Creación de empleo anual pierde impulso por fuerte caída de la informalidad
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Creación de empleo anual pierde impulso por fuerte caída de la informalidad
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Siguiendo la tónica de los meses anteriores, el mercado laboral mostró señales mixtas en el trimestre móvil noviembre-enero. Por un lado, entre lo positivo, la tasa de desempleo bajó 0,4 puntos porcentuales en doce meses llegando a 8%, siendo la más baja en dos años. Asimismo, las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dan cuenta de que la creación de empleo informal ha ido perdiendo terreno, ya que cayó por tercer mes consecutivo.
Sin embargo, en lo negativo la creación de empleo total se desaceleró, toda vez que la generación de ocupaciones formales no fue capaz de compensar todo el retroceso de la informalidad.
Así, si hace un año crearon 264.881 plazas de trabajo, este noviembre-enero fueron solo 120.685. De todos modos, muestra un repunte en relación a lo que hubo en el trimestre inmediatamente anterior, cuando se generaron poco más de 82 mil empleos.
En esta descripción también califica el hecho que, respecto al mismo período del año anterior, la tasa de participación se situó en 62,1% y no presentó variación, mientras que la tasa de ocupación alcanzó 57,1%, creciendo 0,2 pp en el período.
En la descomposición de la creación de empleo, el INE muestra que la totalidad de las ocupaciones generadas fueron formales, es decir, las 120.685, ya que se destruyeron 87.553 trabajos informales. Es más, si se mira hace un año, los nuevos puestos de trabajo informales rondaban los 100 mil, por lo que hubo una caída de 189% en 12 meses.
“El mercado laboral chileno muestra señales de recuperación, con una baja en la tasa de desempleo al 8% y la creación de 120 mil nuevos empleos en un año, es decir, 35.000 más que el trimestre anterior, con un impulso de los empleos formales”, afirma Cristián Duarte, exdirector de la Bolsa Nacional de Empleo.
Ingrid Jones, economista del Instituto Libertad y Desarrollo, plantea que “los últimos registros han mostrado una caída del empleo informal, especialmente en trabajadores cuenta propia y empleadores, mientras que la creación de empleos asalariados privados informales fue mucho menor que los registros anteriores. Esto último podría significar una normalización en el número de trabajadores que, teniendo un vínculo laboral, no cotizan”. Por ello, señala que “se debe tener cautela con la sobreinterpretación de esta cifra, pues la tasa de informalidad continúa en niveles altos, ubicándose levemente por sobre el 26% y llegando al 28,1% en mujeres”.
Patricio Ramírez, coordinador del Observatorio Económico Social Universidad de La Frontera, argumenta que “es un buen dato en general. Bajó el desempleo, pero además se aceleró la creación de empleo, ya que el trimestre anterior (cierre de 2024) se habían creado apenas 82,9 mil empleos adicionales en 12 meses, y ahora se superaron los 120 mil”. No obstante, indica que este registro “no es para tener autocomplacencia, ya que se necesita seguir creciendo en ese número, pero es una señal positiva que podría significar un quiebre de tendencia, pero habrá que esperar los siguientes para confirmar que se trate de tendencia y no solo de un dato puntual”.
Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico (OCEC-UDP), pone paños fríos a las cifras, puesto que “si bien es una buena noticia que la creación de empleo esté liderada por el empleo formal, esto no significa que la creación de empleo no sea precaria, pues la formalidad no es la única arista de la calidad del empleo”.
En ese sentido, indica que “las cifras revelan que la totalidad de los empleos creados en el último año está en el subempleo, ya sea por insuficiencia de horas o por calificaciones. En el último año los subempleados aumentaron en más de 125 mil, mientras que los ocupados no subempleados cayeron en casi 5 mil”.
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Donde tampoco hubo noticias positivas es en las mujeres. Según el INE, su tasa de desocupación alcanzó 9,1%, aumentando 0,3 pp en el período. Al mismo tiempo, las desocupadas crecieron 4,5%. Las tasas de participación y ocupación se situaron en 52,7% y 47,9%, retrocediendo 0,2 pp y 0,3 pp, en cada caso. En los hombres, la tasa de desocupación fue de un 7,2%, disminuyendo 1 pp en un año, a raíz del alza de 1,1% de la fuerza de trabajo, menor a la de 2,2% registrada por los hombres ocupados.
“Se está generando una dualidad preocupante, donde solo los hombres experimentan progresos en materia de reducción de la tasa de desempleo, mientras que entre las mujeres seguimos viendo alzas en este indicador”, sostiene Bravo. El economista detalla que, “en promedio, en 2024 la tasa de desempleo femenina aumentó en 2 décimas respecto al año 2023 y este primer dato de 2025 parte revelando un alza de 3 décimas en la tasa de desempleo de mujeres. Esto implica que se está ampliando fuertemente la brecha de género en materia de desempleo”.
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