Cuando Claudio Narea fue el amor platónico de Pedro Lemebel: historia de una amistad

Cuando Claudio Narea fue el amor platónico de Pedro Lemebel: historia de una amistad

Nunca tuvo una pareja estable, pero de tanto en tanto Pedro Lemebel solía tener alguno que otro amorío prófugo, pasajero. Aunque no siempre le resultaban y más de algún hombre quedó en la categoría de amor platónico, unidireccional, incompleto. Uno de aquellos amores no correspondidos de Lemebel fue del guitarrista de Los Prisioneros, Claudio Narea.

Así al menos lo cuenta la reciente biografía Tu voz existe. Vida de Pedro Lemebel (Planeta), que llega en estos días a las librerías nacionales. Se trata de un libro escrito por la dupla conformada por Jovana Skarmeta -actual directora del sello Ediciones Universidad de Valparaíso- y el escritor Marcelo Simonetti. En el volumen, señalan que de Narea “también estuvo enamorado”.

De hecho, cuentan que tanto Narea como el librero Sergio Parra -de Metales Pesados- fueron sus primeros invitados al programa que Lemebel tenía en la radio Tierra, Cancionero. Y Lemebel no se anduvo con chicas, le preguntó qué pensaba de los homosexuales. “La pregunta pilló algo desprevenido al guitarrista; la única relación que tenía con ese mundo se circunscribía a un vecino gay que trabajaba en el ambiente del teatro y que a veces le regalaba entradas. ‘No me acuerdo bien qué fue lo que le contesté, pero sí recuerdo lo que me dijo Pedro: ‘Tienes mucho que aprender todavía’”.

Claudio Narea

En el libro señalan que el escritor y el músico comenzaron a relacionarse como amigos. “Se veían harto, conversaban, y en una ocasión Narea le contó en profundidad todo lo que había pasado con su compañero de banda, Jorge González”, indican. Incluso, cuando el guitarrista publicó su libro Mi vida como Prisionero (2009) y fue a la televisión para hablar del mismo, Lemebel le mandó un mail contándole que había conocido a Jorge González. “Él me tiró una mala onda, me odió, aunque le gustaba lo que yo escribía, pero él sabía que tú me gustabas de antes, o sea, eran celos, jajaja. Un abrazo, amigo”.

Básicamente ese nexo se mantuvo como amistad hasta la muerte de Lemebel. Así lo comentan Skarmeta y Simonetti. “Si bien Narea lo invitó a un par de conciertos de Los Prisioneros -uno de ellos, el primero que hicieron en el Estadio Nacional- y le pidió consejos para cuando publicó su autobiografía Mi vida como prisionero, la relación se mantuvo siempre en los lindes de la amistad”.

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