¿Cuáles son los desafíos sociales de Estados Unidos?, más allá de quien gane la elección
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¿Cuáles son los desafíos sociales de Estados Unidos?, más allá de quien gane la elección
El proceso electoral estadounidense en medio de realidades que golpean a millones de personas como la violencia armada, el fentanilo, la inflación y la migración. En 2022, la tasa de pobreza de Estados Unidos era del 11.5% de la población y no hay indicios de reducción de ese porcentaje. Se calcula que hay entre 550.000 y 650.000 personas sin hogar. El próximo 5 de noviembre, diez estados votarán, además de la consulta presidencial, sobre el derecho al aborto. Para el 89% de los estadounidenses, estas elecciones influenciarán en lo que pase con el aborto, el cual es reconocido como un derecho humano.
Lluís Muñoz Pandiella. “France 24”. 11/2024. La mitad de los estadounidenses están preocupados por la inflación. Para uno de cada tres, la migración es el gran problema a combatir. Mientras tanto, el fentanilo deja más de 100.000 muertos cada año y la violencia armada es considerada una crisis de salud pública.Esto en un país donde el aborto ha dejado de estar blindado y el 10% de la población aceptaría usar la violencia para evitar que Donald Trump llegue al poder. La vivienda, la salud y la educación tampoco viven su mejor momento.
Estados Unidos marca el paso al resto del mundo. Si la migración o el aborto se convierten en un problema, pronto también lo será en Europa y en otras partes del planeta.
Otras veces, el ritmo lo marcan tendencias mundiales, de las que Estados Unidos no se puede abstraer: como son la inflación y el aumento de la polarización.
Pero también tiene sus propios problemas internos como son la violencia armada o el fentanilo, que centran estudios, debates y programas federales para su resolución.
A continuación una recopilación de los principales desafíos sociales de Estados Unidos más allá de lo que pase el 5 de noviembre.
Migración: La preocupación que centra el debate político
Es la segunda preocupación de los estadounidenses. Según un sondeo de Ipsos del mes de agosto, la migración es el principal reto del país para un 33% de la población.
Un estudio del Pew Research Center del mes de julio cifró en 47.8 millones los migrantes que viven en Estados Unidos en 2024. Son el 14.3 % de la población.
El Departamento de Seguridad Nacional calculaba que en 2022 unos 11 millones estaban en condición irregular, aunque se estima que el dato actualmente sea mayor.
Muchos de los accesos de migrantes tienen lugar por la frontera sur de Estados Unidos. Si se amplían los datos de 2023, en ese año se registraron 2.542.074 encuentros de migrantes con las autoridades. Se calcula que lograron entrar 1.6 millones de personas.
Desde el comienzo de la Administración Biden, Estados Unidos ha detenido, hasta el mes de mayo, a más de 6.3 millones de migrantestratando de entrar de forma irregular al país. Es una cifra mayor que las administraciones anteriores de Trump, Obama o Bush.
Sin embargo, el 80% de los estadounidenses dice que el Gobierno está haciendo un mal trabajo en el manejo del flujo migratorio.
Desde junio, la Administración Biden ha vetado la solicitud de asilo en la frontera con México, la cual está cerrada. Tan solo se puede aplicar al asilo por una aplicación móvil conocida como CBP One. Esta debe ser completada en el país de origen y antes de iniciar el viaje.
Otras formas de permanecer en Estados Unidos son mediante el Estatus de Protección Temporal (TPS), con el que se da permisos a personas de 16 nacionalidades o la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege a los migrantes que entraron a Estados Unidos siendo niños.
No se ha prorrogado el “parole” humanitario que evitaba la deportación a migrantes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua. Se calcula que con estos tres programas se da cobijo a tres millones de personas, según la National Foundation for American Policy (NFAP).
Estados Unidos: El país más armado del mundo
Pese a la percepción de inseguridad que ha rodeado la campaña electoral estadounidense, en el primer semestre de 2024 descendieron los homicidios, las violaciones, los robos y los asaltos agravados si se comparan con 2023, según la Major Cities Chiefs Association.
Una tendencia de descenso que viene después del aumento que se produjo en pandemia. Según el FBI en 2023 los homicidios ya habían caído un 13% respecto a 2022.
La última tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes es de 2022 y se situaba en 6.3; lejos del vecino Canadá, que registró un 2.27 el mismo año, así como de otros países de Europa, pero por debajo de América Latina y otras regiones más violentas.
Sin embargo, pese a las tendencias a la baja, una encuesta de noviembre de 2023 de Gallup reveló que casi dos tercios de los estadounidenses consideraban que la delincuencia era extremadamente grave o muy grave, y más de tres cuartas partes de los estadounidenses creían que la delincuencia estaba aumentando.
Por otro lado, Vivek Murthy, el Cirujano General de Estados Unidos, declaró en junio a la violencia armada como una crisis de salud pública.
EE.UU. es el país con más armas del mundo: de hecho hay más que personas. Según la organización suiza Small Arms Survey (SAS), hay 120 armas de fuego por cada 100 estadounidenses, es decir 390 millones en total.
Las muertes por armas de fuego son desde 2020 la principal causa de muerte en niños y adolescentes de entre 1 y 19 años, mientras que se calcula que el 54% de los adultos o familiares han experimentado algún incidente relacionado con un arma de fuego: por este flagelo cada año mueren más de 40.000 personas.
El fentanilo mata más que las armas de fuego
“Es momento de actuar y de permanecer unidos, por todos los que hemos perdido y por todas las vidas que aún podemos salvar”, dijo Joe Biden el pasado mes de julio. Se refería a la crisis del fentanilo, que está matando a más estadounidenses de entre 18 y 49 años que cualquier otro problema de salud pública.
Aunque en 2023 las muertes por sobredosis disminuyeron por primera vez en cinco años, unas 107.500 personas perdieron la vida por una intoxicación tras el consumo de drogas. El descenso fue de un 3% respecto a 2022, después de años de grandes aumentos. Pero son más del doble que las muertes causadas por armas de fuego.
En el 75% de los decesos por consumo de drogas de 2023 había fentanilo. Un opioide 50 veces más potente que la heroína, barato y fácil de transportar. Una dosis letal puede contener tan solo dos miligramos.
Como respuesta en 2023, Estados Unidos incautó más de 115 millones de pastillas que contenían fentanilo ilícito. También han aumentado los esfuerzos para tratar de cooperar con Beijing: el fentanilo se suele producir en México, con productos químicos procedentes de China.
La Administración Biden invirtió 82.000 millones de dólares para que la naloxona esté ampliamente disponible sin receta. Se trata de un medicamento que salva vidas al revertir la sobredosis de los opioides.
Mientras se persigue al fentanilo, por otro lado, avanza la normalización en el uso y posesión de la marihuana. De hecho, 24 estados, el distrito de Columbia y dos territorios estadounidenses ya han legalizado el cannabis para uso recreativo.
Por el contrario, Oregon, que en 2020 se convirtió en el primer estado en despenalizar la posesión y el uso personal de todas las drogas, en 2024 cambió la ley y volvió a endurecer las penas, aunque ofreciendo la opción de escoger entre cargos penales o tratamiento.
Ricos cada vez más ricos; pobres cada vez más pobres
El país más rico del mundo es también el destino soñado para millones de personas de todo el mundo. Sin embargo, en 2022, la tasa de pobreza de Estados Unidos era del 11.5% de la población.
Este dato se traduce en 37.9 millones de personas, similar a la población total de Canadá.
Pero más allá de la pobreza, no todo es riqueza. De hecho, el 65% de los estadounidenses no logra ahorrar a final de mes, mientras que 26,5 millones de personas tenían que tener dos trabajos en 2019.
La escasez en Estados Unidos afecta especialmente a las minorías étnicas: diez de las ciudades más grandes con mayoría latina registraron tasas de pobreza un 50% más elevadas que el promedio nacional.
A la pobreza estructural se le suma la coyuntura económica: la inflación sigue siendo persistente y los ciudadanos han perdido más del 24% de su poder adquisitivo desde 2019.
De hecho, la inflación, según una encuesta de Ipsos, es la mayor preocupación para el 50% de los estadounidenses.
Los nuevos pobres de Estados Unidos
Mientras tanto, los ricos han aumentado su capital: justo antes de 1980, el 1% tenía el 8% del total. En 2019, esta cifra subió hasta cerca del 18%.
Hoy, la cifra sería incluso más alta.
El retroceso en derechos reproductivos tras la derogación de “Roe vs. Wade”. Estados Unidos registró más de un millón de abortos en 2023.
La cifra más alta de la última década y un aumento del 10% respecto a 2020. Después de 50 años de una legislación garantista, en 2022, la Corte Suprema, de mayoría conservadora, derogó la legislación Roe vs. Wade.
Desde ese momento, el derecho al aborto depende de cada estado y para Amnistía Internacional ha supuesto un paso atrás: “Está claro que en Estados Unidos se está produciendo una regresión en el derecho humano a la atención del aborto”.
La derogación de Roe vs. Wade ha estado sujeta a grandes críticas por movimientos feministas y también por defensores de la salud pública.
En Texas, tras la prohibición del aborto, la mortalidad infantil aumentó cerca de un 13%. Sin embargo, en este estado, si un médico realiza un aborto saltándose la normativa, podría enfrentar 99 años de cárcel, 100.000 dólares de multa y la pérdida de su licencia.
Además de Texas, hay otros 13 estados que han prohibido el derecho al aborto, mientras que otros han aplicado restricciones.
Desde la derogación de “Roe vs. Wade”, más de 200 mujeres enfrentan procesos judiciales por cargos relacionados con el aborto.
El próximo 5 de noviembre, diez estados votarán, además de la consulta presidencial, sobre el derecho al aborto. Para el 89% de los estadounidenses, estas elecciones influenciarán en lo que pase con el aborto, el cual es reconocido como un derecho humano.
Crisis de confianza, aumento de la violencia política y desinformación
Estados Unidos vive una crisis de polarización, violencia política y desinformación.
Una encuesta nacional del Proyecto sobre Seguridad y Amenazas de la Universidad de Chicago reveló que un 10% de los adultos estadounidenses están de acuerdo en el uso de la fuerza para evitar que Trump. En otro estudio de la Universidad de California, cerca del 14% de los encuestados están convencidos de que habrá una guerra civil en Estados Unidos en los próximos años.
Los ataques y amenazas han aumentado: de hecho, Reuters, en agosto de 2023, concluyó que Estados Unidos vive el mayor aumento sostenido de violencia política desde los años 70.
Por ejemplo, en esta campaña electoral ha habido dos intentos de asesinato contra Donald Trump.
Un suceso que antes también ha afectado a otras figuras: en 2022, el FBI dijo haber frustrado un complot para asesinar jueces conservadores de la Corte Suprema; el mismo año, el marido de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, fue atacado en su casa por un intruso con un martillo; mientras que un año antes, en 2021, una turba violenta entró en el Capitolio de Estados Unidos para impedir la certificación de la victoria electoral de Joe Biden.
Esa violencia contra autoridades políticas va de la mano del hecho de que la mayoría de los estadounidenses no confían en las instituciones, según un sondeo de Gallup: el 57% dicen confiar muy poco en el Congreso; el 46%, muy poco, en el presidente sea presidente.
Por el contrario, un 7%, aprueban el uso de la fuerza para hacer que Trump sea presidente.
Pero los que están en el centro de la diana son las minorías en pleno avance de la ultraderecha y los movimientos supremacistas. Solo en 2023, los grupos antiinmigrantes existentes en territorio estadounidense pasaron de 1 a 18, según información del Southern Poverty Law Center.
Pero además de lo que sucede internamente, desde Estados Unidos acusan del aumento de la tensión a la manipulación que viene del extranjero. Un funcionario de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) dijo en “The Hill” que países como Rusia, Irán y China están utilizando inteligencia artificial para difundir desinformación y condicionar las elecciones.
De hecho, en 2016 la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos dijo que tenían “gran confianza” en que el Gobierno ruso había interferido en las elecciones, denigrando a Hilary Clinton, antes de que Donald Trump se convirtiera en presidente.
¿Cómo están la vivienda, la salud y la educación?
Vivienda
Los precios de la vivienda han subido alrededor de un 60% en la última década. Cerca de un 25% de los inquilinos, unos 12 millones de hogares, gastan más de la mitad de sus ingresos en vivienda, muy por encima de lo que se considera saludable.
Y se calcula que hay entre 550.000 y 650.000 personas sin hogar.
La realidad es que en Estados Unidos no hay suficientes casas: se estima que faltan entre 4 y 7 millones de viviendas.
En este contexto, una encuesta de la Universidad de Harvard ubicó la vivienda como el tercer problema más importante para jóvenes de entre 18 y 29 años.
Salud
Estados Unidos es el país que más invierte en su sistema de salud. Paga más del doble que el resto de naciones ricas. Sin embargo, tendría el peor sistema de salud de los 10 países más ricos.
A los votantes les preocupa el sistema de seguridad social y el coste de los medicamentos. En un país que no tiene cobertura de salud universal pública, pero sí seguros privados financiados por el Estado.
Educación
Entre el sistema primario y las universidades hay más de 70 millones de estadounidenses. Sin embargo, el sistema no vive su mejor momento: un sondeo del Pew Research Center recogía que cerca de la mitad de los estadounidenses dice que la educación pública primaria y secundaria va en la dirección equivocada, mientras que el 32%, según un sondeo de Gallup, no confía en la educación superior.
Mientras tanto, voces del Partido Republicano piden desmantelar el Departamento de Educación por ser una institución de “adoctrinamiento”.
Entre julio y diciembre de 2023, PEN América registró más de 4.300 casos de prohibiciones de libros escolares. En Oklahoma se ordenó enseñar la biblia de forma “inmediata”.
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