Cómo son las celdas de castigo en Venezuela donde estarían detenidos los opositores de Nicolás Maduro

Cómo son las celdas de castigo en Venezuela donde estarían detenidos los opositores de Nicolás Maduro

“Nicolás Maduro es el ganador de las elecciones presidenciales”. Así lo aseguró el Centro Nacional Electoral (CNE) de Venezuela el pasado 28 de julio, sin entregar las actas electorales, lo que levantó sospechas de la población opositora que veía cómo la oportunidad de derrocar al socialista se esfumaba frente a sus ojos.

Entonces, las manifestaciones comenzaron a tomarse las calles de ciudades como Caracas, donde hubo una fuerte represión militar.

En este escenario, son muchos los venezolanos que aseguraron haber sido detenidos o tener familiares encerrados en celdas donde los humillaron y torturaron. Según la ONG Foro Penal, hubo cerca de 1.800 detenciones.

Maduro también mencionó en el momento de la contienda que ya habían “2.229 terroristas capturados”.

“Ya me torturaron y me reprimieron, pero no me van a callar. Mi voz es lo único que me queda”, dijo Juan, un joven venezolano de 20 años a BBC Mundo, al comenzar el relato sobre su detención, ordenada por Nicolás Maduro.

Denuncian detenciones arbitrarias en Venezuela

Juan —cuyo nombre fue modificado para protegerlo— le dijo a la BBC que es activista político y opositor del gobierno.

Antes del 28 de julio, la campaña del candidato Edmundo González fue marcada por “la esperanza y mucha gente animada”. Pero toda esa ilusión se desmoronó con el anuncio del CNE que aseguraba que Maduro había ganado y volvería a estar otro período en el poder.

En las calles, los protestantes opositores que anunciaban que hubo fraude en las elecciones fueron reprimidos por policías y militares. Según la ONG Provea, 24 personas murieron en las manifestaciones.

Mientras tanto, Maduro decía que la “extrema derecha” y los “terroristas” eran culpables de esas muertes.

Sin embargo, la misma ONG entregó el registro de 23 personas detenidas que después desaparecieron y “nadie sabe dónde están en este momento”, dijo el abogado Gonzalo Himiob, vicepresidente del Foro Penal, a BBC Mundo.

“Hubo detenciones arbitrarias. Hay registro de personas que fueron detenidas por celebrar el resultado de la oposición que daba como ganador a Edmundo González o por publicar algo en las redes sociales”.

Uno de esos casos habría sido el de Juan, quien describió a detalle las torturas a las que habría sometido en una de las cárceles de Venezuela.

Cómo son las celdas de tortura en Venezuela según una denuncia

Juan relató a BBC Mundo que estaba en la calle haciendo un trámite cuando, de repente, un grupo de hombres encapuchados lo tomaron por sorpresa, le taparon la cara y lo golpearon, mientras le gritaban que era un terrorista.

Después de varias semanas en una prisión en la ciudad, lo llevaron a una cárcel de alta seguridad en Tocorón, a 140 kilómetros de Caracas. Este recinto habría sido una de las bases de operaciones del Tren de Aragua.

“Cuando llegamos a Tocorón, nos desnudaron, nos golpearon, nos insultaron, nos gritaban ‘terroristas’. Teníamos prohibido subir la cara y mirar a los custodios; teníamos que bajar la cara hacia el piso. Luego nos uniformaron y nos subieron a las celdas”.

Según su relato, a Juan le asignaron una celda de tres metros por tres metros que compartía con cinco personas más. En ella, había seis camas en tres literas. El baño era un pozo séptico y “un tubo que servía como regadera”.

Las camas tenían un colchón muy delgado. Juan las describió como “tumbas de cemento”.

“Más que una cárcel, en Tocorón me sentí en un campo de concentración. Me hizo pensar a lo que he visto en películas y escuchado de los campos de concentración y tortura de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile”.

Juan denunció que todos los detenidos eran torturados física y psicológicamente.

“Nunca sabíamos qué hora era porque no había relojes. Comenzamos a preguntarles la hora a los visitantes y luego con los rayos del sol empezamos a calcular la hora a medida que la luz del sol subía por la pared”.

A eso de las 5 de la mañana, según calculó, los custodios los despertaban y una hora después, les activaban el agua helada que salía por el tubo por solo seis minutos para que pudieran asearse.

“Si eras el último y no te daba tiempo de sacarte el jabón, te quedabas enjabonado el resto del día”.

Después, esperaban toda la mañana por algo de comida. Usualmente, llegaba entre las 6 de la mañana y las 12 del medio día. Sin embargo, los alimentos, según su relato, siempre estaban podridos.

“A veces servían pellejo de carne con arroz picado, el que se les da a las gallinas o a los perros. Otras veces nos daban sardinas que ya habían caducado”.

Muchos de sus compañeros se sumieron en la depresión y, según contó, algunos de ellos tenían la intención de suicidarse.

Y los presos más rebeldes (o quienes eran sorprendidos hablando sobre política o pidiendo hablar con sus familiares) eran llevados a “celdas de castigo” donde les daban “palizas rutinarias” y solo les entregaban una comida cada dos días.

Las cárceles venezolanas donde estarían violando los derechos humanos

Estas celdas de castigo, también conocidas como “tigritos”, son más pequeñas que las normales: miden un metro por un metro y son oscuras.

Juan —quien fue excarcelado después de que el mandatario le dijera a las autoridades judiciales que “rectifique” si hubo detenidos de forma injusta— aseguró haber estado en una de ellas.

“Pasé muchísima hambre. Me da hambre de solo recordarlo. Lo que me mantenía con fuerzas era pensar en todas las injusticias que estaban pasando y que algún día iba a salir de allí”.

Además, hay otra celda de tortura a la que le llamaban “la cama de Adolfo”, por un preso que falleció allí, donde casi no había oxígeno.

“Te meten ahí por unos minutos hasta que no puedas respirar y te desmayes o comiences a golpear la puerta con desesperación. A mí me metieron y duré poco más de cinco minutos. Pensé que me iba a morir”, recordó el joven.

Juan decidió hablar, pues aseguró no tener miedo de lo que pueda pasar. Dijo que el poco miedo que tenía, lo perdió en esta cárcel de Tocorón.

“El gobierno trata mejor a otros presos, que de verdad son delincuentes, que a nosotros. Si visitas otra prisión venezolana, verás que los reclusos toman alcohol, fuman, tienen teléfonos y hasta Netflix”.

Además, según el abogado Himiot, el gobierno de Venezuela le asigna defensores públicos a los detenidos, porque saben que “si le permite el acceso a un abogado privado que no sea un funcionario público, este puede documentar todas las violaciones al debido proceso que están ocurriendo”.

Desde la BBC, intentaron comunicarse con el Ministerio Público venezolano para consultar sobre estas acusaciones, no obstante, no obtuvieron respuesta.

Juan aseguró que a muchos de los detenidos les mantiene vivos la idea de que el 10 de enero de 2025, Nicolás Maduro salga del poder. Esto, porque Edmundo González (el candidato opositor) aseguró que volvería a Venezuela a tomar su lugar.

A la par, Maduro dijo que González está desarrollando una “conspiración” para derrocarlo y dijo que cualquiera que se atreva a sacarlo del gobierno, “lo va a pagar”.