“Extensa, solitaria y de ensueño”: la joya oculta en la costa bonaerense que fue el escondite veraniego de Diego Maradona y su familia
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“Extensa, solitaria y de ensueño”: la joya oculta en la costa bonaerense que fue el escondite veraniego de Diego Maradona y su familia
En uno de sus viajes, el Diez fue sorprendido por un cronista de Canal 9. En el video se lo ve junto a sus hijas jugando en la arena. Cómo se llega hasta este balneario, rodeado de bosques y médanos
Ni Punta del Este, ni Mar del Plata, ni Pinamar. La playa elegida por Diego Maradona en la década del ‘90 para veranear lejos de los flashes y el asedio mediático, y pasar unos días de desconexión y tranquilidad junto a su familia, está ubicada a 580 kilómetros de CABA y son muy pocos los que la conocen.
Sus inesperadas visitas ayudaron a popularizar a este rincón de la costa bonaerense, que aún se conserva como una joya oculta del Atlántico y mantiene intacto el encanto que enamoró al exfutbolista.
Hoy, este lugar sigue siendo un destino ideal para quienes buscan disfrutar del mar en su estado más puro, caminar por extensas playas vírgenes y conectarse con un entorno agreste, tal como lo hizo el “10” en los veranos de 1992 y 1994.
“A mí me gusta Mar del Plata, me gusta Pinamar, que tienen mucho más vida y era lo que venía haciendo. Ahora quiero salir y darle más importancia a la familia”, aseguraba Diego en una entrevista que le concedió a Enrique Moltoni, periodista de Canal 9, mientras veraneaba con su mujer, Claudia Villafañe y sus dos hijas, Dalma Nerea y Gianinna Dinorah.
“Vengo a reencontrarme conmigo mismo, con la familia y que a mis nenas no le falte un minuto de su padre. Quiero volver a vivir y eso es parte de la base de este lugar. Mi corazón me decía que tenía que estar acá. A mí me invitan a Punta del Este y sé que es lindo. Pero yo quiero conocer las cosas lindas de mi país”, aseguraba Diego mientras jugaba al fútbol tenis con sus amigos en el Balneario Marisol, en el partido bonaerense de General Dorrego, también conocido como Balneario Oriente.
“Nos mostró el lugar, nos gustó y no lo pensamos. Dijimos ‘vamos en febrero a Oriente’ y lo hicimos”, admitió Claudia durante el mismo reportaje que mostraba la intimidad de la familia Maradona.
A más de 30 años de ese video, Marisol sigue siendo tan desconocido como por aquel entonces y conserva intacta la impronta que enamoró al exfutbolista. Lejos de promocionarse en guías turísticas, la gente que llega hasta aquí lo hace por el “boca en boca” y mucho de eso se relaciona con el trabajo que hacen Juan Pablo Mantecón y Noelia Marcone, un matrimonio que recorre pueblos bonaerenses y registra sus vivencias en las redes sociales.
“Si buscás un destino donde el mar, el río, el bosque y las dunas se encuentren en perfecta armonía, Marisol es tu lugar”, remarcaron desde su cuenta de IG @puebleando.arg junto a una galería de fotos que muestra todo su esplendor en esta época del año.
Oriundos del partido de San Miguel, ya recorrieron más de 270 pueblos en los últimos 10 años y se muestran ansiosos por seguir descubriendo aquellos lugares que carecen de difusión oficial y muy pocas veces se encuentran en la mira de los influencers.
Ubicado en el partido de Coronel Dorrego, el balneario Marisol tiene extensión de 50 kilómetros de costa protegida por médanos y bosques de álamos y tamariscos. Para llegar hasta allí hay que tomar el trayecto que comienza por la Ruta Nacional 3, que lleva a la localidad de Oriente, desde donde un camino de ripio de 25 kilómetros conduce directamente hasta su entrada. El recorrido atraviesa paisajes rurales y médanos, anticipando la belleza de un varadero paraíso con arenas claras y un oleaje suave.
Con una extensión de apenas 16 calles de largo por cuatro de ancho, Marisol cuenta con un camping y una oferta limitada de cabañas para alquiler temporario, ideales para quienes buscan disfrutar de la tranquilidad.
Las actividades en el balneario incluyen caminatas por la playa, cabalgatas y travesías por los médanos, pero su mayor atractivo es la pesca deportiva, gracias a su cercanía con el Río Quequén Salado, que desemboca en el mar a pocos kilómetros del pueblo. También hay espacios recreativos, como canchas de fútbol y vóley, que complementan la experiencia para los visitantes.
Un pueblo escondido
El cartel decía “Marisol”, pero siempre lo pasaban de largo. “Era una cuestión de costumbre, de comodidad. Solíamos veranear en Reta desde 2021 y cada vez que tomábamos la ruta siempre estaba ahí llamándonos la atención”, admitió Juan sobre la primera vez que decidió desviarse del camino y manejar unos 20 minutos por el ripio para conocer una de las joyas ocultas de la costa bonaerense.
“El camino emerge escondido entre el campo y el bosque, y su acceso no es el típico de una playa turística”, describió Juan. “Primero pasás por campos de cultivo y después, de golpe, entrás a un bosque. Un túnel de árboles frondosos que te envuelve. Es como un mini Cariló en el medio de la nada”, fue la impresión que les causó Marisol.
Cuando recorrieron el balneario entendieron por qué Maradona lo consideraba su lugar de veraneo favorito. “Tiene apenas 250 habitantes, se vive como en pausa, como si el pueblo no terminara de despertar del invierno”, relató Noelia al observar las casas bajas, el almacén de ramos generales, la delegación municipal y más adelante, el escenario más bello. “Son cincuenta kilómetros de playa virgen. Nada de edificios, nada de ruidos. Solo el mar”, enfatizaron.
“Los vecinos nos contaron que Maradona tenía su casa ahí, en una zona de médanos, pero que solo se llega en 4x4”, contó Noelia. Ellos no pudieron verla, pero sí pasaron por el antiguo edificio que supo ser el boliche donde el Diego bailaba en sus noches de verano.
“Hoy es una fábrica de alfajores. Nos dijeron que Dalma vino el año pasado a filmar algo para la serie La Hija de Dios”, recordó Juan. Mientras que Noelia hizo hincapié en que en la almacén de ramos generales, su dueño, de 75 años, aún guarda botines que le regaló Maradona y los exhibe como un trofeo.
Al caminar por Marisol, el matrimonio se encontró con dos sectores principales: una playa donde el río Quequén desemboca en el mar y otra, más alejada, accesible solo en vehículos 4x4. “Nosotros nos quedamos en la primera”, dijo Noelia, donde “la arena, fina y compacta, es distinta a otras playas de la costa atlántica”. Lo que no encontraron fueron paradores o balnearios comerciales. “En teoría hay uno pero justo estaba cerrado. Es todo naturaleza. Si querés algo más preparado, como en Pinamar, acá no lo vas a encontrar”, ejemplificaron.
Aunque Juan y Noelia considera a Marisol como “un destino rústico, tranquilo, casi secreto”, advierten que “no es un lugar de paso”, ya que tenés que informarte con precisión para poder llegar. “Si buscás fiesta y bares, andá a otro lado. Pero si querés playa, mar y poca gente, es perfecto”, señalaron.
Si hay algo que los marcó, fue la sensación de haber descubierto algo que pocos conocen. “Nosotros siempre íbamos a Reta y nunca nos imaginamos que a solo unos kilómetros había un lugar así”, enfatizó Noelia. Su marido, en tanto, lo resumió en una frase: “Es el secreto mejor guardado de la costa bonaerense”.
Y aunque no saben si cambiarán Reta por Marisol en el próximo verano; definitivamente, hay algo que tienen en claro: volverán.
Los veranos de Maradona en Marisol
El astro del fútbol mundial, Diego Armando Maradona, visitó por primera vez la zona en 1983, cuando fue a un campo cercano para practicar caza. A partir de la década del ’90, luego de su performance en el fútbol italiano, comenzó a frecuentar Marisol como destino de vacaciones. En 1992 y 1994, Diego pasó un mes completo en el balneario junto a su mujer e hijas.
En ese momento, el balneario era aún más rústico y alejado de lo que es hoy. Los vecinos, que solían encontrarlo cuando caminaba solo por sus calles, sabían que no debían molestarlo. Se conformaban con verlo disfrutando de asados con amigos, entrenando en la playa o jugando al paddle en las canchas del pueblo.
Uno de los momentos más recordados de la presencia de Maradona en Marisol ocurrió el 23 de febrero de 1992, cuando organizó un partido benéfico en la cancha del club Quequén, ubicado en la vecina localidad de Oriente. El evento tuvo como objetivo recaudar fondos para la Unidad Sanitaria de Oriente.
En esa ocasión, Diego formó un equipo con amigos y jugadores locales, enfrentando a un combinado de empleados de una radio de Coronel Dorrego. El encuentro quedó grabado en la memoria de los vecinos como un hito en la historia de la comunidad.
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