Columna de Marcelo Contreras: Te gusta Marc Anthony

Columna de Marcelo Contreras: Te gusta Marc Anthony

Te gusta Marc Anthony porque te trae recuerdos de recién casada cuando visitabas religiosamente los jueves aquel local abarrotado para aprender a bailar salsa con tu marido, en ese escaso día libre del duro trabajo que consumía los últimos años de tu juventud. Allí, entre un mar de aprendices, las canciones de Marc eran un refugio y un boleto para huir de la monotonía semanal. Su voz sufriente y apasionada -esa tensión atizada con garbo y estallidos- te seducía paulatina e irremediablemente, sin la ansiedad que suele entorpecer a los hombres.

Te gusta Marc Anthony porque lo viste en la película El Cantante (2007) encarnando al dios de la salsa Héctor Lavoe, y comprendiste sus raíces; de dónde venía esa intención explícita de timbrar glamour, sin descuidar el sabor en una música popular que fue estigmatizada por largo tiempo, clasismo de por medio.

Te gusta Marc Anthony porque su atractivo físico no responde a cánones, pero te resulta guapo y vulnerable, como si esa mirada enmarcada en eternas ojeras contuviera un dolor infinito, por culpa de un corazón condenado a la entrega total.

Te gusta Marc Anthony porque, tal como sucedió con Juan Gabriel y su explosión en el Chile de los 90, el fenómeno del neoyorquino de origen puertorriqueño fue ajeno a los medios tradicionales. No hay mejor triunfo que el boca a boca como vía a la consagración.

Te gusta Marc Anthony porque sus shows siempre son espectaculares, interpretando cada canción como si fuera la última de la noche, arrodillado y besando el piso si es necesario. Por un rato es un crooner centelleante, luego lidera un salón de baile. Te gusta porque agita fiesta y romance, jolgorio y lágrima, extremos que resuenan a pesar de nuestro carácter parco y austral.

Todo esto lo cuentas en un audio cuando han pasado varias vidas desde entonces, entusiasmada ante una nueva visita del artista que genera mayores expectativas para el público en esta nueva versión del Festival de Viña del Mar, el regalón máximo de la masa; el mismo que gatilla preguntas entre los especialistas sobre cómo es posible seguir cosechando demanda y fidelidad, gracias a incontables visitas al país desde 2009, cuando debutó en el certamen de la Quinta Vergara iniciando una relación con Chile que no solo se preocupó de Santiago, sino también de girar en regiones, rara vez atendidas por las grandes estrellas internacionales.

Da lo mismo que haya estado en septiembre por un par de noches en el Movistar Arena. Qué importa que esta sea su cuarta vez en el reducto símbolo de la Ciudad Jardín. Esta noche Marc Anthony colmará hasta la última fila.

Fuente

LaTercera.com

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