Drogas, muertos en la casa y matrimonios fallidos: las revelaciones de las memorias de Lisa Marie Presley

Drogas, muertos en la casa y matrimonios fallidos: las revelaciones de las memorias de Lisa Marie Presley

“¿Dónde vive?”, preguntó Elvis Presley, el Rey del rock and roll, apenas su hija Lisa Marie, le contó sobre una persona que había pronunciado una ofensa sobre su regia persona. Una blasfemia inaceptable. Alguien se había atrevido a hablar mal de él, delante de su hija. Y eso no lo podía tolerar.

Lisa Marie, se había hecho amiga de una chica de la ciudad de su misma edad. Una noche se fue a quedar a su casa. A la mañana siguiente, cuando se estaba yendo, una vecina la reconoció. “Empezó a insultarme y a decir cosas de mi padre, como ‘se cree el rey de todo’. Yo nunca había oído a nadie hablar tan mal de él, y aquello me afectó”.

Decidido, Elvis se vistió con uno de sus impecables conjuntos, montó en el auto junto a Lisa, y fueron hasta la casa de la mujer. “Los vi hablar unos minutos, y al final, ella le pidió que le firmara un disco y se hicieron una foto juntos y sonriendo. Era ese tipo de padres”.

Elvis y Priscilla Presley junto a su única hija, Lisa Marie.

Aquella es una de las historias que alcanzó a rememorar Lisa Marie Presley, antes de su muerte en enero de 2023, a los 54 años, por una obstrucción intestinal, derivada de las complicaciones de una cirugía bariática. Está incluida en el libro de memorias Desde aquí a lo desconocido (Plaza & Janés), en que repasa su acontecida vida bajo la mirada pública.

En rigor, Lisa Marie tenía la intención de publicar sus memorias. Intentó escribir durante años, pero no lograba dar con el tono para contar su propia historia. Ahí entró en escena su hija Riley Keough. Tomó las cintas de audio que Lisa grabó para el proyecto, relatando horas de anécdotas y recuerdos, y con estas decidió completarlo. En realidad, es un libro a dos voces, en que madre e hija alternan historias, e incluso a veces se complementan una a otra.

El primer tercio del texto es Lisa recordando los años residiendo en Graceland, la afamada mansión de Elvis. Eran los años dorados. Aunque Elvis languidecía en Las Vegas, para ella era su máximo ídolo. Y a su vez, lo retrata como a un padre devoto. “Me quería mucho y sentía verdadera devoción por mí; estaba conmigo al mil por cien, todo lo que podía, a pesar de la cantidad de gente que le rodeaba”, cuenta en un pasaje.

Asimismo, Lisa Marie recordó muchos detalles de esos años en Graceland. Sus alocados paseos por el jardín en un carrito de golf que le compraron;los desayunos de pollo frito y papas fritas preparadas por las cuatro cocineras de la casa; las noches mientras lo acompañaba a ver televisión; el arma que el Rey llevaba siempre consigo.

Lisa también rememora a su madre, Priscilla, y desde las primeras líneas traza el recuerdo de una sensación de rechazo. Más cuando supo que ella consideró la posibilidad de un aborto. “Creo en la energía dentro del útero, así que quizá ya sentí entonces su deseo de deshacerse de mi. Al final, se ve que decidió tenerme pero, en aquella época, no poseía mucho instinto maternal”.

También se detiene en un momento clave de su niñez, la muerte de su padre el 16 de agosto de 1977, cuando ella tenía 9 años. “Habían sido muchas las ocaciones en las que lo había encontrado en el suelo o incapaz de manejar su propio cuerpo. Eran los barbitúricos”, apunta.

Lisa Marie Presley y su hija Riley Keough

Recuerda que aquella noche se despertó, se encontró con Joe Espósito, uno de los amigos cercanos del Rey, quien le dijo “tu padre está enfermo”. Minutos más tarde, ella misma lo vio tirado en su cuarto de baño. Después, presenció el momento en que se llevaron su cuerpo. “Bajaron la camila por las escaleras y pasaron justo por mi lado. No le vi la cara, pero vi su cabeza, vi su cuerpo, vi su pijama, y vi sus calcetines asomando por abajo”.

Aquel fue un momento que la marcó. “La vida que yo conocía había terminado definitivamente (...) Ha habido noches, ya de adulta, en las que simplemente me emborrachaba y escuchaba su música y me quedaba ahí sentada, llorando”.

Desde allí, Lisa Marie entró en un vórtice de inestabilidad emocional y violencia. Cuenta que durante tres años sufrió abusos por parte del novio de su madre, Michael Edwards, quien interpretó al amante de Joan Crawford en Mommie Dearest.

Luego, a los 14 años, casi repitiendo la historia de su propia madre con Elvis, tuvo una relación con un joven de 23 años quien vendió fotografías comprometedoras de ella. El shock emocional fue tal, que Lisa Marie tomó de una sentada 20 pastillas de valium en un intento de acabar con su vida. No sería la última vez que recurriría a las drogas.

Un legendario matrimonio

El quinto capítulo del libro está dedicado a la historia que unió a Lisa Marie con Michael Jackson. Una trama de amistad que terminó ante el altar, en uno de los matrimonios más bullados del espectáculo

Según Lisa Marie, se habían visto alguna vez de niños y durante años, Jacko la intentó contactar. Finalmente, cuenta que conversaron por primera vez en 1993, tras su legendaria presentación en el Super Bowl. Desde entonces conectaron, intercambiaron teléfonos y se hicieron cercanos. “Me pareció que se sentía solo y necesitaba una amiga -apunta Lisa Marie-. Pero lo que pretendía era conquistarme”.

De alguna forma compartían dolores similares. Habían crecido alrededor de la fama, con el acoso de los medios y la exposición. “Todo en nuestras vidas había sido increíblemente anormal. No había ninguna razón por la que no deberíamos haber conectado”.

Lisa Marie Presley y Michael Jackson. Foto: Reuters / Stringer.

En ese momento Lisa Marie estsba casada con Danny Keough, con quien tenía dos hijos: Riley y su hermano menor, Ben. Pero la pareja estaba en crisis. Fue entonces que Michael la invitó a Las Vegas, y allí, sin más le declaró sus sentimientos y además le pididó matrimonio.

“Me confesó que todavía era virgen -apunta Lisa Marie-. Cuando comenzaron a pasar cosas a nivel físico me quedé desconcertada . Creía que querría esperar a hacerlo cuando estuviéramos casados, pero me dijo:’No tengo intención de esperar’”.

Michael Jackson y Lisa Marie Presley se casaron en República Domincana, con solo dos testigos. Ella no le contó de la boda a nadie de su círculo, ni siquiera a su madre, Priscilla, quien solo se enteró cuando vio a helicópteros de los medios sobrevolando su casa. Ahí llamó a Lisa y le preguntó: “Dicen que te has casado con Michael Jackson”. Ella le respondió: “Sí, eso acabo de hacer”.

Como matrimonio, eran una pareja que buscaban llevar la vida más normal que podian a pesar de la fama y el intenso acoso de los medios. La hija de Lisa, Riley, recuerda algo de aquellos días en parte del libro. “En casa eran un matrimonio normal. Nos llevaban juntos a la escuela por la mañana, como una familia normal, aunque a veces Michael llevaba consigo a un chimpancé. Antes de que preguntes, no era Bubbles”.

Respecto a las denuncias de abusos de menores que comenzaron a golpear a Jackson hacia mediados de la década de los 90′, Lisa recuerda que siempre lo defendió. “Nunca presencié nada parecido a esa maldita cosa. Yo misma le habría matado de haberlo visto”.

Michael Jackson y Lisa Marie Presley

Pero al cabo de un año, el matrimonio comenzó a flaquear. Según Riley, un factor clave fue el hecho de que Lisa no quiso tener hijos con Michael Jackson. “Ella no se sintió nunca muy segura al respecto”, afirma.

El otro factor que pesó, fue cuando Michael comenzó a consumir medicamentos y drogas varias. Una práctica que años después lo llevaría a la muerte.

En el tramo final del libro, Lisa Marie aborda con franqueza sus duros años finales. Intentó una carrera musical que nunca despegó, se volvió a casar y hacia los 40 años se volvió adicta a los medicamentos. De hecho, se cuenta que en un momento llegaba a tomar hasta 80 pastillas al día. Una locura.

También vivió una dolorosa perdida, con el suicidio de su hijo Ben, hermano de Riley. Un momento del que se explaya en el texto. De hecho, mantuvo durante dos meses el cuerpo de su retoño en hielo seco en una habitación con temperatura controlada en su casa en California. Como si intentara consolarse no solo de esa pérdida, sino de todas las que tuvo en su vida. “Mi música no tuvo mucho éxito, no terminé la escuela secundaria, no soy hermosa, no soy lo suficientemente buena -dice en una línea-. Pero soy una gran madre”.

El libro Desde aquí a lo desconocido ya está disponible en librerías.

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LaTercera.com

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