar y agraviar desde el pedestal de superioridad moral que se han autoerigido, pero frágiles al momento de ser cuestionados. El mundo de los “fajadores” -boxeadores que se destacaban por su capacidad de absorber golpes- ya no existe. Este es el de los jóvenes “de cristal”.

Reaccionar mediante un acto formal de nuestra Cancillería es expresión de esto, porque a fin de cuentas lo que hizo el ministro de Milei no es más que entrar al juego que nuestro Presidente ha puesto: el de las relaciones internacionales desde la ideología, mirando a los distintos países desde la afinidad o antagonismo político con sus actuales gobernantes. Y ahora, cuando recibe de vuelta las consecuencias de esa actitud, su respuesta es recordarle al gobierno trasandino que las personas pasan y las instituciones permanecen. Como se dice ahora, el chiste se cuenta solo.

Bajo este gobierno Chile tendrá su peor crecimiento desde el retorno a la democracia; es decir, en 35 años. El crimen está más organizado que el gobierno que debería combatirlo, como demuestran tristes episodios en los que prefiero no ahondar por consideraciones humanas, y nuestro sistema político, gracias a los cambios impulsados por nuestros actuales gobernantes, es un desastre absoluto. Entonces, eso de que nuestro Presidente está por hundir a Chile es, por lo menos, una hipótesis plausible.

Según declaraciones del mismo Presidente, él está a la izquierda del PC, llegó al poder en una coalición con ese partido y gobierna con ellos en puestos de máxima confianza, pero es justo reconocer que formalmente hablando no es comunista y como en nuestro país se adora casi religiosamente al derecho administrativo no me sorprendería que, junto a la protesta, hayamos acompañado un certificado del Servel acreditando su militancia. También es verdad que desde la oposición algunos han convertido sus fracasos en virtud y lo consideran socialdemócrata, porque después de todo no ha cambiado nada tan importante. Como si él hubiera liderado el rechazo a la constitución chavista y no su aprobación.

Es verdad que tenemos un gobierno representativo de la izquierda latinoamericana y que, con sus políticas, retrocedemos rápidamente en todas las dimensiones posibles. Pero, también es verdad, que preferiría que eso no tuviera que recordárnoslo el ministro de un país vecino

Por Gonzalo Cordero, abogado

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LaTercera.com

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