Equidad de género en el liderazgo: avances, desafíos y el rol de las empresas

Equidad de género en el liderazgo: avances, desafíos y el rol de las empresas

La presencia de mujeres en altos cargos ejecutivos y directorios ha crecido un 11% entre 2021 y 2024 en empresas que operan en Chile, según la sexta edición del Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile. Aunque es un avance, sigue siendo insuficiente para cerrar la brecha de género en el mundo corporativo.

En este Día Internacional de la Mujer, vale la pena hacernos una pregunta: ¿qué sigue frenando la equidad en los espacios de liderazgo y qué más podemos hacer para cambiar esta realidad?

Sabemos que la diversidad en la alta dirección aporta valor, mejora la toma de decisiones y potencia la rentabilidad de las empresas. Sin embargo, el progreso ha sido desigual y, en muchos casos, más lento de lo que nos gustaría. El ranking IMAD (Índice de Mujeres en Alta Dirección) 2024 lo confirma: la presencia femenina en cargos de liderazgo ha crecido a paso lento. Por ejemplo, en la línea ejecutiva principal de las empresas incluidas en este ranking, la participación de mujeres avanzó hasta un 22% en 2022, subió al 23% en 2023 y cerró 2024 sin cambios significativos. Este estancamiento preocupa, porque justamente esa línea ejecutiva es clave para la toma de decisiones estratégicas.

Es momento de analizar qué sigue impidiendo que más mujeres accedan a posiciones de liderazgo y, sobre todo, cómo podemos seguir impulsando el cambio. Una de las iniciativas recientes para abordar esta brecha es el proyecto de ley Más Mujeres en Directorios, que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados y actualmente se debate en el Senado. La propuesta busca establecer que el sexo con mayor representación en los directorios no supere el 60%, promoviendo así un equilibrio más equitativo.

Sin embargo, las cuotas de género siguen generando opiniones divididas. Según el estudio Sácate la Duda: Hablemos de Dinero, realizado por Avon y Gentedemente en seis países de la región, incluido Chile, el 56% de los chilenos encuestados cree que las empresas no deberían contratar por cupos de género, sino solo basado en el talento. Pero la experiencia internacional nos muestra otro panorama: países como Noruega, que implementaron cuotas en directorios hace más de una década, han logrado aumentar significativamente la presencia femenina en la alta dirección. Sin medidas concretas, la paridad podría tardar décadas en alcanzarse.

Este mismo estudio entrega datos interesantes sobre cómo percibimos la equidad de género en el trabajo. Mientras que un 46% de los encuestados en la región cree que a los hombres les resulta más fácil acceder a puestos directivos, en Chile esa cifra sube al 61%. Y aunque el avance de las mujeres en el ámbito laboral es innegable, todavía persisten ciertas barreras y percepciones que nos hacen preguntarnos si realmente estamos avanzando al ritmo que necesitamos.

Afortunadamente, cada vez más empresas están asumiendo compromisos concretos para impulsar la equidad de género. En Avon, como parte de Natura & Co., nos sumamos a la meta global del grupo de alcanzar un 50% de mujeres en posiciones de liderazgo senior. Sabemos que el desafío no se resuelve de un día para otro, pero también sabemos que estas acciones marcan la diferencia y ayudan a que la equidad deje de ser un objetivo a futuro y se convierta en una realidad dentro de las organizaciones.

Este compromiso refleja una tendencia que está creciendo en el mundo corporativo: entender que la equidad de género no es solo un acto de justicia, sino también una estrategia inteligente. Las empresas que han avanzado en esta materia han implementado programas de mentoría femenina, políticas de transparencia salarial y modelos de trabajo flexible. Estas iniciativas han demostrado ser efectivas para derribar algunas de las barreras que aún enfrentamos.

El camino hacia una mayor equidad en el liderazgo es un desafío de muchos frentes, pero no podemos quedarnos solo en el reconocimiento del problema. Como empresas, tenemos la responsabilidad de actuar. Impulsar cuotas de género, fomentar redes de mentoría y garantizar condiciones laborales justas son pasos concretos que pueden marcar la diferencia.

La equidad en el liderazgo no es solo un anhelo. Es una meta posible. Y si trabajamos juntos, podemos alcanzarla.

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