José Luis García, el director que editó uno de los últimos shows de Luca Prodan: “Yo era como un ovni adentro del backstage”
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José Luis García, el director que editó uno de los últimos shows de Luca Prodan: “Yo era como un ovni adentro del backstage”
Poco menos de tres meses antes de su muerte, Luca Prodan, vocalista de la banda argentina Sumo, le pidió a su amigo Rodrigo Espina que comenzara a registrar en video los conciertos del grupo porque no creía que iba a llegar vivo a fin de año. Su pedido fue concedido y Espina comenzó a grabar algunos de los últimos espectáculos que daría el artista antes de su temprana muerte el 22 de diciembre de 1987, producto de una cirrosis hepática.
Si bien algunos de esos videos fueron utilizados más tarde por el mismo director para su documental Luca (2007), otros quedaron perdidos en el fondo de un cajón. Uno de ellos fue el que documentó el ayudante de Espina en ese entonces, José Luis García, en el Estadio Obras el 10 de octubre de 1987.
“Yo a Rodrigo lo conocí cuando trabajamos en una película, La Historia Oficial, a principios del año 84. Nos hicimos muy amigos”, expresa el cineasta argentino José Luis García para Culto. “Hacíamos cortos juntos y en uno de esos cortos él que quiso que Luca actúe. Yo hacía la fotografía y lo conocí. En esos meses fue cuando Luca se fue haciendo muy amigo de Rodrigo y lo convocó para que grabáramos los conciertos”.
El 24 de febrero de 2022, Rodrigo Espina murió, dejando atrás muchas grabaciones que nunca llegaron a ver la luz. “Le hinchábamos mucho las pelotas a él para decirle, ‘bueno, ¿cuándo?, ahora que hiciste Luca tenés que hacer esto también, hay un material buenísimo’, y decía, ‘sí, sí, lo tenemos que hacer, lo tenemos que hacer’ y de repente lo sorprendió la muerte”, relata García.
“Cuando muere Rodrigo, siento que tomé la posta de decir, ‘bueno, hagámoslo’”. El resultado fue Fuck you!, el último show, un documento editado de la presentación y el backstage de uno de los últimos recitales de Sumo en el mítico Estadio Obras.
Sumo y una cámara VHS
Ese día, José Luis García recuerda que Espina tenía el matrimonio de su hermano, por lo que no podía asistir al show. “Yo le digo, ‘bueno, voy yo solo’, y me dice, ‘sí, tomá la cámara, vos seguilo a Luca’. Y bueno, eso fue lo que hice toda esa noche”, recuerda García.
“Lo fui a buscar a la casa, él vivía en un cuarto medio derruido, en una casa en el centro histórico de Buenos Aires. La verdad Luca no era una persona que tenía dinero, para nada. Dormía en un colchón tirado en un cuarto”, expresa el director. Ese día, ambos llegaron en colectivo al recinto, donde García documentó cada momento, desde el concierto hasta el backstage, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de Espina.
“Yo tenía 22 años en ese momento, nunca había estado en un backstage, y mucho menos en un escenario de rock, y la verdad es que al único que conocía era Luca, el resto de los músicos de Sumo, creo que ni de nombre los conocía”, asegura. “Yo era como una especie de ovni adentro de ese backstage, con una camarita VHS que parecía una cámara de Playmobil”.
“Fue muy vertiginoso, recuerdo mucha adrenalina cuando subí al escenario y la sensación que permitía el VHS de dejar correr la cámara y grabar y grabar y grabar. Eso es lo que transmite la película, que es como una gran toma secuencia, donde tenés la sensación de que te estás metiendo dentro del show. Yo no era un fan de Sumo en ese momento, y me fui volviendo cada vez más fan cuando registramos ese concierto y otros que vinieron después”.
-¿Qué pensaron cuando Luca les dice que siente que no va a llegar a fin de año?
Mirá, la verdad es que fue una sensación de ‘bueno, es una manera de decir’. Yo creo que eso fue lo que nosotros percibimos. Esa cosa que es un poco en chiste, pero un poco en serio. Pero también había signos, yo recuerdo a Luca verlo en esos meses desayunar a las 11 de la mañana un vaso enorme de ginebra de mala calidad. Entonces, si uno leía esos signos, si uno veía la imagen de un tipo que un año antes tenía el cuerpo como de un toro, era un tipo muy robusto y ahora estaba muy consumido y se lo veía también a veces muy cansado aún arriba del escenario, eran signos que quizás uno negaba en ese momento, pero que evidentemente él percibiría y sentía de cerca.
-Cuando grabaste ese show en Obras, ¿tenías la sensación de que estabas grabando algo importante?
La verdad que no, o sea, me parecía que Sumo era una gran banda, sin duda, pero no pensá que ese concierto fue un concierto en un lugar para 5.000 personas y dieron un solo show para la presentación de su tercer disco. Hoy cualquier artista saca su primer disco y de repente llena una sala de 30.000, entonces había otra escala de cosas. Sumo fue creciendo mucho, sobre todo a partir de la muerte de Luca,
Para nosotros, ese show que grabé yo solo y el otro show más que grabamos con Rodrigo, era la oportunidad de ir a los shows, o sea, nosotros no pensábamos que estábamos haciendo una película, Rodrigo no pensaba eso. Era la oportunidad de subirse arriba del escenario y cuando no estaba uno haciendo cámara, el otro estaba haciendo pogo, y cuando el otro volvía transpirado haciendo pogo, agarraba la cámara y el que había hecho cámara bajaba el pogo.
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-¿En qué momento pensaste, no, esto no puede quedarse aquí sin ver la luz?
Bueno, tiene que ver mucho Santiago con esto. Yo en el 2015 vine como jurado al FIDOCS y me habían preguntado por este material porque sabían que existía y se pasó el material en bruto de la cámara. No sé si en el Cine Arte Alameda o en un cine importante. Y la verdad que sí, y fue una experiencia increíble, un cine lleno, repleto de gente.
Imagínate ver el bruto de cámara, o sea, directo. Yo digo, a ver, la gente lo percibe esto, se emociona fuertemente con esto. Entonces, ahí yo recibí la sensación de que esto era un material que podía salir así bien crudo. No está crudo, ahora está editado como una película, está reorganizado, o sea, no es el bruto de cámara, pero estaba eso latente para hacer realmente. Yo sentí que había que hablar con todos los músicos de nuevo, cosa que hice, y se acordó y ahí se alinearon los planetas haciendo algo que es absolutamente no comercial. Siempre se pasa en absolutamente todas las funciones de manera gratuita y no va a estar nunca en una plataforma comercial y cuando se viralice se va a hacer a través de plataformas que sean de acceso libre.
-Claro, todas las funciones han sido gratuitas y como tú me cuentas eso lo hablaste con los músicos, pero también ¿dirías que también fue en honor a Luca, como no lucrar con su memoria?
Absolutamente, absolutamente, porque, a ver, yo recuerdo, y esto lo digo también, nosotros nos fuimos a buscar a Luca a la casa donde vivía. Dormía en un colchón tirado en un cuarto en una casa medio derruida. Cobró los derechos de autor como compositor de sus discos por primera vez una semana antes de morir y es un tipo que sintiendo que se estaba muriendo convocó a que hiciera un registro audiovisual. O sea, me parece, a ver, no quiero exagerar, pero me parece como inmoral pretender lucrar con este material.
Además, es muy distinto de lo que es Luca. Luca es un documental que tiene mucho valor agregado porque tiene muchos viajes, viajaron por toda Europa reuniendo testimonios, o sea, es otra cosa.Esto es un material crudo de lo que fue el registro de esa noche. Entonces, la verdad es que hoy día, yo lo pude editar en el Final Cut en mi casa en unos días. No fue una película cara de hacer. Tuvimos la cooperación de gente amiga de sonido e imagen para el finish, para la postproducción, que tampoco fue tan complicada. Entonces, era la manera de hacerlo y se hizo de esa manera y la gente está muy agradecida de que pueda llegar de esta manera.
-¿Cómo abordaste el proceso de edición sin que el material pierda su esencia?
La película dura 82 minutos y la verdad es que yo creo que habría media hora más, 40 minutos más quizá de ese día, pero que eran cosas que eran de alguna manera repetitivas de lo que era el backstage o temas musicales que quizá no llegaban a tener la entidad como para estar como toma única. La verdad que el criterio fueron importantes estas proyecciones, tanto la que hicimos acá en Santiago en el 2015 como una que se hizo en el Museo Histórico Nacional en Buenos Aires en el 2022. Fueron las dos únicas proyecciones que había tenido este material. Rodrigo fallece dos semanas antes de esta presentación. Nosotros estábamos hablando de cómo organizar la presentación, estábamos hablando mucho de Get Back, del documental de Los Beatles que había acabado de salir, fascinados los dos con ese documental, y Rodrigo muere de un ACV dos semanas antes.
Se hicieron las funciones de todas maneras y en homenaje a él. Asistieron sus hijos, y cuando yo volví a ver este material así, sentí que había como un crescendo dramático, de “bueno, están por salir, van a salir, van a salir”. Cuando sale en escena es el clímax, y después, el hecho de estar viendo un registro de un concierto hecho con una sola cámara, cae la tensión, cae la curva dramática como espectador. Entonces la verdad es que ahí sentí que había que guionar de alguna manera la edición y reorganizar la edición en lo que era el show, backstage, show, backstage, show, backstage, y que coincidiera el clímax de los dos al final de la película.
-¿Cómo era Luca? ¿Era igual que como se mostraba frente a la cámara y sobre el escenario?
Yo tuve más trato en ese último año con Luca, que lo veía más seguido en distintos ambientes culturales, y sobre todo paraculturales y underground de lo que era Buenos Aires allá a fines de los 80, a poco de haber salido de la dictadura militar. La verdad que era un tipo divino, muy amoroso, muy simple, muy humilde, muy buena gente, muy irónico, mordaz. Era un tipo que traía una cultura italiana e inglesa, que calaba muy bien en Buenos Aires, o sea, Luka creo que hizo una alquimia con el porteño de Buenos Aires, porque traía esas dos culturas que están muy insertas en la ciudad.
Buenos Aires está lleno de expresiones inglesas que tienen que ver con una penetración cultural muy fuerte que hubo en el siglo XIX, y también con muchas expresiones culturales italianas que llegaron con todas las inmigraciones que hubo. Entonces, creo que ahí es donde se produce el fenómeno Luca, que se hace tan fuerte, porque siendo un extranjero también es un local, e interpretó muy bien lo local. A mí me alegra mucho que se refleje en el documental, porque no es la imagen de la bestia del rock -dicho en el mejor de los sentidos- o el reventado, como alguna vez le dijeron en un programa de televisión, donde el dice, ‘el reventado será vos, yo hablo cinco idiomas’. O sea, Luca era un príncipe en Europa, y era un tipo súper interesante y mucho más complejo que una imagen superficial que quizás podía haber, y creo que la película retrata eso.
-Tal como me cuentas, este no fue el único show que grabaron de Sumo. ¿Has pensado en hacer algo con el resto de material que quedó?
Nosotros grabamos, y ahí sí seguimos con Rodrigo, dos shows en una discoteca que había, que se llamaba Cemento, en Buenos Aires. También grabamos otro en una discoteca más cheta, digamos, en el norte de Buenos Aires, y otro en un bar muy cutre en San Telmo, muy chiquito. Son shows muy diferentes entre sí, pero que no tienen el backstage que tiene lo que fue el concierto en Obras, es decir, es solo la cámara arriba del escenario registrándolos a ellos, que está buenísimo, pero sobre todo está buenísimo para alguien que realmente le gusta Sumo y quiere verlo. Definitivamente sí es un material que habría que sacar a la luz de alguna manera, y avisar y contar que está saliendo a la luz.
Nosotros ahora estamos haciendo todas proyecciones por todos lados en Argentina, la verdad que es un placer venir acá a Chile, realmente, porque sabemos que hay mucha gente que le gusta mucho Sumo, y lo viví yo personalmente cuando vine en el 2015, pero después de acá se tiene que viralizar en alguna plataforma no comercial, o en un link de Vimeo que se difunda mucho para que la gente pueda acceder, y lo mismo con este otro material, creo que hay que llegar a eso sin falta próximamente.
La película llegó este sábado 7 de diciembre al Festival Inedit Chile con una función gratuita en Plaza Ñuñoa. Además, tendrá una última proyección este sábado 14 de diciembre a las 19:30 horas en la Cineteca Nacional durante la Ceremonia de Premiación (con invitación).
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