Cuenta atrás para el nuevo Gobierno francés que no logra ampliar su base parlamentaria
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Cuenta atrás para el nuevo Gobierno francés que no logra ampliar su base parlamentaria

François Bayrou busca establecer un nuevo Gobierno en Francia antes de Navidad, enfrentando diversas dificultades para obtener el apoyo necesario en un ambiente político polarizado y con citas urgentes en agenda
París, 21 dic (EFE).- El primer ministro francés, François Bayrou, multiplica este fin de semana los contactos políticos para tratar de cerrar la composición de su nuevo Gobierno, sin que por ahora haya signos de que esté ampliando su base parlamentaria.
Con la promesa de elegir a su nuevo gabinete antes de navidad, el jefe del Gobierno mantiene contactos discretos en las últimas horas, después de que las reuniones que ha mantenido en los últimos días no le hayan permitido atraer a componentes de la izquierda, como se había planteado.
Bayrou recibió el encargo del presidente, Emmanuel Macron, de encontrar una estabilidad parlamentaria sin necesitar a la extrema derecha, con el objetivo más inmediato de aprobar unos presupuestos para 2025.
El veterano político centrista reunió este jueves a los líderes de los grupos moderados, todos menos la ultraderecha de Marine Le Pen y la izquierdista La France Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, que anuncia que presentará una moción de censura de forma inmediata.
La idea de Bayrou era recibir el respaldo de los 66 diputados socialistas, pero sus líderes aseguraron que no han encontrado suficientes garantías de que habrá un giro político, lo que les coloca en la oposición.
Una posición que comparten los ecologistas y los comunistas, con quienes Bayrou mantiene contactos de última hora para tratar de encontrar puntos de encuentro.
Mejor encaminado parece la entrada en el Ejecutivo de la derecha moderada, que según sus líderes ha logrado las garantías necesarias para cooperar con Bayrou.
El actual ministro del Interior, Bruno Retailleau, representante del ala más dura de ese partido, está en buena situación para mantenerse en el puesto.
Pero sus posiciones en temas como la inmigración, muy cercanas a la extrema derecha, alejan todavía más a la izquierda de ingresar en el nuevo Ejecutivo.
En ese contexto, Bayrou trata de atraer a algunos pesos pesados que en el pasado han formado parte del Partido Socialista, como el actual presidente del Tribunal de Cuentas, Pierre Moscovici, que fue ministro de Economía con François Hollande.
Su ingreso sería muy simbólico, pero no garantiza el respaldo de los actuales diputados socialistas -incluido el propio Hollande-, lo que dejaría a Bayrou a expensas de la extrema derecha.
Una situación que ya vivió su antecesor en el cargo, el conservador Michel Barnier, que vio como a las primeras de cambio Le Pen le daba la espalda, votando junto a la izquierda una moción de censura, lo que le convirtió en el primer ministro más breve desde la Segunda Guerra Mundial.
El tiempo corre en contra del nuevo primer ministro sin que parezca capaz de desbloquear la situación.
Bayrou se comprometió a nombrar un nuevo Gobierno antes de navidades, pero la cuenta atrás se acelera.
Los rumores apuntan a que podría hacerlo este mismo domingo, síntoma de la urgencia que vive el país.
El lunes es poco probable, puesto que ese día el presidente Macron lo decretó de duelo nacional por el drama de Mayotte, la isla francesa del Índico que fue arrasada por un ciclón.
La otra opción es el martes, día de Nochebuena, cuando medio país está ya paralizado por las vacaciones navideñas, pero que es laborable en el país. EFE
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