La historia del Kilmartin Glen, el monumento prehistórico británico más antiguo que las pirámides egipcias y que Stonehenge

La historia del Kilmartin Glen, el monumento prehistórico británico más antiguo que las pirámides egipcias y que Stonehenge

Entre las estructuras más notables se encuentran los henges, grandes construcciones de piedra dispuestas en círculos o elipses que, en su momento, pudieron haber servido como espacios rituales

Kilmartin Glen
Kilmartin Glen en Escocia es un tesoro invaluable para los arqueólogos (Moelyn Photos/)

En el corazón de la región de Argyll, en el oeste de Escocia, se encuentra un valle que, aunque desconocido para muchos, guarda una de las concentraciones más densas de monumentos prehistóricos en toda Gran Bretaña: Kilmartin Glen. A primera vista, el paisaje parece solitario y desprovisto de historia, pero para los arqueólogos, es un tesoro invaluable. Con más de 800 reliquias antiguas, este lugar revela una civilización que existió mucho antes de las grandes pirámides de Egipto o de Stonehenge, el famoso monumento del sur de Inglaterra.

Kilmartin Glen destaca por su gran cantidad de túmulos funerarios, henges (estructuras circulares u ovaladas), cistas funerarias y monolitos. Todos estos vestigios, construidos hace más de 5.000 años, evidencian que esta región fue un importante centro de actividad ceremonial y religiosa durante la Edad del Bronce. El valle alberga no solo monumentos funerarios, sino también ejemplos de arte rupestre antiguo, lo que lo convierte en un sitio clave para comprender las primeras sociedades que habitaron lo que hoy es el Reino Unido.

A pesar de su imponente valor histórico, Kilmartin Glen permaneció en gran parte olvidado durante siglos. Aunque los anticuarios empezaron a mostrar interés por la región desde el siglo XIX, no fue hasta la década de 1960 que se iniciaron las primeras excavaciones arqueológicas formales. Este redescubrimiento fue liderado por dos voluntarias locales, Marion Campbell y Mary Sandeman, quienes se dedicaron a explorar el terreno y documentar cuidadosamente cada hallazgo. Gracias a su incansable esfuerzo, se desenterraron numerosos sitios que habían estado ocultos durante generaciones.

El trabajo de Campbell y Sandeman reveló un impresionante legado que incluía artefactos de la Edad del Bronce y del Neolítico, tales como vasijas, hachas y puntas de flecha, piezas que fueron cruciales para entender las prácticas rituales y cotidianas de las antiguas civilizaciones que habitaron el valle. Estos descubrimientos marcaron el inicio de una nueva era de estudios arqueológicos en Kilmartin Glen, contribuyendo significativamente al conocimiento de la prehistoria en Escocia y sentando las bases para la conservación del sitio.

Kilmartin Glen
Kilmartin Glen alberga una sorprendente variedad de monumentos prehistóricos (Matt Mawson/)

Kilmartin Glen alberga una sorprendente variedad de monumentos prehistóricos, que han fascinado a arqueólogos e historiadores por décadas. Entre las estructuras más notables se encuentran los henges, grandes construcciones de piedra dispuestas en círculos o elipses que, en su momento, pudieron haber servido como espacios rituales. Además, el valle es hogar de una serie de túmulos funerarios o cairns, como el Kilmartin Glebe Cairn, uno de los cinco grandes túmulos alineados que conforman un extenso cementerio prehistórico.

Estos túmulos, construidos hace más de 4.000 años, eran utilizados como lugares de entierro y simbolizaban la profunda relación de estas antiguas comunidades con la muerte y el más allá. Temple Wood, uno de los monumentos más antiguos de la región, incluye un círculo de piedras que data de antes del entierro del faraón Tutankamón en Egipto, lo que resalta la antigüedad de estos sitios.

Además de los túmulos y círculos de piedra, Kilmartin Glen es famoso por sus monolitos verticales, algunos de los cuales superan los tres metros de altura. Estos imponentes bloques de piedra, alineados estratégicamente a lo largo del valle, son aún objeto de estudio, y los arqueólogos continúan especulando sobre su propósito, que podría estar vinculado a rituales solares o astronómicos.

La interpretación de los antiguos monumentos en Kilmartin Glen ha sido un desafío para los arqueólogos, debido a la complejidad y el misterio que envuelve estos sitios. El arqueólogo Aaron Watson, quien ha estudiado el valle desde la década de 1990, ofrece una visión intrigante sobre la función y el significado de estas estructuras. Según Watson, la disposición de los túmulos funerarios, los círculos de piedras y los monolitos no fue aleatoria, sino que respondía a profundos significados espirituales y culturales que aún estamos lejos de comprender en su totalidad.

Kilmartin Glen
La interpretación de los antiguos monumentos en Kilmartin Glen ha sido un desafío para los arqueólogos

Uno de los puntos más fascinantes es la idea de que el paisaje mismo estaba concebido como un espacio ritual. Watson explica que la disposición de los monumentos podría haber estado relacionada con el ciclo de la vida y la muerte, funcionando como un “valle de los muertos” donde se realizaban ceremonias de transición espiritual. El entorno natural de Kilmartin Glen, con sus colinas y pantanos elevados, habría jugado un papel crucial en estas ceremonias, donde la luz, el sonido y la percepción sensorial habrían transformado estos espacios en sitios de profunda experiencia espiritual.

Watson señala que este enfoque de “arqueología sensorial” nos permite imaginar cómo estos monumentos interactuaban con las personas que los construyeron. Por ejemplo, al descender a una de las cámaras funerarias, como el Nether Largie South Cairn, el cambio en la luz y los ecos dentro de la estructura sugieren que estos espacios podían estar diseñados para generar experiencias sensoriales específicas durante los rituales. Esta visión multidimensional del valle nos recuerda que, aunque gran parte de su significado se ha perdido en el tiempo, Kilmartin Glen continúa siendo un enigma arqueológico, un lugar donde surgen más preguntas con cada nuevo descubrimiento.

El Museo de Kilmartin, situado en el corazón del valle, juega un papel fundamental en la preservación y difusión del vasto legado arqueológico de Kilmartin Glen. Tras una renovación reciente que costó más de 9 millones de dólares, el museo reabrió sus puertas en abril, ofreciendo a los visitantes una oportunidad única para sumergirse en la historia prehistórica de la región. Este espacio alberga más de 22.000 artefactos que han sido descubiertos en el valle, abarcando desde herramientas de cuarzo hasta vasijas de la Edad del Bronce y otros objetos que proporcionan una visión más clara de las antiguas civilizaciones que habitaron la zona.

El museo tiene su origen en la década de 1990, cuando la arqueóloga Marion Campbell legó su colección de hallazgos al lugar, marcando el inicio de lo que hoy es una de las principales instituciones dedicadas a la arqueología prehistórica en Escocia. La directora del museo, Sharon Webb, destaca que, aunque el museo fue inicialmente pequeño, su expansión ha permitido contextualizar mejor el recorrido al aire libre por los monumentos del valle, creando así una conexión más profunda entre los objetos exhibidos y el entorno natural.

Kilmartin Glen
Uno de los puntos más fascinantes es la idea de que el paisaje mismo estaba concebido como un espacio ritual

El diseño del museo refleja la importancia de Kilmartin Glen como un “museo del lugar”, donde las exposiciones están directamente relacionadas con los sitios arqueológicos que se pueden visitar en las inmediaciones. Entre las piezas más destacadas se encuentran las cruces medievales esculpidas y los restos óseos de un esqueleto humano de 4.000 años de antigüedad, lo que subraya la rica historia del valle, desde el Neolítico hasta la Edad Media. Cada exposición parece una advertencia sobre la fragilidad de la existencia humana, recordándonos la importancia de preservar estas historias para las generaciones futuras.

Los antiguos rituales y la vida prehistórica en Kilmartin Glen han sido objeto de fascinación para los arqueólogos debido a la naturaleza espiritual y ceremonial de los monumentos dispersos por todo el valle. Se cree que muchos de estos sitios estaban dedicados a prácticas rituales relacionadas con la vida, la muerte y el más allá. Los grandes túmulos funerarios, como el Kilmartin Glebe Cairn, no eran simples lugares de entierro, sino que desempeñaban un papel crucial en los rituales de transición, donde los vivos interactuaban con los muertos en ceremonias cargadas de simbolismo.

El Temple Wood Stone Circle, uno de los monumentos más antiguos del valle, es un testimonio de las prácticas religiosas de estas primeras comunidades. Las piedras dispuestas en círculos y las tallas espirales en la roca, con formas que recuerdan a serpientes, sugieren un fuerte componente astronómico y espiritual en sus rituales. Este círculo de piedras podría haber sido un espacio sagrado donde se realizaban observaciones estacionales y se llevaban a cabo rituales para honrar a los antepasados o para marcar el cambio de estaciones.

Los monolitos verticales alineados a lo largo del valle también forman parte de este paisaje ritual. Aunque su propósito exacto sigue siendo objeto de debate, muchos arqueólogos creen que estaban vinculados a prácticas astronómicas y posiblemente a ceremonias solares, donde las posiciones de las piedras marcaban eventos celestiales importantes, como el solsticio de invierno o el equinoccio. Estas estructuras sugieren una sociedad con un profundo entendimiento del entorno natural y un gran respeto por las fuerzas de la naturaleza.

Kilmartin Glen, el monumento prehistórico británico más antiguo que las pirámides egipcias y que Stonehenge
El diseño del museo refleja la importancia de Kilmartin Glen como un “museo del lugar”, donde las exposiciones están directamente relacionadas con los sitios arqueológicos que se pueden visitar en las inmediaciones

La vida diaria de las comunidades que habitaron Kilmartin Glen parece haber estado íntimamente conectada con sus creencias espirituales. La disposición de los monumentos y los objetos encontrados en las tumbas, como hachas de piedra y vasijas funerarias, indican que estas sociedades consideraban la muerte no como un final, sino como un paso más en un ciclo de vida que trascendía la existencia terrenal. Los rituales practicados en este valle hace más de 4.000 años nos brindan una ventana a las antiguas cosmovisiones de quienes habitaron esta región.

Uno de los aspectos más fascinantes de Kilmartin Glen es la abundancia de arte rupestre prehistórico, que se puede observar en numerosos sitios a lo largo del valle. Entre las manifestaciones más impresionantes se encuentra Achnabreck, un gran conjunto de tallas en roca que está considerado uno de los sitios de arte rupestre más extensos y complejos de su tipo en el Reino Unido. Las piedras en este lugar están grabadas con espirales, rosetas y anillos concéntricos, símbolos que aún intrigan a los arqueólogos por su posible significado.

El sitio de Achnabreck está estratégicamente ubicado para alinearse con la puesta del sol durante el solsticio de invierno, lo que ha llevado a algunos estudiosos a sugerir que las tallas tenían una función astronómica o ritual, quizás vinculada a ceremonias estacionales. A medida que la luz del sol baja sobre las piedras, las figuras talladas se revelan de una manera más clara, lo que refuerza la idea de que estos símbolos estaban destinados a ser observados en momentos específicos del año.

La naturaleza de estas tallas y su ubicación ha dado lugar a varias teorías. Algunos arqueólogos, como Aaron Watson, proponen que estas figuras geométricas podrían haber tenido un significado espiritual o mágico para las comunidades que las crearon, funcionando como un medio de conexión con fuerzas sobrenaturales o como un mapa simbólico de su mundo. Otros sugieren que las piedras fueron seleccionadas y talladas específicamente por su capacidad para interactuar con la luz del sol, lo que refuerza la teoría de que el paisaje y los fenómenos naturales jugaban un papel fundamental en las creencias religiosas de estas sociedades.

Kilmartin Glen, el monumento prehistórico británico más antiguo que las pirámides egipcias y que Stonehenge
Uno de los aspectos más fascinantes de Kilmartin Glen es la abundancia de arte rupestre prehistórico, que se puede observar en numerosos sitios a lo largo del valle

Lo que sigue siendo un misterio es el propósito exacto de estos símbolos. Mientras algunos piensan que representan un lenguaje codificado de símbolos sagrados, otros argumentan que las tallas en roca podrían haber sido utilizadas para marcar territorios o como parte de complejos rituales comunitarios. Lo que está claro es que Kilmartin Glen y, en particular, Achnabreck, siguen siendo una fuente continua de descubrimientos y preguntas sin resolver, añadiendo más capas de misterio al ya enigmático valle.

El paisaje de Kilmartin Glen no es solo un escenario físico, sino una parte integral de la experiencia arqueológica y sensorial de los visitantes. Este enfoque, conocido como “arqueología sensorial”, sugiere que los monumentos antiguos no fueron creados únicamente como estructuras visibles, sino que también estaban diseñados para interactuar con los sentidos humanos de formas específicas. Según el arqueólogo Aaron Watson, el valle ofrece una rica experiencia sensorial que habría sido crucial para las comunidades que lo habitaron hace miles de años.

Uno de los ejemplos más claros de esta interacción es la luz que penetra en los antiguos túmulos funerarios. Cuando se desciende a una cámara funeraria, como el Nether Largie South Cairn, la luz natural cambia de forma dramática, creando sombras y efectos que transforman el espacio. Estos efectos no solo habrían influido en la atmósfera durante los rituales, sino que podrían haber sido parte del simbolismo del tránsito entre la vida y la muerte, una experiencia física y emocional para aquellos que participaban en las ceremonias.

El sonido también desempeñaba un papel fundamental en la experiencia de estos sitios. Dentro de las cámaras funerarias, los ecos y la resonancia de las voces habrían intensificado el ambiente ceremonial, haciendo que estos espacios se sintieran cargados de poder espiritual. Watson señala que este tipo de arqueología no solo trata de lo que se puede ver y medir, sino de lo que se puede sentir. El eco en las tumbas y la manera en que las piedras reverberan con el sonido sugiere que estos espacios fueron diseñados para amplificar la experiencia sensorial de los rituales.

El paisaje natural también influye en la percepción de los monumentos. Las colinas ondulantes, los pantanos elevados y los bosques de robles que rodean Kilmartin Glen habrían servido como telón de fondo para las ceremonias, conectando la vida cotidiana de estas sociedades con el mundo espiritual que imaginaban. La elección de lugares elevados o sitios específicos para erigir monolitos y túmulos refuerza la idea de que el paisaje estaba cuidadosamente integrado en la vida religiosa y cultural de los habitantes prehistóricos.

Este enfoque sensorial añade una dimensión profunda a la comprensión de Kilmartin Glen, mostrando que los monumentos no eran solo estructuras estáticas, sino que formaban parte de un paisaje interactivo donde la luz, el sonido y el entorno natural se combinaban para crear una experiencia espiritual inmersiva. En este sentido, Kilmartin Glen no es solo un sitio arqueológico, sino un valle que sigue revelando su significado a través de la interacción continua con aquellos que lo estudian y visitan.

Fuente

Infobae.com

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