La compleja historia de la mujer que fue vilmente quemada en el metro de Nueva York
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La compleja historia de la mujer que fue vilmente quemada en el metro de Nueva York
El 22 de diciembre de 2024, a pocos días de la Navidad, Debbie Kawam estaba durmiendo en un tren del metro de Nueva York. La mujer estadounidense de 57 años yacía sobre varios asientos del vagón cuando este se detuvo en la estación Coney Island, en Brooklyn.
Fue allí cuando un hombre, identificado como Sebastián Zapeta —un guatemalteco que estaba en situación migratoria irregular— le prendió fuego a Debbie.
Y como si no fuese suficiente, comenzó a avivar las llamas que quemaban a la mujer con una camisa. Mientras Debbie moría producto de las quemaduras, el criminal se sentó en los asientos del metro para observar cómo ardía.
Cuando fue arrestado por las autoridades federales, dijo que “no sabe lo que sucedió”, porque había bebido mucho alcohol.
En cuanto a la mujer, Debbie, falleció calcinada en uno de los ataques más macabros e inexplicables que sucedieron en la ciudad de Nueva York.
Un reportaje de The New York Times encontró atisbos del pasado de Debbie, quien aparentemente tenía una vida de ensueño que fue en declive con los años.
La historia de la mujer que fue quemada en el metro de Nueva York
Después de haber hablado con cercanos que conocían a Debbie Kawam de joven, el NYT logró identificar que la mujer —que tardó 9 días en ser identificada, producto de las quemaduras— era oriunda de Little Falls en Nueva Jersey.
Allí, era una “chica popular”: era animadora (porrista), tenía decenas de amigos en la secundaria con los que paseaba por todas partes y a quienes saludaba en los pasillos siempre. Muchos recuerdan que tenía un “brillo interior”.
Vivía en una modesta casa familiar junto a su padre, quien trabajaba en una planta de General Motors, y su madre, quien atendía en una panadería. También tenía dos hermanos mayores.
Según explicó un amigo de infancia de la mujer, Joe Rocco, caminaban juntos a sus casas después del colegio. Allí, recordó que los niños siempre lanzaban pelotas de fútbol hacia ellos, para tener una excusa de estar cerca de Debbie.
“Ella era realmente una luz brillante”, dijo Mark Monteyne, excapitán del equipo de fútbol americano de la secundaria de la mujer, quien la tenía designada como porrista principal. Incluso, contó que cuando tenía problemas para pasar química, ella le compartió sus apuntes. “Siempre me ayudaba”.
“Parecía una chica que iba a tenerlo todo”
Cuando cumplió 20 años, era “el alma de la fiesta”. Según reportó el medio, solía hacer viajes con sus mejores amigas al Caribe y Las Vegas. Cindy Certosimo Bowie, una de sus amigas desde tercer grado, la acompañó en todas estas travesías.
“Fuimos a Jamaica, Cancún, Bahamas, Las Vegas. Íbamos a clubes, nos tumbábamos al sol. Cuando volvíamos a casa, reservábamos otro viaje. Fue como un período de tres años de viajes”.
También trabajó en un local de panqueques. Una excompañera la recordó como “dulce y amable” y que “siempre estaba sonriendo”. Dijo que Debbie siempre estaba trabajando, pero cambiaba de empleo con frecuencia.
Sin embargo, solía tener conflictos con sus padres: “Siempre iba contra la corriente. Ellos decían que ella era blanca, ella decía que era negra. Podría haber sido por la edad”.
Hasta entonces pudieron seguir un rastro certero de la historia de la mujer calcinada en Nueva York. Lo que supieron después, fue que comenzó a tener problemas con el alcohol.
Los últimos años de la vida de Debbie Kawam, la mujer quemada en NYC
Cerca del año 2000, Debbie Kawam comenzó a salir con un hombre que trabajaba en una empresa de servicios eléctricos. Vivían juntos en una casa al lado del río Passaic, cerca de su casa de infancia, según relató una expareja del estadounidense.
En 2003, Debbie cambió su nombre de pila a Debrina.
En 2008, la pareja se separó. Fue justo en ese momento que hipotecaron su casa. La mujer llevaba mucho tiempo sin trabajar y comenzó a tener problemas con el alcohol. Se declaró en quiebra poco después.
Sus únicos bienes eran un automóvil Dodge Neon avaluado en 800 dólares (cerca de 800.000 pesos chilenos), un sofá y una televisión que valían 300 dólares (aproximadamente 300.000 pesos) y un poco de ropa.
En una ocasión, una pareja amiga de la mujer la encontró en su ciudad por casualidad y, después de compartir algunas palabras, dijeron que parecía “angustiada y drogada”.
Después de su divorcio, vivió 12 años en la zona sur del estado, donde conoció a otro hombre. Una expareja de esa persona dijo que había tenido una “relación caótica”.
Los registros judiciales muestran que fue citada en reiteradas ocasiones por consumo de alcohol en vías públicas desde el 2017 hasta el 2024.
Una vecina de la madre de Debbie relató que vio a la mujer entrar y salir de la casa. Y que pese a que su madre es de mayor edad, solía llevar a su hija de la mano “como si necesitara ayuda para desplazarse”.
Antes de que comenzara el invierno en la ciudad de Nueva York, Debbie llegó sin idea de dónde quedarse. Según NYT, el 29 de noviembre de 2024, un equipo que ayuda a personas sin hogar la encontró en Grand Central Terminal y la ayudaron a registrarse en un refugio para mujeres.
A los dos días, le asignaron un refugio en el Bronx, pero ella nunca apareció.
A las semanas, sucedió el trágico homicidio. El juicio contra el perpetrador comenzará este jueves, 7 de enero, según han informado las autoridades.
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