Edo Caroe triunfa en Viña con sólida rutina y se ríe de George Harris, Sebastián Piñera, la paternidad y el auto-tune
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Edo Caroe triunfa en Viña con sólida rutina y se ríe de George Harris, Sebastián Piñera, la paternidad y el auto-tune
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El reloj marcaba las 23.55 cuando apareció en el escenario Edo Caroe, acaso el número de humor más esperado de Viña 2025. El “rey del chiste negro” pisaba por segunda vez el escenario de la Quinta Vergara tras su exitosa presentación del 2016. Ya en la previa, cuando era nombrado por los animadores, o salía en pantalla, el Monstruo lo aplaudía a rabiar, preludio de una sinfonía que se asomaba grandiosa para el temuquense.
En 2016 tuvo la oportunidad de presentarse en Viña, cuando fue galardonado con las gaviotas de Plata y Oro. Ahora, 8 años después, volvió con 38 primaveras, más maduro, con proyectos que lo han consolidado como el exitoso podcast Tomás Va a Morir, que se lanzó en 2019, y ha logrado ir aumentando su convocatoria. Además, en 2024 fue el único comediante en llenar tres Movistar Arena de forma consecutiva, sumado a los dos que hizo en 2023. Por eso, este momento de su carrera era el preciso para su retorno.
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Con traje negro en un modo rockero, Caroe se paró con aplomo en el escenario de la Quinta. Sin nervios, presentó una rutina, ágil, que mantuvo siempre al Monstruo enganchado, y con remate. Sí, el viejo y querido re-ma-te.
Llevaba unos pocos segundos y lanzó el primer chiste: “Qué bueno que se pudo hacer esta fecha”, y partió trolleando al apagón de luz de este martes e incluso a la fallida rutina de George Harris (″La luz llegó antes que los remates de George Harris”). Y en su estilo filoso, molestó a Mega con su política de hacer remakes (”voy a hacer un remake de mi rutina del 2016″), a los “actores de antes”. En 2 minutos, Caroe ya tenía al Monstruo riendo. Y siguió molestando a Harris diciendo “No me gusta decir que llené porque soy más piola....”, y después dijo: “Yo también llené un Arena, ah no, cinco”. Aplausos cerrados del Monstruo.
Hasta a Luis Miguel le llegaron unas tallas: “Hizo 10 Arena, pero al menos a mí me fue a ver mi mamá”. Siempre con su humor negro. Luego pasaron chistes de los vagabundos durante su viaje a España, hizo el amago de irse -como Harris-, la precariedad (”¿alguna vez tuvieron que ponerle agua al shampoo, pero al sachet?”), el clasismo. Seguía sacando risas. Hasta se dio el gusto de explicar cómo funciona un chiste, según él, la clave está “en la mente de los espectadores”. Es tan bueno su manejo escénico que hasta en ese momento “pedagógico” la gente se reía. Es que Caroe tiene la gracia de hacer humor de lo que sea. Literal.
Claro, si pasaron chistes sobre el cambio de Constitución, la alternancia del poder entre izquierda y derecha, chistes sobre Sebastián Piñera (”va a venir Michelle Bachelet, y luego Piñera, que va a ser un robot a prueba de agua”), y un chiste de Maite Orsini. Incluso hasta hizo referencia a Marcela Cubillos en el principio.
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Luego, comenzó a contar chistes sobre la paternidad y el aborto (”eso a los cuicos no les gusta”) con su tradicional humor negro. Una buena mezcla que arrancaba risas del público. Siguió contando que su hija le cae bien. “Estuvo desde el inicio cuando no había nada. Fuimos creciendo juntos” y dijo que no quería tener más hijos. “Si tengo más hijos, el hueón va a estar en el privilegio mismo”.
También hizo chistes del edadismo, “a veces me siento un poco obsoleto, para mi hija y su generación completa. Soy hombre, heterosexual, como carne y me gustan los chistes de Don Carter. Obsoletísimo”. Más risas. Y siguió columpiando a Harris (”¿Se ve esto en Venezuela?, porque sino se va a enojar el otro hueón”). También hizo chistes de las patologías emocionales, los remedios siquiátricos caros, las emociones de los padres. “Una cosa que hacía mi viejo era acomodarse los cocos, cero pudor”. Hizo un chiste de una sesión sicológica, de su hija explorando su bisexualidad y a la que le regalaron un banderín de Huachipato. ”No quiero ser papá obsoleto...soy hombre heterosexual criado en los 90”.
Hasta hizo un chiste de un momento en que dudó de su sexualidad, siendo scout. “Una vez le di un beso a un compañero, en el pene..pero no de frente”... hasta lo recreó. “Hice esta misma rutina en España y tuve que hacer dos besos”. Aplausos del Monstruo. Y siguió con un chiste sobre ir al gimnasio: “tocó piernas...como los rugbistas uruguayos de los Andes -¿vieron La sociedad de la nieve?”. Y remató con “una práctica de comerse a los amigos, como en el Frente Amplio”. Más risas. El Caroe de humor negro siempre se las arreglaba para aparecer.
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Hasta pasaron chistes sobre cómo dormir “Después de los 30 van a dormir mal para siempre”, y hasta cómo dormir en pareja.
“No se puede dormir en pareja, hay parejas que prefieren dormir separados”. Chistes con los que la Quinta rio de buena gana. Muchos y muchas se identificaron con eso. Obvio también hizo chistes de la sexualidad en pareja, de los juegos de roles (”a mi esposa le calienta cuando hago de Boric...me dice ‘Mi Presidente’, ‘Mi Presidente’”, aunque en la misma metió a José Antonio Kast también), y molestó a Boric con su frase de “no tengo la cifra exacta”. Luego pasaron otros chistes sobre guaguas, las nuevas generaciones, un pololo de su hija (Martín) “muy inteligente...con el que compito”.
El “Monstruo” reconoció el trabajo de Caroe y lo premió con las Gaviotas de Plata y Oro. En el bis, se rio de la música urbana contando chistes malos con auto-tune (con Kidd Voodoo y el Monstruo estallando de la risa). Firma un exitoso retorno a Viña que tiene un gusto a consagración, sí, pero también a revancha personal. Más de alguna ocasión él mismo ha comentado que no disfrutó del todo su primera pasada por la Quinta. “El primer Viña no lo disfruté mucho, pero no me acuerdo tanto, estaba como en piloto automático. Era súper joven y creo que no estaba preparado artísticamente...Han habido cosas con las que me fui reencantando y por eso acepté ir de nuevo, porque me empecé a reencantar con lo que hacía”, dijo en la rueda previa. Y vaya que se reencantó.
El show de Edo Caroe marcó 39.9 puntos de rating promedio, con un peak de 41,9, y se convierte en el show más visto en lo que va de Festival.
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