De “amo este Festival” a “ya casi nadie lo ve”: cómo George Harris endureció su tono contra Viña y sus organizadores
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De “amo este Festival” a “ya casi nadie lo ve”: cómo George Harris endureció su tono contra Viña y sus organizadores

Fue el sábado 22 de febrero cuando Jorge Enrique González, caraqueño, 44 años, compareció ante los medios chilenos en la tradicional rueda de prensa previa al show de cualquier artista en el Festival de Viña. Con su seudónimo de George Harris, enfrentó a los medios con un tono más bien conciliador y basado en los buenos augurios que la organización del Festival le había dado.
“Había querido estar desde hace mucho tiempo, y este ha sido el país que me ha permitido llenar Arenas más rápido...cuando recibí la invitación me llené de emoción, estaba en España cuando me invitaron”, dijo Harris en aquella ocasión, elogiando al evento donde llegaba como encargado del humor en la primera noche.
El caribeño daba muestra de un particular idilio con Chile: ya en 2024 había repletado el Movistar Arena y en 2022, después de unas presentaciones en este suelo, dio una entrevista a La Tercera y declaró: “Chile es uno de los mejores lugares en el que los venezolanos pueden estar”. Entonces, no era de extrañar que Harris más bien optara por reforzar su -hasta entonces- romance con nuestro país. Sin embargo, al día siguiente todo eso cambió.

El domingo 23, la primera jornada del festival, tuvo una noche horrorosa y firmó una de las peores presentaciones de un humorista en la Quinta Vergara. A las 23.48 horas, George Harris pisó por primera vez el escenario de la Quinta Vergara y se apegó a su libreto : “Esto es un sueño hecho realidad”, “Gracias Chile, gracias Venezuela!” “¡Amo este festival!”. Comenzó hablando de los “meses de trabajo”, agradeció la oportunidad de estar en el certamen demorando en exceso su inicio, y cada palabra era aplaudida por su fanaticada; había una gran presencia de venezolanos esa jornada repletando el sector de galería.
Pero todo se derrumbó. Las pifias comenzaron a surgir amén de una rutina lenta, aburrida, sin gracia, sin remates. Ahí cometió su mayor error: mostrando un bajo autocontrol, se desenfocó y comenzó a enfrentarse con el Monstruo mostrándose agresivo y arrogante.
“No puedo creer que haya gente que haya comprado la entrada para pitar. ¡Levántate una venezolana, marico! ¿Vas a estar toda la noche (pifiando)? ¿No te gusta? ¡Vete a por un refresco!”. Y luego, en vez de tratar de remontar, optó por defenderse y -cómo no- echarle la culpa a la prensa “Quizás ustedes se dejaron influenciar por los medios de comunicación amarillistas. Así es muy complicado que los artistas vengan a presentarse en el escenario”.
Luego fue peor y se encaró con un espectador que le gritó “fome”. Eso terminó por sacarlo de sus casillas y le respondió con agresividad: “Ojalá tú tengas la carrera que tengo yo. Y aquí en tu país, con todo lo que te da rabia que yo esté aquí, llené el Movistar Arena, cállate”. Ahí se acabó el romance. Ahí terminó por cruzar el Rubicón. Las pifias fueron categóricas para castigar la “Triple A” en que había caído: aburrido, arrogante y agresivo. Tras angustiantes 45 minutos, se marchó.

“No debí aceptar la invitación a Viña”
Si bien su plan original era quedarse un par de días en Chile tras su actuación e incluso visitar el verdor del sur, lo cierto es que George Harris no quiso saber nada y se marchó el martes 25 de febrero. Tras llegar a Miami, lugar donde reside, nada más pisar el Aeropuerto Internacional de la ciudad declaró a la prensa y dijo que nunca debió aceptar la invitación para Viña.
“Tuve una experiencia bastante rara, bizarra, que no se la deseo a ningún artista internacional, la verdad. El balance que saco de estas horas, después de lo que ocurrió en Viña. Hay muchas cosas que se han mezclado en esta situación, muy incómodas, yo no debí aceptar la invitación a Viña, porque yo recibí muchas amenazas de que eso iba a pasar”, dijo en sus primeras palabras al llegar a Florida, aún en shock.

Además, sin demostrar autocrítica, aseguró que lo sucedido era xenofobia. Así lo hizo en un posteo en la red social X (antes conocido como Twitter), con una serie de posteos que no hicieron más que acrecentar las polémicas en torno a su figura. “¡Muchachos no es FOME es BOICOT! No es FOME, es Xenofobia. Vamos a llamar las cosas por su nombre. #FestivalViñaDelMar”. Ya estaba endureciendo el tono.
Luego, siguió escalando. En un live que realizó el viernes 28 por sus redes sociales, aseguró que las pifias fueron un boicot “sólo por ser venezolano”, siguió sin demostrar autocrítica y dijo que había viajado sólo porque los organizadores lo convencieron. Contó que conocía la dinámica del Festival y del “Monstruo”, el que “pita o funa cuando el artista ha desarrollado algo que no conecta”, aseguró. “Yo no he visto ninguna rutina de una persona que acaba de llegar al escenario y lo pitan”.
En esa misma línea, reveló que venezolanos le escribieron antes de su llegada a Viña para advertirle y pedirle que no se presentara. “‘Te imploramos que no vengas al Festival’ y yo no hice caso de eso. Eso es lo que yo lamento, no haber oído a mi comunidad. Me decían ‘te van pitar, no te van a dejar hacer el show’”. Y agregó: “Salí de Chile casi como un ladrón. Escondido en una van porque quería el morbo”, dijo hacia el final de live. “No se lo deseo nadie. Bueno al gobierno de Venezuela sí, pero a nadie más”.

Como si eso no le bastara, este lunes 10 de marzo, en su show en Miami, reapareció hablando de lo que le ocurrió en Chile. “¡Qué vaina lo que nos ha pasado! Yo que estaba tan contento que iba para mi vaina, primer venezolano invitado a un festival internacional, yo estaba pletórico, lleno de mi mismo. Estaba tan feliz, me voy para Chile, que son nueve horas de vuelo”, además de agradecer la “ola de amor” que la han entregado “colombianos, cubanos, puertorriqueños” y toda la gente que le ha dado ese “amor” estos últimos días.
Por supuesto, siguió sin mostrar autocrítica alguna. Peor aún, endureció más su tono con Chile. Derechamente, comenzó a ningunear al Festival. “Lo que pasó fue como cuando Will Smith le metió el coñazo a Chris Rock. Uno se queda, marico, con la cabeza... la diferencia es que en ese festival no existe Will Smith. Si hubiera una figura importante es como si Don Francisco me hubiera metido un coñazo. No es lo mismo el brazo de Will Smith... sentí lo mismo. Yo sentí una vaina como: marico, ¿qué pasó? Íbamos a tener dos hijos, gaviota 1 y gaviota 2″.

Incluso se refirió directamente a los chilenos. “A mí no me insultan que me digan veneco. Somos unos venecos, ¿cuál es el pedo? Los medios chilenos han agarrado esa imagen y han hecho lo que me han dado la gana. Agarraste con un comediante para hacer trizas un país entero. Nos metiste a todos en un mismo saco y dijiste ‘este es el culpable de todos nuestros males’. La gente del sur es muy depresiva, nosotros siempre con un merengue, porque nosotros la tristeza la pasamos de manera diferente”.
“No se les entiende cuando hablan”. Y también comentó: “Es muy raro que los caribeños vayamos a terapia para superar nuestros problemas. En el sur la gente es distinta”. Eso sí, después matizó algo sus dichos, como tratando de no parecer tan duro: “El pueblo chileno no tiene culpa de lo que pasó y lo que se montó durante mucho tiempo”. También dijo que entendí el resquemor de algunos chilenos por los venezolanos que han ido a país “a portarse mal”.
Sus dardos finales apuntaron a Viña: “La organización del Festival siente que la cagaron”, remató. “Yo no me estoy victimizando. Yo no estoy sangrando por la herida. No vamos a seguir hablando toda la vida de un Festival que ya casi nadie ve”. Un chiste -sin remate- del que nadie se rio ni se reirá.
Consultados por Culto, desde la producción de Viña 2025 no quisieron emitir declaraciones ni le quisieron responder al humorista. Sólo declaran sentirse “sorprendidos” y “sin palabras” ante su tono, ya que -según remarcan- siempre tuvieron una buena relación y de buen trato, incluso cuando ya se había desatado su naufragio.
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