El vino puede ser bueno para el corazón, según un nuevo estudio, pero los expertos no están convencidos
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El vino puede ser bueno para el corazón, según un nuevo estudio, pero los expertos no están convencidos
En las últimas décadas, la idea de que tomar una copa de vino al día puede aportar beneficios en la salud se ha instalado con fuerza en la sociedad, pero también ha despertado una intensa discusión en la comunidad médica.
Una nueva investigación que fue publicada el 18 de diciembre en la revista European Heart Journal acaba de sumarse a ese debate y sugiere que beber vino moderadamente ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares hasta en un 50% en personas que siguen la dieta mediterránea, que prioriza el consumo de vegetales, granos integrales, pescado y aceite de oliva.
“Hemos encontrado un efecto protector del vino mucho mayor que el observado en otros estudios. Una reducción del riesgo del 50% es mucho mayor que la que se puede lograr con algunos medicamentos, como las estatinas”, describió en un comunicado Ramon Estruch, investigador en la Universidad de Barcelona y el Hospital Clínic de Barcelona.
La relación entre el consumo de vino y el riesgo cardiovascular
El estudio de los investigadores españoles fue parte de una investigación más amplia que busca analizar los efectos de la dieta mediterránea en individuos con más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Para explorar el efecto del consumo de vino, el equipo incluyó a 1.232 personas. Cuando recién inició el estudio los participantes no tenían enfermedades cardiovasculares, aunque sí presentaban diabetes tipo 2 o factores de riesgo como tabaquismo, colesterol alto, presión arterial alta, sobrepeso o en su historial familiar habían personas con enfermedades al corazón.
Los participantes tuvieron que completar cuestionarios donde informaban sus comidas y bebidas habituales, además de proporcionar muestras de orina con el fin de que los investigadores midieran el ácido tartárico. Se trata de una sustancia química de las uvas y en los productos que se derivan de ella, como el vino, y que se excreta en la orina. Las muestras fueron proporcionadas al inicio del estudio y un año después.
En un periodo de seguimiento que duró cuatro a cinco años, 685 personas desarrollaron alguna enfermedad cardiovascular.
En el grupo de individuos que tenía un riesgo elevado de padecer problemas al corazón y seguían una dieta mediterránea, se encontró que el riesgo bajaba en un 50% en los bebedores de vino leves a moderados, es decir, que consumían medio a un vaso de vino por día.
En las personas que consumían entre un vaso por semana y menos de medio vaso por día, el riesgo cardiovascular se redujo en un 38%.
Sin embargo, el efecto protector del vino desapareció en el grupo de personas que tomaba más de un vaso por día.
“Este estudio analiza la importancia del consumo moderado de vino dentro de un patrón alimentario saludable, como es la dieta mediterránea. Hasta ahora, creíamos que el 20% de los efectos de la dieta mediterránea podían atribuirse al consumo moderado de vino; sin embargo, a la luz de estos resultados, el efecto puede ser incluso mayor”, enfatizó Estruch.
El investigador agregó que debido a que su estudio incluyó a “personas mayores con alto riesgo de enfermedad cardiovascular que vivían en un país mediterráneo”, sus resultados podrían no son aplicables a otros grupos. “También es importante señalar que el consumo moderado en el caso de las mujeres debe ser siempre la mitad que en el de los hombres y debe consumirse con las comidas”, dijo.
Qué dicen los expertos
El consumo de vino y su posible contribución en la salud ha sido un tema ampliamente investigado en los últimos años.
Sin embargo, hasta ahora los datos son contradictorios: mientras algunas investigaciones señalan que es beneficioso para la salud del corazón o el estrés, otras aseguran que beber incluso en dosis bajas aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras afecciones.
De hecho, tras la publicación del estudio en European Heart Journal, algunos expertos que no participaron en la investigación cuestionaron los hallazgos.
“Si bien el estudio sugiere que el consumo bajo a moderado de vino puede reducir el riesgo de ECV (enfermedad cardiovascular), no está del todo claro abrir una botella de vino tinto”, explicó a CNN Tracy Parker, dietista de British Heart Foundation.
Según Parker, se ha documentado ampliamente que el consumo de alcohol, incluido el vino, es dañino para el corazón. “Beber demasiado alcohol aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y circulatorias, como hipertensión y demencia vascular, así como problemas hepáticos y ciertos tipos de cáncer”.
Mientras que Paul Leeson, profesor de medicina cardiovascular en la Universidad de Oxford, dijo al medio estadounidense que los resultados únicamente muestran “una asociación, no una causalidad” y que es posible que los participantes de la investigación hayan realizado otras acciones para reducir su riesgo cardiovascular.
“El estudio se realizó en personas que también llevaban una dieta saludable para el corazón. ¿Quizás los beneficios para la salud de una copa de vino solo se ven cuando se bebe junto con un plato de comida mediterránea?”, mencionó Leeson.
Una dieta equilibrada, hacer actividad física con regularidad, no fumar y tener un peso saludable, son mejores estrategias para la salud cardíaca que beber, dijo el académico.
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