Debate sobre “ESI y sexualización infantil” en la legislatura de Córdoba, con la presencia de padres y especialistas
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Debate sobre “ESI y sexualización infantil” en la legislatura de Córdoba, con la presencia de padres y especialistas

“Hoy la ESI es el marketing de la disforia de género”, denunciaron los disertantes y exigieron que la escuela respete el derecho de las familias, que hoy se pretende desconocer. También fueron recibidos por el ministro de Educación de la provincia
“Sabemos el costo emocional y social que implica hablar de esto, sin embargo quiero decirles a los padres que no tengan miedo de pronunciarse, de defender a sus hijos en la escuela, en la justicia, porque si no lo hacen ustedes quién lo hará”, dijo Graciela Spinelli, referente de la red “Padres Unidos contra la ideología de género y la sexualización infantil en la escuela” al dar inicio al conversatorio en la Legislatura de la ciudad de Córdoba, al que asistieron integrantes del interior de la provincia y también de la Ciudad de Buenos Aires, de Santa Fe y de Mendoza. Entre el público se encontraban varios legisladores provinciales.
Padres Unidos es una red de familias autoconvocadas en reacción al cariz que ha tomado la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas, materia que se ha convertido en vehículo de una ideología contraria a la biología y a la realidad, con contenidos inundados de transgenerismo e inapropiados para las edades de los niños a los que van dirigidos. “La ESI es el marketing de la disforia de género”, advirtió Graciela Spinelli, apuntando a que el transgenerismo es un tema casi hegemónico en los contenidos de esta materia.
“Los padres somos los primeros educadores y quienes debemos velar por la integridad de nuestros hijos, no podemos permitir que el Estado nos arrebate ese derecho recortando la patria potestad”, agregó Spinelli, aludiendo al modo en que ciertas leyes avanzan sobre los derechos de las familias.
“Hay un camello en el baño y nadie lo ve”, siguió, citando a Nicolás Ponsiglione, también presente en el panel, en referencia a cómo la ideología de género ha inficionado la escuela sin que la ciudadanía en general se haya siquiera enterado. “Es hora de dejar de mirar para otro lado. Se los decimos a los políticos, maestros, legisladores, defensores de menores, jueces”, señaló.

En consecuencia, animó a la ciudadanía y a los legisladores cordobeses a ser el faro del país como tantas veces lo ha sido Córdoba, a estar realmente a la vanguardia, siguiendo el ejemplo de otros países que han revisado y modificado sus políticas públicas en cuanto a la ESI y las leyes de “reasignación de género”, a la vista del impacto negativo en la población joven a la que se lleva a la confusión identitaria y se la impulsa a la hormonización y a cirugías irreversibles.
Finalmente, agradeció a la Legislatura de Córdoba por “el cálido recibimiento y a todos los anfitriones y organizadores” del conversatorio sobre “ESI y sexualización infantil.”
A continuación, la psicóloga Malena Oliva detalló las diferentes etapas de la evolución de la psiquis de niños y adolescentes, sus capacidades madurativas, las influencias externas y el enorme poder de las redes en el contagio social y la identidad. Y la importancia de que los adultos referentes no acepten estas identificaciones como definitivas y absolutas y acompañen con amor y límites asegurando la protección y evitando decisiones irreversibles en menores de edad.

El modo en que se tratan estos temas en “el contexto áulico”, al introducir “conceptos que a los chicos no les interesan, les causan vergüenza, algunos se paralizan y esto sucede porque no están preparados para recibir esa información”, dijo.
También hizo especial énfasis en la importancia del nombre propio como el primer regalo que los padres hacen a un hijo y el valor simbólico y de pertenencia que tiene, subrayando el daño que genera la tan liviana frase de la Ley de Identidad de Género actual que establece que “el nombre será cambiado en los registros al sólo requerimiento del menor”, con el daño iatrogénico que esto puede causar, al afirmar en el entorno social y educativo una identidad de fantasía que luego, en la enorme mayoría de los casos, tiene tasas de desistimiento y arrepentimiento del 82% pero genera que los adolescentes prefieran cambiar de escuela antes que manifestar a todo su entorno y colegio que estuvieron confundidos y que quieren volver a su nombre de nacimiento.

La doctora Lucrecia Alvarado coincidió con esto cuando señaló que constituye abuso el “interrumpir o alterar el normal proceso de construcción de sexualidad en los niños” y someterlos a relatos e imágenes inadecuados o cuando, como sucede en algunas actividades supuestamente lúdicas que se proponen en el marco de la ESI, “se los obliga a interactuar entre ellos”. “Esto se llama en derecho penal delito de peligro y así lo vamos a plantear de ahora en adelante cada vez que recibamos una denuncia de padres o tutores”. Alvarado acentuó la advertencia al decir: “Si hasta ahora no hay ministros, directivos o docentes procesados” es porque “la justicia estaba totalmente direccionada”, y por no tener los padres “un equipo que los respaldara como existe ahora”. Y concluyó: “Para eso conformamos el equipo que acompaña a Padres Unidos”.
Tanto Alvarado como su colega, la abogada Florencia Monetti, detallaron en sus exposiciones el recorrido que ha hecho nuestro país con leyes de los años 2003, 2006, 2012, etcétera, que junto a la reforma del Código Civil y Comercial de la Nación en el año 2015, fueron abriendo puertas con graves consecuencias para nuestros niños y adolescentes.

Señalaron que tratados internacionales que forman parte de nuestra Constitución y por lo tanto tienen jerarquía y carácter vinculante por encima de cualquier ley nacional y provincial, establecen una y otra vez que los padres y la familia tienen absoluta prioridad en el cuidado, la crianza y la educación de sus niños y adolescentes. Sin embargo, las leyes recientes, imbuidas de ideología de género, pretenden desconocer el derecho de los padres, a la vez que habilitan que escuelas y hospitales con sus protocolos e ideario institucional -que se encuentran en el estrato más bajo del ordenamiento jurídico y no son vinculantes- sustituyan las palabras “representantes legales” y “padres” por “referentes afectivos” o “adulto responsable”, lo que se traduce en que muchos menores acudan a centros de salud, luego de una clase de ESI que les plantó la duda sobre su identidad y romantizó el mundo del transgenerismo, acompañados de un “referente afectivo” que puede ser cualquier conocido mayor de 18 años a solicitar se confirme su autodiagnóstico y se le receten bloqueadores de la pubertad.
Las abogadas citaron casos que han tenido la oportunidad de patrocinar, presentando escritos y cartas documentos para pedir a las escuelas que se detalle el contenido de la ESI, no se contabilicen las faltas cuando los padres deciden que sus hijos no asistan a las clases o talleres de dicha “materia” y, en el peor de los casos, que la escuela no modifique el nombre del niño o adolescente en los registros; es decir, que no se los afirme en su confusión de género con una actitud afirmativa, porque se está transitando un proceso de psicoanálisis que requiere prudencia y reflexión. En este contexto, el cambio de nombre -lo que se llama transición social- en el ámbito y en los registros escolares sólo traería mayor confusión. Se presentó una vez más la carta “NO AUTORIZO”, que las familias pueden presentar en las escuelas y se sugirieron otras herramientas y pasos a seguir para recuperar el derecho que nunca debió verse disminuido, el de los padres y familias a elegir como y cuándo hablar de la sexualidad conforme a la etapa madurativa de sus hijos y de acuerdo a sus principios y valores.

Florencia Monetti recordó que el rol del Estado debe ser subsidiario en estos temas. “No debe sustituir a las familias sino por el contrario reconocerlas y ayudarlas a cumplir sus responsabilidades”.
También se refirió a un concepto instalado por los promotores de la actual ESI: el adultocentrismo, y leyó la definición de los textos oficiales: “Es una categoría de análisis que da cuenta de una relación asimétrica basada en el criterio de edad. Así, las personas adultas ocupan un lugar de mayor jerarquía y esto genera prácticas y discursos que desconocen o niegan la condición de sujetos de derecho de las niñeces (sic) y adolescencias”.
Aunque cueste creerlo, esta doctrina cuestiona cosas tan de sentido común como que la relación adulto-niño (padres-hijos) es asimétrica. Algo de absoluta lógica, salvo para los promotores de la actual ESI.
Monetti leyó otro párrafo de los documentos oficiales: “La concepción adultocéntrica utiliza una práctica tutelar: ‘Ya vas a entender cuando seas grande’; ‘porque te lo digo yo’; ‘a tu edad no se puede opinar’, son los dichos de la vida cotidiana que expresan este posicionamiento”.
Sobre este párrafo la abogada dijo: “Fíjense cómo muy sutilmente ponen a los hijos contra los padres”, y contó que madres y padres que se acercan a Padres Unidos y a Prodeci (Asociación para la Promoción de los Derechos Civiles) nos dicen que sus hijos ya usan ese vocabulario, evidentemente inducido.
Es obvio, dijo Monetti, que un niño es sujeto de derecho, pero también de tutela y cuidado. “Poner esto en duda y señalar al adulto como un patriarca opresor” es tratar de dividir a las familias.
Finalmente, el autor del libro Deconstruyendo la ESI, Nicolás Ponsiglione, señaló que, como la ESI es un contenido “transversal”, puede “y debe” ser incluido en todas las materias y, debido a que “debemos ser inclusivos” los niños “deben saber” lo que es ser trans, travesti, etc. desde la más tierna infancia; así se terminan presentando temáticas para las que la psiquis de los niños no se encuentra preparada y se disminuye el pudor y las barreras naturales de inhibición que protegen a los niños de manera automática. Poniglione definió a la ESI como el caballo de Troya de la ideología de género y aseguró que el concepto de género, “en su aspecto más profundo, es la negación radical de la biología humana”. “No existen el varón y la mujer. El sexo se asigna al nacer. No es así, el sexo se reconoce. Para esta ideología, el ser humano es una esencia asexuada, que puede ser lo que quiere ser dentro de un abanico de posibilidades”.

REUNIÓN EN EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Además, el 26 de marzo, en el Ministerio de Educación de Córdoba se llevó a cabo la primera reunión del equipo Padres Unidos Córdoba con el titular de la cartera provincial, Horacio Ferreyra, y otros funcionarios del área de Educación, Diversidad y Acompañamiento Institucional.
Los padres manifestaron su preocupación por la creciente sexualización de los niños por medio de la ESI “transversal”, en cuya aplicación con frecuencia ni siquiera se respeta lo que dice la ley, tiene nula o bajísima supervisión de los directivos de las escuelas, además de que no se informa de sus contenidos a las familias.
Luego describieron lo que Padres Unidos considera como las cuatro consecuencias más graves de su implementación. En primer lugar, se instala la duda sobre su identidad y orientación desde un lugar de autoridad (por medio de test, juegos, etc.); segundo, se bajan las barreras naturales del pudor que protege a los niños; al estar todo el tiempo hablando y dibujando del tema, se reduce la inhibición; en tercer lugar, se corre a los padres a un costado, y se instala el concepto solapado de que la Escuela es buena y la familia, mala, no escucha, no entiende. Cuarta consecuencia grave: la disforia de género es afirmada por el cambio del nombre en los registros sin posibilidad de que los padres se nieguen. Cuando un niño o adolescente se cambia el nombre en lo social y en los registros, va camino a los bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y cirugías de extirpación de órganos sanos.

Se llega al absurdo de que una familia tenga que ir con abogados y psicólogos a pedir en la escuela que no cambien el nombre en los registros a su hijo o hija mientras hace terapia prudente y de exploración. En los casos de disforia adolescente, se ignoran cuadros y situaciones preexistentes (duelos, depresión, autismo, abusos, simple disconformidad de la edad con el cuerpo, etc).
También se informó a los funcionarios sobre el cambio de rumbo en políticas de género y educación de países como Holanda, Suecia, Finlandia, Reino Unido y la mayoría de los estados de Estados Unidos, debido a las consecuencias nefastas en su población joven de las políticas que se vienen aplicando desde hace más de dos décadas respecto a la disforia de género en menores. Se les invitó a leer el Informe Final de la pediatra británica Hilary Cass de abril de 2024 en el que se detalla y afirma que en esta materia se ha estado experimentando con niños, con consecuencias de dudoso o nulo beneficio real y con tasas de suicidio joven altísimas. En consecuencia, se les pidió que, en nombre de la inclusión, no se romantizara el mundo trans como una alternativa inocua y sencilla ante la disconformidad con el propio cuerpo, sino que se informe en edades acordes y con información científica y reciente.
Acompañó al equipo de Padres Unidos una integrante de la Agrupación Manada (Madres de Adolescentes y Niñas Argentinas con Disforia de Género Acelerada o de Inicio Rápido) quien relató ante los funcionarios que su hija estaba transitando un proceso de depresión y angustia causado por la disforia pero también por situaciones preexistentes y que estaba siendo objeto de una terapia psicológica de exploración y que por ello había solicitado por carta a la escuela que no modificaran su nombre en los registros y que respetaran los tiempos y procesos de la familia. La respuesta de la escuela fue negativa ya que la institución había preguntado a la Secretaría de Educación Sexual Integral de la Provincia y se le había respondido que iban a respetar el pedido de la menor porque la ley 26.743 de identidad de género así lo indica.

Los funcionarios señalaron que era el primer caso que recibían pidiendo no modificar el nombre en los registros, y que ellos debían obedecer la ley o podían tener problemas. Los padres recordaron que los conceptos tan frecuentemente mencionados como el interés superior del niño y la autonomía progresiva fueron pensados para protegerlos de situaciones de violencia intrafamiliar y para que se los escuche en los procesos de divorcios controvertidos, entre otros.
Las funcionarias presentes se comprometieron a estar más atentas a este tipo de pedidos y mencionaron que, si vienen acompañados de un diagnóstico o pedido de un profesional de la salud, pueden “hacer una excepción” y contemplar la posibilidad de respetar el pedido de la familia y no cambiar el nombre en los registros.
Para el equipo de Padres Unidos, el objetivo máximo es la modificación de las nefastas leyes de ESI y de Identidad de género; en especial, el pedido de la no transversalidad porque esto dificulta el control y deja abiertos a la libre interpretación e ideología de cada docente los contenidos, videos, imágenes, cuentos, etc. que utiliza y comparte con los niños. También la enorme dificultad que significa para las miles de familias afectadas por la epidemia de disforia de género que la escuela contradiga el sentir y la prudencia solicitada por los padres.
El ministro Ferreyra se comprometió a mantener más reuniones con el equipo de Padres Unidos y a trabajar en conjunto.
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