HABLEMOS DE LA TELE. Entre damas y “rostros”
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HABLEMOS DE LA TELE. Entre damas y “rostros”
Antiguas personalidades de la televisión chilena y la aparición de nuevas figuras, muchas de dudoso calibre ético.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 14/1/2025. No cabe duda alguna de que la televisión fue, es y será un reflejo de nuestra sociedad y como tal hay que considerarla en cada etapa histórico-política de nuestro país. Sus personajes más populares o famosos marcan tendencias y desatan odios y pasiones ahora a través de redes sociales y de la farándula más desatada.
Sin embargo, si mal no recordamos, los primeros “rostros” de la televisión chilena -en la década de los 60 del siglo pasado- fueron (entre otros) prestigiosas figuras como: Enrique Bravo Menadier, Alejandro Michel Talento, Mario Hugo Sepúlveda, Sergio Silva, “Pepe” Abad, Raúl Matas, Pepe Guixé y Mario Kreutzberger y -entre las damas- Mirella Latorre, Gina Zuanic, Marina de Navasal, Rose Marie Graepp, Gloria Jiménez y Gabriela Velasco.
Aparte, vale la pena recordar a los periodistas Hernán Olguín, José y Mario Gómez López, Eugenio Lira Massi, Julio Lanzarotti, Erika Vexler, José Miguel Varas, Leonardo Cáceres, Manuel Mendoza, Luis Hernández Parker, José Navasal, Pedro y Santiago Pavlovic. Así como también a Diana Arón (detenida desaparecida), Cecilia Olmos y Lucía Sepúlveda.
Tras el cruento golpe de Estado y las exoneraciones en todos los canales asumieron la posca con otros y hasta siniestros bríos los nombres de César Antonio Santis, Julio Pérez, Bernardo de la Maza, Antonio Vodanovic, María Teresa Serrano, Cecilia Serrano, María Eugenia Oyarzun, Paulina Nin de Cardona, Raquel Argandoña, Mónica Cerda, Patricia Guzmán, Mercedes Ducci, Carolina Infante, y Carolina Gutiérrez.
Entre los rostros más execrables ¿valdrá la pena recordar a Claudio Sánchez, Julio López Blanco, Ricardo Coya o Pablo Honorato?, autores de viles montajes de asesinatos por los agentes de seguridad de la dictadura, sin ninguna ética ni moral.
Al inicio de la larga transición a la democracia surgieron las figuras de Patricio Bañados, Taty Penna, Carolina Rossetti, Raquel Correa y Patricia Politzer. Más tarde aparecieron Mónica Pérez, Paulina Allende-Salazar, Monserrat Álvarez, Karen Doggenweiler; después Mónica Rincón, Bárbara Rebolledo, Soledad Onetto, Consuelo Saavedra y Constanza Santa María. También Fernando Paulsen, Matías del Río, Carlos Pinto, Emilio Sutherland, Ricarte Soto y Fernando Villegas.
Además, lograron cierta ecuanimidad las colegas Carolina Urrejola, Patricia Venegas, Mónica Sanhueza, Maritxu Sangroniz, Carla Zunino y Catalina Edwards, junto al indeleble compromiso ético y profesional de Mónica González, Alejandra Matus, Mirna Schindler, Alejandra Valle y Beatriz Sánchez.
La prensa “especializada” creó el término “rostros” para las figuras populares de la televisión, independiente de sus habilidades, capacidades y sobre todo destacando su empatía y popularidad. Felipe Camiroaga llevó a convertirse en un verdadero mito y hoy es literalmente venerado como unas “animita”.
En tanto, el ex periodista y animador Rafael Araneda se prepara para animar la próxima versión del Festival Internacional de la Canción, pese a que enfrenta serias críticas por su indiferencia y falta de empatía ante casos de abusos sexuales y maltratos de parte de la producción del programa “Rojo” denunciados por la cantante Mon Laferte (entonces sólo Monserrat Bustamante).
Entre “rostros” anda el juego, más allá de las tribulaciones financieras, los sueldos millonarios de algunos, las ganancias del retail, las productoras nacionales y extranjeras -como por ejemplo- la industria turca de teleseries y las empresas auspiciadoras de realitys show de dudosa calidad y concursos altamente cuestionables en su ecuanimidad y transparencia.
Párrafos aparte merecen, entre otras, las desperfiladas figuras de Patricia Maldonado, Francisca García Huidobro, Diana Bolocco, Adriana Barrientos, Daniela Campos, Pamela Díaz, Francisca Merino, Marlene Olivarí, Antonella Ríos, Amaya Forch, exactrices o exmodelos, hoy animadoras. Y entre los varones José Miguel Viñuela, Daniel Fuenzalida, Martín Cárcamo, Sergio Lagos. Jean Phillipe Cretton, Gonzalo Valenzuela, Cristian Riquelme, Lucho Jara, Julián Elfenbein, con distintos roles, objetivos y expectativas de popularidad en la pantalla.
Habiendo “rostros” que caracterizan cualquier espacio, ellos serán bienvenidos en la televisión chilena actual por el rating, sin considerar calidad ni menos profesionalismo.
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