Mundial de Clubes en duda: Protocolos meteorológicos de USA tienen de cabeza a la FIFA
Mundial de Clubes en duda: Protocolos meteorológicos de USA tienen de cabeza a la FIFA

El clima se ha convertido en el máximo enemigo del fútbol en los Estados Unidos. El duelo entre Benfica y Chelsea no tiene para cuándo reanudarse.
Por más debate que exista respecto a la realización del Mundial de Clubes, el entusiasmo que genera en los hinchas esta primera edición del torneo se enfrenta cara a cara con un enemigo que se aleja del fútbol y provoca un dolor de cabeza a la FIFA.
Por más increíble que parezca, ni las barras bravas de los cuadros sudamericanos complicaron tanto al ente rector del fútbol mundial como sí lo ha hecho el clima en Estados Unidos, pese a ser verano. Pero más que ello, hay una orden federal tiene de cabeza al organismo.
El particular “enemigo” de FIFA en el Mundial de Clubes
En lo que va de la cita planetaria, seis han sido los encuentros que debieron interrumpirse por amenazas de tormentas eléctricas, y que obligaron a reanudar las acciones hasta dos horas después de la paralización. Por ejemplo, al humilde Auckland City le ocurrió en sus últimos dos juegos en el torneo.
Pero quizás la situación más insólita se vivió en el duelo entre Chelsea y Benfica por octavos de final del Mundial de Clubes, donde se debió paralizar el lance cuando apenas restaban cinco minutos, más los descuentos, para el pitazo final. No se puede creer.
Pero por más reclamos que haya en jugadores e hinchas, en Estados Unidos existe una instancia más grande que la mismísima FIFA, y ese es el Protocolo de Seguridad Meteorológica, que rige para todas las actividades deportivas que se hagan al aire libre.
¿De qué se trata esta formalidad?
Ante el primer indicio de riesgo de tormenta eléctrica, el árbitro tiene la orden de frenar el cotejo, a partir de allí empieza a funcionar el Protocolo de Seguridad Meteorológica. En esa instancia, jugadores, personal del estadio y espectadores deben dirigirse a áreas seguras techadas.
Cabe señalar que la alerta se activa cuando se detecta actividad eléctrica (rayos o truenos) en un radio aproximado de 13 kilómetros (8 millas) alrededor del recinto deportivo. Si tras la activación de la regla no hay novedades, comienza a regir el “reloj de 30 minutos” para permitir la reanudación del juego.
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