El grave diagnóstico de la esposa de Assad: tendría leucemia y buscaría retornar de Moscú a Londres

El grave diagnóstico de la esposa de Assad: tendría leucemia y buscaría retornar de Moscú a Londres

Aún no pasa un mes desde que Damasco cayera en manos de los rebeldes y Bashar al-Assad tuviera que huir a Rusia, y continúan las malas noticias para el exdictador sirio y su familia. Medios británicos aseguran que su esposa, Asma al-Assad, que ya llevaba tiempo en Rusia, estaría hospitalizada grave por leucemia, y que habría un 50% de posibilidades de que sobreviva.

Ya días antes de la toma de Damasco, que tuvo lugar el 8 de diciembre, Asma al-Assad estaba con sus tres hijos esperando a Bashar al-Assad en Rusia. Ahí, medios estatales aseguraron que el gobierno les había concedido asilo por “razones humanitarias”.

Desde entonces la ex primera dama siria estaría siendo mantenida en aislamiento “para prevenir infecciones”. Más allá de su salud, los informes de diarios turcos, árabes, británicos y rusos dan cuenta de distintas versiones: mientras algunos dicen que Asma habría pedido el divorcio a Bashar al-Assad, otros niegan esto último.

Desde el periódico británico The Telegraph aseguran que en este momento Asma al-Assad estaría gravemente enferma de leucemia, enfrentando un pronóstico de supervivencia del 50%. En Moscú, indicó el mismo medio, la ex primera dama siria estaría bajo el cuidado de su padre, Fawaz Akhras, un reconocido cardiólogo londinense que se encuentra “desconsolado” por su hija”.

La enfermedad ya había sido diagnosticada en mayo, como “leucemia mieloide aguda”. Según indicó entonces Reuters, el comunicado del gobierno sirio decía que “Asma, de 48 años, se sometería a un protocolo de tratamiento especial que requeriría que se aislara, y que, como resultado, se alejaría de los compromisos públicos”.

Esta no es la primera vez que Asma al-Assad enfrenta problemas relativos al cáncer: ya en 2018 las autoridades sirias informaron que estaba recibiendo tratamiento por un cáncer de mama. En 2019, sin embargo, la misma primera dama siria pudo contar que se había recuperado gracias a la detección temprana de la enfermedad.

Según indicó el Financial Times, Asma al-Assad ya se encontraba en Moscú cuando Basha al-Assad decidió escapar de Siria, en medio de la ofensiva rebelde que ya se acercaba a Damasco. La ex primera dama llevaba semanas en la capital rusa recibiendo el tratamiento por su enfermedad. Tanto ella como su padre han sido sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Ahora, distintos medios turcos y árabes han señalado que Asma al-Assad habría solicitado el divorcio a su esposo, luego de expresar “insatisfacción con su vida en Moscú”. La intención de Asma, indican estos medios, sería volver a Londres, su ciudad de origen.

Estos rumores, que empezaron a circular el domingo, fueron desmentidos por el gobierno ruso. “No, no se corresponden con la realidad”, indicó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, en una conferencia de prensa donde también negó que su país hubiera congelado los bienes de los Al-Assad. De paso, también desmintió que la familia tuviera prohibido abandonar la capital, como había asegurado el diario turco Habertürk.

Quiera o no quiera volver a Londres, Asma al-Assad tendría difícil esa posibilidad, luego de que el ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, David Lammy, asegurara que no permitirían el ingreso de la ex primera dama siria: “He visto mencionado en los últimos días la posibilidad de que Asma al-Assad, alguien con ciudadanía británica, pueda intentar entrar en nuestro país, y quiero que se confirme que es un individuo sancionado y no es bienvenido aquí en Reino Unido”, aseguró el laborista. En la misma dirección, el primer ministro Keir Starmer aseguró que aún es demasiado pronto, pero Asma al-Assad podría ser despojada de su ciudadanía británica.

Nacida en Londres, Asma al-Assad estudió informática y literatura francesa. En el año 2000 se caso con Bashar al-Assad, dejando su vida en la capital británica para vivir en Damasco. En un primer momento, Asma proyectó una “imagen de modernidad”, que logró incluso que la revista Vogue la llamara “la rosa del desierto”, y “la más original, magnética y glamorosa de las primeras damas”.

Su reputación se deterioró gravemente durante la guerra civil siria, y desde marzo de 2012 que está sujeta a un “congelamiento de activos” por sanciones europeas. Después, en 2020, fue objeto de sanciones estadounidenses junto con su familia. El entonces secretario de Estado Mike Pompeo la apuntó como “una de las personas que más se beneficiaron de la guerra en Siria”.