Culpables por homicidio: el estremecedor caso de una secta religiosa que cantaba mientras una niña de 8 años moría
- 2 Horas, 55 Minutos
- LaTercera.com
- Noticias
Culpables por homicidio: el estremecedor caso de una secta religiosa que cantaba mientras una niña de 8 años moría
Elizabeth Struhs, una niña diabética de 8 años, se crió con sus padres en Toowoomba, Brisbane, en Australia. Por su enfermedad, fue medicada gran parte de su vida, no obstante, cuando sus padres, Jason y Jayde Struhs se unieron a una secta religiosa de cristianos, comenzaron a creer que el Espíritu Santo podía curarla.
Según un reportaje de CNN, la secta —compuesta por tres familias— sentía rechazo por la medicina convencional, decían que era “brujería” y preferían poner su fe en “el poder curativo de Dios”.
Unos meses después de unirse al grupo religioso, el 2 de enero de 2022, el padre de la niña, Jason, dijo en una reunión que “Dios había curado a Elizabeth de su diabetes”.
Por ello, le dijo a su pequeña que la dejarían de inyectar insulina, que guardara su glucómetro porque “ya no lo necesitaba”. Su padre le aseguró que Dios había intervenido en su diabetes con un milagro.
A partir de aquello, Elizabeth comenzó a enfermar gravemente, mientras los 14 miembros de la iglesia se turnaban para sentarse junto a ella y monitorear su estado de salud, sin el apoyo de los medicamentos.
La secta religiosa que dejó morir a una niña diabética
El líder de la secta, Brendan Stevens, fue quien convenció a los padres de Elizabeth de que Dios iba a curar a su hija.
Cuando la dejaron sin sus medicamentos, comenzaron a vigilarla. Según los mensajes de texto que se enviaban, describían a Elizabeth como “inquieta”, que “vomitaba” y estaba “bastante débil”.
Y en ese estado, el líder religioso continuaba asegurando a Jason y Jyde de que Dios no la dejaría morir.
Según el juez a cargo del caso, la secta completa comenzó a rezar alrededor de la niña, y también a cantar sobre “la bondad de Dios”.
Pero el 7 de enero de 2022, después de cinco días de agonizar por la diabetes, Elizabeth falleció a sus cortos ocho años.
En ese momento, los padres, el líder religioso y los demás miembros de la iglesia continuaron cantando “coros” y orando, porque estaban seguros de que “Dios la resucitaría de entre los muertos”.
“Parece que Elizabeth no está respirando, pero veremos una victoria muy pronto. ¡Dios puede hacer cualquier cosa!”, se lee en uno de los mensajes de texto que enviaron en ese momento.
36 horas después del fallecimiento de la niña, su padre Jason decidió llamar a los servicios de emergencia. Le dijo a la secta que “aunque Dios resucitaría a Elizabeth, no podían dejar un cadáver en la casa”.
La sentencia contra la secta religiosa en Australia
Cuando llegó la policía al lugar donde murió Elizabeth, un detective vio “a unas 20 personas en el patio delantero, tocando música, cantando y rezando”.
El líder de la secta y los padres de la niña fueron detenidos, pero después se decidió enjuiciar a los 14 miembros de la iglesia que permitieron la muerte de la menor de edad.
La autopsia reveló que la niña falleció por cetoacidosis diabética, una complicación a raíz de la falta de insulina y tratamiento médico.
Y el pasado miércoles, 29 de enero de 2025, tres años después del crimen, el juez australiano Martin Burns los declaró culpables del homicidio de Elizabeth Struhs.
Los 14 religiosos se negaron a declararse inocentes.
Durante el fallo, el juez reconoció que, tras las investigación, determinaron que Elizabeth fue “una niña vibrante y feliz, amada y cuidada con amor” por todos los miembros de la iglesia, incluidos el líder de la secta y sus padres.
“Sin embargo, debido a una creencia singular en el poder curativo de Dios que, a juicio de sus padres y de los demás miembros de la Iglesia, no dejaba lugar a ningún tipo de tratamiento o atención médica, se vio privada de lo único que definitivamente la habría mantenido con vida: la insulina”.
Tomando en cuenta lo anterior, Burns también reconoció que no está seguro de que los padres y el líder realmente sabían que Elizabeth iba a morir sin su tratamiento, pues les había cegado por completo su creencia espiritual.
Por ello, desestimó la acusación original de asesinato por indeferencia imprudente, y lo cambió a un cargo menor de homicidio.
La sentencia de los 14 condenados se informará el 11 de febrero de 2025.
Comentarios