“Juanes tiene una presencia magnética”: la película Pimpinero según su director (con el debut como actor del colombiano)

“Juanes tiene una presencia magnética”: la película Pimpinero según su director (con el debut como actor del colombiano)

En 2014, mientras filmaba la serie Narcos en Palomino (La Guajira), el director colombiano Andrés Baiz quedó sorprendido por una imagen: una hilera de vehículos conducidos por hombres jóvenes que portaban bidones (pimpinas) de gasolina. Al consultar con los lugareños constató que todos eran contrabandistas de combustible que viajaban entre Venezuela y Colombia, un oficio que no estaba en su radar.

El realizador, convencido del potencial cinematográfico de esa postal, pensó en películas como Sorcerer (1977), de William Friedkin, y Thief (1981), de Michael Mann, historias sobre personajes al margen de la ley enfrentados a situaciones límites.

Una década después de su concepción, finalmente el proyecto está listo: se titula Pimpinero: Sangre y gasolina y sigue a tres hermanos que transportan combustible ilegal de un país a otro y a la pareja de uno de ellos. Disponible desde este viernes 22 en Prime Video, la cinta es un neowestern en el que primero se instalan las piezas y luego los hechos se precipitan con violencia.

Baiz cree que el largometraje responde a la idea inicial, pero también abarca un contexto más amplio. “Desde que Hugo Chávez subió al poder en 1999, la frontera entre Colombia y Venezuela ha sido una región explosiva, compleja y económicamente delirante. Todos los sucesos que han venido ocurriendo durante este siglo en la frontera (cierres, inmigración, contrabando, tensiones militares) fueron influyentes en la elaboración de esta historia”, explica el director a Culto.

Sus protagonistas son Moisés (Juanes), Ulises (Alberto Guerra) y Juan (Alejandro Speitzer), tres hermanos “pimpineros” que se mueven en la zona fronteriza entre ambos países. Este último, el menor de la familia, se ve forzado a trabajar para un siniestro rival y Diana (Laura Osma), su novia, emprende un peligroso viaje en que intenta descubrir la verdad.

Según explica el cineasta, “al comienzo el guión estaba pensado para que se centrase estrictamente en los peligros y riesgos que conlleva ser un contrabandista de gasolina. Sin embargo, cuando concebimos al personaje de Diana y le brindamos protagonismo y empoderamiento, la historia creció y pudimos hablar de otros temas mucho más humanos y universales”.

Estrenada en el Festival de Toronto, la película ha llamado la atención por tener el debut actoral de Juanes. Andrés Baiz ya había trabajado con figuras musicales (con Bad Bunny en Narcos: México y con Karol G en Griselda), pero esta fue la primera vez en que la idea provino directamente de él. Tras entender de que no se trataría de un cameo y audicionar para dos papeles diferentes, el cantante se comprometió a asumir el rol del hermano mayor de la historia.

“Juanes tiene una presencia magnética, carismática, en parte gracias a su condición de rockero que ha estado frente a multitudes contagiando con su música”, plantea sobre el artista, a quien describe como “muy disciplinado y enfocado”.

“Con ensayos y con la ayuda de los otros actores en la película, Juanes pudo sentirse a gusto para explorar y jugar, siempre con el permiso de poder equivocarse. Fue un proceso de aprendizaje y el resultado es hermoso. Él llegó estructurado, metódico, pero poco a poco fue mi intención que dejara eso a un lado y despertarle el lado más intuitivo”, agrega.

El realizador profundiza en la dinámica que se formó entre los actores principales. “Formaron un vínculo muy especial. Ellos se hablaban todo el tiempo, convivían mucho tiempo juntos y claro, también hubo ensayos. Pero es principalmente la cercanía de los tres lo más importante para que se sintieran en una atmósfera creativa. Laura Osma, por su lado, fue a visitar a Alejandro Speitzer a México antes de empezar el rodaje para conocerse y entablar un vínculo de amistad. Estoy muy agradecida con ella por su compromiso”.

El filme llega al streaming en un momento político complejo, sobre todo tras las elecciones presidenciales de Venezuela realizadas en julio pasado. Una particularidad a la que también se refiere.

“La coyuntura me parece importante. La visibilidad que la película pueda darle a esta región un tanto olvidada es algo que bello. Ojalá la película invite a la reflexión y sobre todo que despierte solidaridad y compasión entre países hermanos”, cierra.

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LaTercera.com

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