Columna de Óscar Landerretche: “La MIL”

Columna de Óscar Landerretche: “La MIL”

Sugiero monitorear la Masa de Ingreso Laboral (MIL) real per cápita. Es un indicador intuitivo y simple de calcular que resulta muy revelador de los desafíos que enfrenta nuestro país.

Considere una familia, como decían los viejos socialistas, “de clase trabajadora”. ¿A qué nos referimos con eso? Bueno, a una familia cuyos ingresos provienen solamente del trabajo. No tiene ahorros ni un boliche familiar; más aún, no recibe subsidios del Estado. Es cierto que la realidad de las familias de ingresos medios y bajos de hoy es más compleja que esto, pero les propongo que recuerden, para efectos de esta columna, a los Herrera, de la emblemática serie de Los 80.

Para calcular los ingresos mensuales de esa familia necesitaríamos saber, primero, cuántos de ellos trabajan. Supongamos que son tres: Juan, Ana y Martín (la Claudita está estudiando). Listo, los Herrera aportan tres ocupados al mercado laboral.

Lo siguiente es saber cuántas horas trabaja cada uno. Descubrimos que Juan trabaja una jornada completa, pero que suma todas las horas extra que puede, logrando en promedio un poco más que un cuarto de jornada extra, así que si la jornada completa mensual es de 160 horas, él anota 200. Descubrimos que Ana trabaja un cuarto de jornada porque, como suele ocurrir, se hace cargo de la casa y los niños, así que suma 40 horas al mes. Y descubrimos que Martín suma un trabajo de medio tiempo porque anda metido de camarógrafo free lance, así que anota otras 80 horas. Esto implica que como familia los Herrera aportan 320 horas al mes, esto es, dos jornadas laborales completas. Esto es, los tres trabajadores que aportan los Herrera al mercado laboral promedian jornadas mensuales de 107 horas.

Lo último que necesitamos saber para calcular la MIL de los Herrera son los ingresos por hora. Ahora, es probable que Juan, Ana y Martín tengan ingresos por hora muy diferentes. Por ejemplo, Juan que es un obrero calificado y con harta experiencia podría estar ganando $1.200.000 por una jornada completa. Ana, que trabaja en el retail a comisión podría llegar a ganar $750 mil por una jornada completa y Martín, que recién comienza, digamos que logra el mínimo de $500 mil. Ahora, recordemos que Juan trabaja una jornada y cuarto, Ana, un cuarto, y Martín, media. Si queremos calcular el promedio que ganan por hora hay que ponderar las jornadas de cada uno. El resultado es que la familia Herrera gana $1.937.500 por sus dos jornadas completas. Si dividimos por las 320 horas que aportan al mercado laboral, da un poco más de $6 mil por hora.

Una forma de calcular la MIL de los Herrera sería multiplicar la cantidad de personas que están ocupadas en la familia por la jornada mensual promedio que aportan y luego por el salario promedio por hora. Eso da los mismos $1.937.500.

La típica familia de los años 80.

Ahora, si usted recuerda Los 80 recordará al principio de la serie, el grupo familiar tenía cinco miembros, ya que incluía a nuestro personaje favorito, el gran Félix Herrera. Eso significa que la MIL per cápita de los Herrera sería $387.500 por nuca. El problema es que luego aparece Anita, la guagua, que hace crecer al grupo a seis y por cierto esto implica que la MIL per cápita cae a $322.917.

Lo interesante de esta forma de mirar los ingresos de las familias trabajadoras es su sensibilidad a las diferentes cosas que pueden afectar su capacidad de generar ingresos. Por ejemplo, la Claudita podría sumar un trabajo de verano en las vacaciones de la universidad que aportaría en el promedio familiar; la Ana se podría retirar de las ventas, le podrían limitar las horas extra al Juan o el Martín podría completar la jornada. Todas estas cosas se mezclan en el cálculo, pero lo que importa, al final, es cuánto gana la familia por persona a la que tiene que mantener. Por cierto, para poder evaluar lo que la familia Herrera está logrando ganar necesitamos considerar cómo se compara con los precios de lo que compran y cotejar los reajustes que reciben en sus ingresos por hora con la inflación.

Podemos calcular la MIL para Chile usando la información que levanta mensualmente el INE. Tomamos el número de ocupados, lo multiplicamos por el promedio de horas habitualmente trabajadas, lo multiplicamos por el índice de remuneraciones por hora y listo, tenemos la MIL, ya no de los Herrera, sino de toda la clase trabajadora chilena. El último mes para el cual se puede calcular la MIL antes de Año Nuevo es para octubre del 2024, el quinto aniversario de los eventos del 2019.

La MIL nominal de octubre del 2024 es 42,6% más alta que la de septiembre del 2019. El problema, por cierto, es que hubo harta inflación esos años. Si se descuenta aquello, se ve que la MIL real solo aumentó en 4,4% en cinco años. Pero claro, en el intertanto, la familia Herrera creció porque nació Anita, ¿se acuerdan? Hay que descontar el crecimiento de la población. La MIL real per cápita de octubre del 2024 es, de hecho, 1,8% menos que en septiembre del 2019 (una caída promedio de 0,37% anual). Esto es, la familia Herrera, cinco años después, tiene menos ingreso real por persona. La familia chilena de promedio de clase trabajadora es más pobre hoy que hace cinco años.

Lo interesante es que si ustedes calculan el producto real per cápita (usando el Imacec) del año que termina en octubre del 2024 y lo comparan con el año que terminó en septiembre del 2019 es 1,8% más alto. O sea, en simple, en estos cinco años, el PIB real per cápita subió (apenas) pero la MIL real per cápita bajó en el mismo porcentaje.

Les dejo la inquietud.

Mi punto es otro: una propiedad central de la estrategia de desarrollo que Chile necesita es que tenga como resultado un incremento en los ingresos laborales de la clase trabajadora de nuestro país. Esta es la única forma en que la juventud de nuestro país considere que es un proyecto de vida atractivo el construir una familia y dedicarse a trabajar. Y es importante que lo encuentren atractivo, porque hay demonios ofreciendo otros caminos. Así que esto de la MIL es importante hasta para el combate al crimen organizado. Además, la prosperidad laboral es lo que hará que las familias trabajadoras sientan que son beneficiarias de la estrategia, se conviertan en defensoras políticas de ésta y en votantes leales de proyectos políticos desarrollistas. Es más, si me apuran, creo improbable que cualquier proyecto de mediano o largo plazo, por sofisticado y bien pensado que sea, sobreviva sin una táctica de corto plazo que revierta rápido este estancamiento de la MIL. Esto es urgente.

No se ve, hasta el momento, esta preocupación en los proyectos electorales que concursarán el próximo año. Más bien se observan fórmulas ideológicas, mucho culto de personalidad y harto de lo que el yanqui llama “wishful thinking”. Esperemos que aquello cambie, por el bien de Chile y sus familias trabajadoras.

Fuente

LaTercera.com

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