El ocaso de Disney en los Oscar: la racha que explica el mal momento del estudio y el bueno del cine de animación

El ocaso de Disney en los Oscar: la racha que explica el mal momento del estudio y el bueno del cine de animación

La compañía afronta por primera vez un tercer año sin llevarse la estatuilla, mientras comienzan a aparecer nuevos cineastas y estudios con otra mirada 'Pinocho', 'El chico y la garza' o 'Flow' han sido las tres películas que han desbancado a Disney en los últimos Oscar

27 de marzo de 2022, Dolby Theatre de Los Angeles. Los productores de Walt Disney Studios suben al escenario para recoger el Oscar de Encanto a Mejor película de animación, el decimotercero de las 24 veces que se ha entregado el galardón desde su creación en 2001. Nadie hubiera imaginado que, tres años después de la victoria de Encanto, Disney no solo no habría ganado ninguna de las tres ediciones siguientes, sino que además estaría bastante lejos de conseguirlo, ilustrando un anunciado fracaso mientras el estudio se encuentra sumido en una crisis creativa que ningún premio podría sofocar.

Aquel mismo año en que Encanto ganó ya se evidenciaba que el estudio estaba perdiendo fuelle, al tiempo que estaban surgiendo nuevas voces dentro del cine de animación. Sonaba con fuerza Los Mitchell contra las máquinas o Flee, la película danesa que optaba también al Oscar a Mejor documental y película internacional. Curiosamente, esta vez la candidata de Disney, Del revés 2, sí ha caído ante otra película europea y que también pugnaba por el Oscar Internacional, Flow. Una película sobre un gato realizada con un programa de animación público y que ha acabado conquistando al público un espíritu pasional y humanista que hasta hace no tanto caracterizaba a la Casa de las Ideas. Pero, ¿en qué momento el gato se comió al ratón?

Es difícil establecer un punto concreto para el declive del estudio, ya que ha sido un proceso progresivo sin grandes baches visibles, pero quizá precisamente los Oscar sean un buen guía para detectar en qué momento se empezó a tambalear todo. Hay que recordar que, desde la adquisición de Pixar por parte de Disney en 2006, el estudio siempre ha contado con muchas posibilidades de rascar un premio que se creó precisamente por no poder dar a El rey león y otras películas de la época el reconocimiento que merecían. La ironía quiso que el primer premio de esta nueva candidatura se lo llevase Shrek, una película que se burlaba de Disney y sus clichés, aunque el tiempo también ha hecho que esta sea puesta en entredicho con su próxima entrega. Sea como fuere, lo cierto es que la animación ha ido evolucionando mientras Disney prefería quedarse en su sitio. Y mantener a Pixar sentada con él a base de explotar secuelas.

Imagen de 'Encanto', la última película de Disney en lograr el Oscar. © 2021 Disney. All Rights Reserved.

Una oportunidad para el resto

Se dice que la última gran película de Disney Pixar ha sido Coco, y es lícito pensarlo porque ha sido de las pocas capaces de aunar el consenso crítico y el de público. Una película con una premisa original, con un tono no demasiado infantil ni tampoco demasiado adulto para el tema que trataba y sobre todo que aprovechaba al máximo su animación para construir un imaginario visual completamente nuevo. Las películas que han ido después, o bien han pecado de demasiado infantiles y complacientes -Onward, Red- cuando no de demasiado adultas y de nicho -Soul-, o bien han sido nuevas entregas de sagas ya asentadas, como Toy Story 4 o Del revés 2. Esta última ha ido tan bien en taquilla que en gran medida ha minimizado el golpe, pero no oculta la crisis creativa que vive el estudio desde hace tiempo.

Pero dicen que de las crisis surgen grandes oportunidades, y lo que ha sucedido en este caso es que nuevos estudios y equipos de animación han ido surgiendo o desarrollándose más mientras Disney se estancaba. La competencia ha favorecido una mayor variedad y riqueza de estilos de animación, como prueban las tres últimas ganadoras de la estatuilla: el stop motion de las figuritas de Pinocho de Guillermo del Toro, el anime del consagrado Studio Ghibli con El chico y la garza o la animación en 3D con un software abierto como el Blender de Flow. Todas ellas historias marcadas por un gran sentido del ritmo, con personajes oscuros y temas complejos plasmados en imágenes que pueden cautivar tanto a niños como a mayores.

No hay que olvidar que hasta hace no tanto el circuito de animación era mucho más cerrado de lo que es ahora, y eran solo unos pocos los estudios que se podían permitir centrar sus esfuerzos en películas de este tipo, especialmente si pretendían estrenarse en cines y no ir solo orientadas a un público infantil. Hay varios casos de animadores de Disney que siguieron su carrera por otro lado, como los que se llevó Jeffrey Katzenberg a DreamWorks Animation, o los que fundaron Pixar y más tarde terminaron de nuevo unidos a la Casa del Ratón. Sea como fuere, el ocaso del estudio ha abierto la puerta a que nuevos animadores se atrevan a disputarle el trono, y quizá la propia Disney deba buscar en algunos de ellos lo que no tiene en sus oficinas. Lo cual lleva a la siguiente pregunta, ¿hay esperanza en volver a ver una etapa dorada?

Imagen de 'Elio', la próxima película de Disney Pixar

Un futuro en discusión

Pues la respuesta a corto plazo está depositada en gran medida en una película, Elio. Mientras que en el horizonte se atisban las nuevas entregas de Toy Story o Zootroópolis, este título es el único que promete una historia completamente nueva y original. Descrita como una aventura de ciencia ficción sobre un niño de imaginación desbordante que es abducido por alienígenas y considerado por estos como representante de la Tierra, la película llega dirigida por la responsable de Red Domee Shi y la debutante en el largometraje Madeline Sharafian (Madriguera), quizá la savia nueva que necesita el estudio.

Hasta que se estrene Elio apenas faltan unos meses, pues llegará a cines en junio, pero de momento entre los proyectos anunciados no hay ningún otro que sugiera que Disney pueda llegar a tener una fuerte candidata para los Oscar. La compañía más grande de animación vive sus días más oscuros, pero el cine de animación por el contrario vive una etapa esplendorosa y fértil, así que solo cabe pensar que es cuestión de tiempo que pueda encontrar la solución para seguir contribuyendo al arte que tanto ha cultivado durante años y que ahora crece lejos de su jardín.

Fuente

Infobae.com

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