Exdefensa de Cobresal revive polémico cobro que puso fin a sequía de títulos de la U: “Salas me reconoció que no fue penal”

Exdefensa de Cobresal revive polémico cobro que puso fin a sequía de títulos de la U: “Salas me reconoció que no fue penal”

Juan Rivera no se mueve un milímetro de la convicción que le asiste desde el 18 de diciembre de 1994. Ese día fue protagonista (o antagonista, si se quiere) de una situación histórica para el fútbol chileno. En esa jornada, en un estadio El Cobre que estaba repleto de hinchas de Universidad de Chile que se habían desplazado desde todo el país para ser testigos de una hazaña. Los azules rompieron una maldición: después de 25 años, volvían a levantar una copa como monarcas del Campeonato Nacional. La última la había conseguido el Ballet Azul, en 1969.

El entonces central Rivera fue quien disputó un largo balón aéreo con Marcelo Salas, ya dentro del área. Hasta ese momento, el festejo laico estaba en veremos. Adolfo Ovalle había puesto en ventaja a los mineros, en los 51′, un resultado que le entregaba la corona a Universidad Católica, con la que los laicos habían protagonizado una de las definiciones más encarnizadas que se recuerden en el balompié nacional. El desenlace, a estas alturas, es conocido por todos: el juez Salvador Imperatore no dudó en sancionar el contacto como infracción. Patricio Mardones ejecutó el lanzamiento con fuerza, al centro del pórtico que defendía Johnny Pérez. Fue el inicio de la locura.

Juan Rivera revive el polémico cobro que puso fin a la sequía de títulos de la U por 25 años

¿Fue penal?”, le consulta El Deportivo a Rivera. La respuesta es categórica. “Por supuesto que no. Fuimos los dos viendo el balón. Veníamos prácticamente en diagonal. Pasó el balón y Marcelo magnifica la jugada”, sostiene el actuar formador de talentos en el municipio de Concepción.

¿Hubo contacto?

Poquísimo. No era para que cayera como cayó. Hasta hoy la gente que ve el fútbol y sabe, dice que no fue penal. O todo lo contrario, también. Yo estoy seguro de que no fue. Por la altura del balón, porque íbamos los dos hacia el arco corriendo. Ahí se produce el roce, pero no es para que cayera y menos cómo cayó. Por eso lo cobraron.

¿Lo hablaron alguna vez con Salas?

Nos hemos encontrado y lo hemos conversado como cuatro veces. Hay una buena relación entre ambos. Entre nosotros, me dice que no fue penal. Me lo ha reconocido. No sé si públicamente lo habrá hecho, pero me lo ha dicho.

Con VAR, como existe ahora, ¿se habría sancionado ese penal?

Con VAR hubiesen revertido el cobro, porque no era penal por ningún lado. No tengo ninguna duda de eso.

¿Qué les dijo Imperatore cuando fueron a pedirle explicaciones?

Bien poco, la verdad. La memoria traiciona un poco, también. Ese día, había tanta gente de la U, prácticamente todo el estadio. Entonces, después del gol, entró la gente a la cancha, botaron rejas, todo el cuento. Uno entendía la alegría, por lo que significaba. Aparte, por la cantidad de kilómetros que habían viajado para estar ahí. Eran 25 años, un momento histórico para ellos. Fue impresionante por ese lado, el del sentimiento de la hinchada. Y raro, porque nosotros estábamos del otro lado.

¿No tuvieron margen para discutirle?

Nos fuimos encima, obviamente, pero en el momento no pudimos hacer que cambiara el cobro. En ese momento no dijo nada. Mantuvo silencio. Yo, en realidad, tuve poco contacto con él. Pero ya no recuerdo mucho. Ha pasado harto tiempo. Lo que sí es verdad es que le reclamamos, pero es evidente que no conseguimos nada.

¿Pesó mucho la presión en la forma en que se decidió ese partido? En el ambiente estaba instalado que la U tenía que ser campeón.

Nosotros, como el equipo andaba bien y era difícil jugar en la altura, le dimos batalla. No les temíamos, ni mucho menos. Nuestra propuesta fue limpia. Competitiva. Nosotros nos jugamos todo lo que teníamos. No sentimos tampoco que a la U la estaban favoreciendo. Nosotros veníamos bien, teníamos jugadores importantes, como el Negro (Sergio) Salgado. Queríamos ganarles con nuestras armas. Lamentablemente, no nos alcanzaron.

Juan Rivera, junto a Claudio Borghi.

¿Qué siente cuando lo llaman 30 años después se le sigue recordando por esa jugada?

Estoy tranquilo. Tengo la conciencia tranquila. Si lo digo es porque creo que fue así, que no fue penal. Lo vengo diciendo desde ese momento. Igual, es un hito inolvidable ver el estadio El Cobre lleno de tanta gente. Nos sentimos enormes, también. Nunca habíamos tenido el estadio lleno. Quedó en nuestro ADN todo eso. El marco, la gente.. Fue un gran día dentro de todo. Una manera de quedar en la historia, aunque fuera desde el otro lado..

Luego de dejar de jugar, se transformó en formador.

Estoy trabajando con la municipalidad de Concepción, en talleres deportivos, desde que salí de Huachipato. La gente que asumió al club trajo a su gente. En algún momento se va a dar el retorno a la competencia. Ahora motivo a los chicos a que vayan a probarse a los clubes de la región. A que se jueguen la posibilidad de realizar sus sueños.

En Cobresal pudo compartir con Iván Zamorano, ¿se han vuelto a comunicar?

Siempre. Uno lo conoció chiquitito. Nació ahí, con nosotros. Hay una rica amistad. Con todos los que salieron de ese equipo pasa lo mismo., Con Ronald (Fuentes), con Salgado. Siempre estamos en contacto, conversando. Con Iván, harto, también. La verdad, hay mucho cariño entre nosotros.

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LaTercera.com

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