El Talmud y el presente: acuchillaron al hijo, ¿por qué el padre se preocupa por cuidar el cuchillo?

El Talmud y el presente: acuchillaron al hijo, ¿por qué el padre se preocupa por cuidar el cuchillo?

El milenario libro de leyes judío presenta un relato que, finalmente, es una advertencia contra el fanatismo religioso. “Es el único software que viene con su antivirus”, dice el autor

El Talmud y el presente: dos sacerdotes corren
Una historia del Talmud.

El Talmud -el libro que recoge leyes y tradiciones judías- describe una escena que ocurrió durante un ritual religioso dentro de un Templo judío. Vamos a contarlo y explicarlo a continuación.

[...] en cierta ocasión sucedió que dos kohanim [sacerdotes] estaban igualados mientras corrían por la rampa y cuando uno de ellos estaba entrando primero a cuatro codos [dos metros] del altar, el otro tomó un cuchillo y se lo clavó en el corazón.

Rabi Zadok se paró en el medio del atrio y dijo:

“Hermanos de la casa de Israel, escuchen: si uno encuentra un cadáver en la tierra… los ancianos y los jueces deberán acercarse. ¿Quién debe ofrecer entonces la Eglá Arufa [ritual que debe realizarse cuando se encuentra una persona asesinada cuyo perpetrador es desconocido]? ¿Deben hacerlo en nombre de los hombres de la ciudad o en nombre de las cortes del Templo?”

Toda la gente comenzó a llorar.

El Talmud
Los libros del Talmud nos siguen hablando.

El padre de aquel joven vino y lo encontró mientras todavía estaba convulsionando. Y dijo: “él debe ser expiación para ustedes. Mi hijo todavía está convulsionando y el cuchillo todavía no se ha impurificado”.

Esto viene a enseñarnos que la pureza de sus utensilios era más importante para ellos que el derramamiento de sangre.

Les propongo ahora una serie de preguntas sobre este relato para que pensemos juntos. ¿Por qué los dos sacerdotes son los protagonistas de esta historia? ¿Por qué el Talmud menciona el detalle de los “cuatro codos” de distancia al altar? ¿Por qué tenía un cuchillo uno de los sacerdotes? ¿Para qué lo utilizaba comúnmente? ¿Qué es lo que hubiésemos esperado que el sabio Rabi Zadok dijera? ¿Por qué llora la gente? ¿Cómo explican la actitud del padre de la víctima? ¿Qué significa “él debe ser expiación para ustedes”? ¿Encuentran ironía y sarcasmo en la historia? ¿Qué creen que esta historia viene a enseñarnos? ¿Por qué los sabios del Talmud, que insisten en la importancia del cumplimiento de las Mitzvot (mandatos religiosos), nos traen está historia?

Una de las principales tareas que tenían los sacerdotes cada mañana era limpiar las cenizas y las sobras del altar, donde durante la noche anterior ardía el remanente de los sacrificios que habían sido entregados durante el día. Al parecer esta era una responsabilidad que traía mucho prestigio. Según el Talmud, el primero de los sacerdotes que lograba subir la rampa y llegaba primero al altar era el responsable de la limpieza aquella mañana. Entonces, ese sacerdote era el privilegiado por poder cumplir con ese mandamiento. Un día, dos sacerdotes compenetrados en cumplir esta gran tarea se encuentran corriendo a la par por la rampa de acceso al altar. Justo cuando uno de ellos estaba a cuatro codos del altar (2 metros de distancia) uno de los dos sacerdotes le clava un cuchillo en el corazón a su “oponente”; lo hiere gravemente pero sin todavía matarlo.

El Talmud y el presente: el sacerdote caído
Herido. El sacerdote tras la cuchillada.

Es importante resaltar la mención a la medida de cuatro codos porque esta es la medida de la ley judía por excelencia. Muchas veces se utiliza para resolver cuestiones legales. Por ejemplo, está prohibido cargar un objeto más de cuatro codos en sábado, que es un día en el que está prohibido realizar esfuerzo físico.

Volviendo al relato, vemos como el fanatismo del cumplimiento de un precepto llevó a un sacerdote a cometer un asesinato. Luego de que éste apuñalara a su rival, un sabio comienza a gritar y a preguntar quién se debe hacer responsable del cuerpo. De acuerdo con la legislación bíblica, en casos donde se desconoce el asesino o el motivo de la muerte, quien esté más cerca del cuerpo es quien tiene la responsabilidad de ocuparse del entierro y debe hacerse cargo de aquella muerte. Este precepto es conocido como la Egla Arufá.

Luego, toda la gente se pone a llorar. Lo que no sabemos es por qué. Quizás las personas presentes se angustiaron por el hecho de resultar responsables de la complicada gestión del ritual y del entierro; o quizas su llanto se debió a su perplejidad, por ver como un sabio se preocupa por estas cuestiones legales, y no por socorrer al herido (ya que según el texto talmúdico, la víctima no había muerto todavía).

  La Torá. Un rollo de la Biblia.
La Torá. Un rollo de la Biblia.

El segundo en aparecer en escena es el padre de aquel sacerdote herido. Sin embargo, tampoco él se preocupa por el bienestar de su hijo sino que se ocupa de otra cuestión legal: la pureza del cuchillo. Es interesante remarcar que el Kohen que hiere a su compañero lo hace con el cuchillo que diariamente se utiliza para sacrificar los animales. Según la legislación bíblica un muerto impurifica todo lo que entra en contacto con él, por lo cual el padre pide que saquen el cuchillo del cuerpo de su hijo porque éste no había muerto todavía. Al hacerlo, se impedía que se impurifique aquel instrumento “sagrado” que luego debía seguir utilizándose para otros sacrificios y debía mantenerse en estado “puro”.

El Talmud termina la historia con esta frase:

“Esto viene a enseñarnos que la pureza de sus utensilios era más importante para ellos que el derramamiento de sangre.”

Parecería dejarnos una enseñanza: en un determinado momento de la historia los líderes espirituales del pueblo judío, al igual que el padre de la víctima de este relato, estaban más preocupados por la cuestión de la pureza de los utensilios que por la vida de las personas y su bienestar.

Aquí el Talmud se refiere a un principio fundamental de la tradición rabínica conocido como el “Derej Hamelej”: literalmente significa el “Camino del rey”. Los sabios utilizan está expresión, sin embargo, para hablar del punto medio, de la mesura y de una vida en equilibrio. En momentos donde el fundamentalismo religioso crece en el mundo presento aquí una famosa historia del Talmud en la que se ataca al fanatismo en la observancia de los (propios) mandamientos.

Es genial: el propio Talmud, la gran fuente legal del Pueblo judío, advierte sobre las consecuencias del cumplimiento extremista de sus propios preceptos religiosos.

El Talmud es el único software que viene con su propio antivirus incorporado (por las dudas…).

Maravilloso.

* Esta columna es producto de una sesión de estudio talmúdico con el Rab. Uriel Romano, Senior Rabbi, Temple Kol Ami Emanu-El, Plantation, Florida, Estados Unidos. El Talmud es un libro principal en la religión judía. Recoge las discusiones rabínicas sobre leyes y tradiciones.

* Este fragmento del Talmud es parte del libro “La discusión es salud: los misterios del Talmud”, Ignacio Mazzocco (Ed. Pilpel).

Fuente

Infobae.com

Infobae.com

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