La humanidad sigue haciéndose más y más longeva. La meta final se llama "velocidad de escape de la longevidad"

La humanidad sigue haciéndose más y más longeva. La meta final se llama "velocidad de escape de la longevidad"

Vivir eternamente, o al menos aplazar la muerte todo lo que podamos, ha sido desde hace mucho tiempo una de las grandes obsesiones de la humanidad. Este objetivo nunca ha estado más cerca de nuestro alcance que ahora.

¿Cómo de cerca estamos de lograrlo?

La “velocidad de escape de la longevidad”. Para muchos, la clave de esta “vida eterna” está en un concepto denominado la “velocidad de escape de la longevidad”. Esta idea hace referencia a la posibilidad de prolongar año tras año nuestra esperanza de vida en más tiempo del que transcurre en dicho año.

Los avances científicos han hecho que, durante los últimos siglos, la esperanza de vida se haya multiplicado notablemente. En los albores de la revolución industrial la esperanza de vida estaba cerca de los 40 años, mientras que hoy varios países doblan esta cifra.

Hay quienes especulan que, debido un desarrollo científico que crece a un ritmo exponencial, la esperanza de vida también crece de la misma forma, lo que implica que llegará un punto en el que los avances científicos dados en un año hagan que la esperanza de vida aumente en más de un año en el mismo periodo, lo que nos permitiría (al menos sobre el papel) alargar nuestra vida indefinidamente.

2029. Hace unos meses, el “futurista” Ray Kurzweil, que también fuera ingeniero en Google, se atrevió a dar una fecha para la llegada de esta tan ansiada “velocidad de escape de la longevidad”: 2029. Lo hizo en una entrevista organizada por la empresa Bessemer Venture Partners. En ella aseguró que dentro de tan solo cinco años podríamos lograr rejuvenecernos más rápido de lo que envejecemos.

“La ciencia avanza y está curando varias enfermedades. Estás recibiendo de vuelta en promedio unos cuatro meses al año. Así que pierdes un año de longevidad, recibes de vuelta unos cuatro meses debido a la investigación científica. Sin embargo, la investigación científica también se encuentra en una curva exponencial. Para 2029, habrás recibido un año entero de cuenta. Así que pierdes un año, pero recibes un año de vuelta”, explicaba Kurzweil.

La predicción de Kurzweil quizás se haga pronto irrelevante si se cumple otro de sus pronósticos. El veterano ingeniero publicaba también hace unos meses un libro en el que especulaba sobre la llegada de la singularidad a través de la unión entre humanos y superordenadores. En su calendario, la humanidad será capaz de crear inteligencias al nivel de la nuestra propia también en 2029, lo que abriría el camino a la singularidad ya hacia el año 2045-

Echando un vistazo a la esperanza de vida. Según datos compilados por Our World in Data, en el año 1950 la esperanza de vida en Europa era de 62 años de edad. En el año 2000, esta había crecido hasta los 73,4 años, y en 2019 se situaba ya en 78,6 años. Esto quiere decir que, en Europa hemos pasado de aumentar nuestra esperanza de vida en 0,228 años por cada año transcurrido, a aumentarla a una velocidad de 0,27 años por cada año.

Alcanzar el año por año implicaría alcanzar la “velocidad de escape de la longevidad”, algo que parece cerca: no solo nos vamos acercando, lo hacemos cada vez más rápido. Sin embargo eso es solo parte de la historia. Si tomamos el promedio global, veremos que la esperanza de vida ha pasado de los 46,4 años en 1950, a los 66,4 en 2000, y a los 72,6 años en 2019. Esto es un crecimiento de 0,4 años por año en el primer periodo, frente a 0,32 años por año en el segundo.

Lo que nos cuentan estos datos no es tanto la historia de un crecimiento exponencial de la esperanza de vida sino quizás más bien la de un crecimiento discreto acompañado de un fenómeno de convergencia: la esperanza de vida crece, pero crece más en los países pobres y no ha crecido más rápido en los primeros años del siglo XXI que en la segunda mitad del XX.

Cuestión de perspectiva. Y sin embargo, si no nos centramos en los datos “macro”, quizá debamos dar la razón (al menos en parte) a Kurzweil. Y es que en los últimos años hemos visto historias de personas capaces de mantenerse jóvenes como si por ellos no pasara el tiempo. Y es que las condiciones socioeconómicas son uno de los grandes determinantes en los cambios en la esperanza de vida, más que el avance científico en sí mismo

Esperanza o realidad. Lograr la “velocidad de escape de la longevidad” no quiere decir que estemos cerca de la inmortalidad. Esta se basa en el incremento estadístico de la esperanza de vida. Igual que no todas las personas alcanzan a vivir tanto como el promedio, alcanzar esta prolongación perpetua tampoco nos hará inmortales más allá de la estadística.

Aún si alcanzáramos esta velocidad a finales de la presente década, nuestra especie tendría que seguir lidiando con muchas enfermedades, no todas letales, accidentes, muertes violentas y un largo et cetera. En cualquier caso, la búsqueda sigue, no solo la búsqueda de una vida más larga, también la de una mejor calidad de vida durante los años “extra” que nos toquen, sean muchos o pocos.

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Imagen | jhenning

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La noticia La humanidad sigue haciéndose más y más longeva. La meta final se llama "velocidad de escape de la longevidad" fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Martínez-Juarez .

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Xataka.com

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